Las mujeres ganan espacios en el terreno educativo

Uno de los mayores avances que experimenta la mujer ecuatoriana en los &uacute;ltimos 20 a&ntilde;os est&aacute; en la educaci&oacute;n, seg&uacute;n el informe &lsquo;Mujeres ecuatorianas, dos d&eacute;cadas de cambio&rsquo;, elaborado por ONU Mujeres. De acuerdo con dicho documento, el acceso a la educaci&oacute;n b&aacute;sica es una de las dimensiones con mayor progreso y est&aacute; muy cerca de establecer una igualdad de g&eacute;nero. &ldquo;En 20 a&ntilde;os la poblaci&oacute;n de entre 5 y 14 a&ntilde;os acude casi en su totalidad a la educaci&oacute;n b&aacute;sica, siendo la tasa de asistencia en las ni&ntilde;as ligeramente superior a la de los ni&ntilde;os&rdquo;, refiere el estudio desarrollado por la compatriota Alison V&aacute;sconez, especialista de la organizaci&oacute;n internacional. Otro de los aspectos que se destaca es la tasa de asistencia de la poblaci&oacute;n rural a la educaci&oacute;n b&aacute;sica. Hasta 2013 hab&iacute;a 5 puntos de diferencia en relaci&oacute;n a la poblaci&oacute;n urbana que cursaba sus estudios. Esa diferencia disminuy&oacute; 2 puntos en promedio para 2014. El informe establece tambi&eacute;n que a 2014, el 22% de los hombres y mujeres mayores a 18 a&ntilde;os tiene acceso a la educaci&oacute;n superior sin brechas de g&eacute;nero; y el 62% de esta misma poblaci&oacute;n tiene t&iacute;tulo universitario. La poblaci&oacute;n femenina en edad escolar accede a la educaci&oacute;n en un 98%. Opta por cargos y funciones en entidades como la Polic&iacute;a Nacional y el Ej&eacute;rcito, que antes eran exclusivas de hombres. Foto: Jhon Guevara / El Tel&eacute;grafo Vanessa J&aacute;come tiene 22 a&ntilde;os y rindi&oacute; 3 Ex&aacute;menes de ingreso a la Educaci&oacute;n Superior (ENES) para acceder a la educaci&oacute;n p&uacute;blica, la &uacute;nica forma para prepararse. &ldquo;Somos 4 hermanos y mis padres no tienen posibilidades de costearme estudios en universidades privadas. Por fortuna y luego de varios intentos logr&eacute; ingresar a la carrera de Administraci&oacute;n Tur&iacute;stica y Hotelera que era mi sue&ntilde;o&rdquo;. Hoy J&aacute;come cursa el segundo semestre en la Universidad p&uacute;blica de las Fuerzas Armadas (ESPE); y aunque debe atravesar todo Quito para llegar hasta el Valle de Los Chillos, cree que eso es lo de menos si se trata de su formaci&oacute;n profesional. Seg&uacute;n datos de la Secretar&iacute;a de Educaci&oacute;n Superior, Ciencia, Tecnolog&iacute;a e Innovaci&oacute;n (Senescyt), el 72% de estudiantes que logran conseguir un cupo en las universidades p&uacute;blicas constituye la primera generaci&oacute;n en sus familias que tiene acceso a este nivel educativo. De acuerdo con el informe de ONU Mujeres, hace 20 a&ntilde;os la formaci&oacute;n profesional de mujeres correspond&iacute;a principalmente a carreras como Trabajo Social, Educaci&oacute;n, Comunicaci&oacute;n, Enfermer&iacute;a, Dise&ntilde;o, Medicina y Administraci&oacute;n. A 2014 se increment&oacute; el n&uacute;mero de mujeres en &aacute;reas como Econom&iacute;a y Ciencias Pol&iacute;ticas, Arquitectura y Derecho. &ldquo;La presencia de la mujer pasa a ser mayor&iacute;a en Econom&iacute;a y en Ciencias Pol&iacute;ticas y se incrementa en Arquitectura y Derecho; pero disminuye en carreras de Sistemas y Ciencias Exactas donde siempre han sido minoritarias las mujeres&rdquo;. El acceso de la poblaci&oacute;n ind&iacute;gena a la educaci&oacute;n superior mejor&oacute; relativamente. En 2005 el 2,3% de las mujeres y el 4,6% de los varones cursaban la educaci&oacute;n superior. Estos valores se elevan a 5,4% y 6%, respectivamente en 2014. &ldquo;Este es uno de los aspectos en los que debemos reconocer un importante progreso sobre todo en la reducci&oacute;n de la brecha de g&eacute;nero que constituye un paso a la equidad e igualdad de oportunidades&rdquo;, refiri&oacute; Moni Pizani, representante de ONU Mujeres