Vilcabamba.- Según el último censo del Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC), en Vilcabamba residen 1.200 personas de EE.UU., Alemania, Bélgica, Italia, Chile, Argentina y Colombia. Además, las visitas de los extranjeros duplican el número de residentes. En 2012 llegaron 13.000 visitantes internacionales a solicitar información al Ministerio de Turismo. La cifra es solo el 30% del total de extranjeros que acoge la parroquia. De ahí que el 80% de la economía de este sector, desde hace 30 años, lo mueven los visitantes, aseguró Adalber Gaona, presidente del gobierno rural y poblador natal de Vilcabamba. La autoridad recordó que las propiedades curativas del agua, el clima y la tranquilidad de la zona han cautivado a los extranjeros. Actualmente, estos mismos factores son aún atractivos de la parroquia. No obstante, y más allá de lo positivo de la presencia de emigrantes en el sector, este fenómeno social marcó un antes y un después en la vida de Vilcabamba. Hasta el momento, de los 4.700 habitantes originarios de la zona, el 80% (3.760) instaló negocios turísticos para atender la demanda, por lo cual el centro de la parroquia está copado de locales. Hay 30 restaurantes, la mayoría está en la parte central de Vilcabamba. Pero la presencia de “gringos”, como los llaman en la parroquia, no solo motivó la instalación de restaurantes, sino también de hosterías. En Vilcabamba funcionan ocho negocios de ese tipo, dos cabañas, dos hostales, dos residenciales y dos pensiones (viviendas). Carmen Carpio, moradora, tiene un negocio de repuestos de vehículos y de agua, frente a la plaza central. Dice que el 80% de su clientela es extranjera. Cecilia Benítez, otra moradora, también atiende a los emigrantes que viven en las afueras de la parroquia. En Vilcabamba no solo la economía cambió, también sus costumbres y tradiciones, la población celebra fiestas foráneas, como Halloween. Además, la gastronomía adquirió nuevos matices. Los extranjeros también han adoptado costumbres de los nativos, como ingerir alimentos crudos o vestir con prendas que son de indígenas ecuatorianos, utilizan sombreros y se movilizan en caballo.