Ecuador. La poblaci&oacute;n universitaria es mayoritariamente femenina con el 55%. Sin embargo, a&uacute;n es poca la representaci&oacute;n en direcci&oacute;n de universidades y facultades, en la que no llega al 30%. Participaci&oacute;n pol&iacute;tica En el &aacute;mbito pol&iacute;tico, la incorporaci&oacute;n m&aacute;s relevante para la mujer ocurri&oacute; en 2002 cuando se decidi&oacute; aumentar gradualmente el porcentaje de participaci&oacute;n femenina en el 5% en cada elecci&oacute;n. A partir de 2007 existe el 50%. Ello se refleja en la presencia femenina en la legislatura. Entre 1994 y 2013 esta participaci&oacute;n se eleva en 6 veces. Para 2013 la Asamblea se conforma con 38% de mujeres y 52% de hombres y por primera vez esta instituci&oacute;n est&aacute; dirigida por mujeres. &ldquo;La brecha entre el porcentaje de candidatas y el de autoridades electas da cuenta de que, aunque la presencia en una lista electoral es un paso importante, depende de otros factores&rdquo;, recalca el informe. La paridad en los cargos de designaci&oacute;n popular en el nivel local no se ha cumplido. En el a&ntilde;o 2000, el 2,8% de alcald&iacute;as fue ocupado por mujeres; en 2004 se eleva a 5%, en 2009 a 6,3%; y en 2014 a 7,2%. Las concejal&iacute;as tienen mayor participaci&oacute;n de mujeres: en 2000 fue 29,6%; en 2004, 31,5%; en 2009, 31% urbanas y 25% rurales; y en 2014, 33% urbanas y 25% rurales. &ldquo;La no existencia hasta el presente de una presidenta para el pa&iacute;s refleja un conjunto de rezagos de las mujeres en t&eacute;rminos de trayectoria p&uacute;blica, formaci&oacute;n pol&iacute;tica, segregaci&oacute;n y machismo. Refleja, adem&aacute;s, limitados cambios culturales en el sistema pol&iacute;tico ecuatoriano&rdquo;, se insiste en el informe. Por eso la representante de ONU Mujeres en Ecuador enfatiza en que deben darse mejoras en el acceso de las mujeres a la pol&iacute;tica nacional. &ldquo;Pese a los avances en muchos &aacute;mbitos a&uacute;n experimenta discriminaci&oacute;n en la vida p&uacute;blica y pol&iacute;tica del Ecuador&rdquo;. Acceso a salud p&uacute;blica En temas de salud hay un avance en la atenci&oacute;n institucional que recibe la mujer en controles prenatales, por los cuales m&aacute;s del 90% de la poblaci&oacute;n urbana acude a un profesional m&eacute;dico. Sin embargo, ese porcentaje disminuye cuando se trata de la poblaci&oacute;n ind&iacute;gena y rural. &ldquo;En el caso de las mujeres ind&iacute;genas el acceso a centros de salud p&uacute;blicos es menor. La poblaci&oacute;n ind&iacute;gena atiende el parto principalmente en su casa&rdquo;. El informe adem&aacute;s establece que en el sector ind&iacute;gena solo el 14% realiza m&aacute;s de 5 controles prenatales, cuando el promedio nacional es de 31%. Otro aspecto que se destaca es el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer para un control seguro y eficaz de la propia fecundidad. &ldquo;Si bien el acceso a servicios de salud reproductiva se increment&oacute; sustancialmente, persisten rezagos importantes de la poblaci&oacute;n en zonas rurales, ind&iacute;genas, en pobreza de ingresos y con bajo nivel educativo&rdquo;. En 1999, el 92% de la poblaci&oacute;n en edad f&eacute;rtil conoc&iacute;a de alg&uacute;n m&eacute;todo anticonceptivo, 83% en el &aacute;rea rural y 96% en la zona urbana. La deuda por saldar El tema pendiente de Ecuador es la reducci&oacute;n de la maternidad en adolescentes. En 1994, el 19,7% de mujeres entre 15 y 19 a&ntilde;os declar&oacute; haber tenido al menos un embarazo; ese porcentaje se eleva a 22% en 2012. Seg&uacute;n el estudio, el incremento de la fecundidad de las adolescentes est&aacute; relacionado con el poco conocimiento, pero ante todo con el limitado acceso a m&eacute;todos anticonceptivos. Cerca del 62% de las mujeres de hasta 17 a&ntilde;os conoc&iacute;a de m&eacute;todos anticonceptivos, pero solo el 6,2% los usa. Para 2014 esta cifra se increment&oacute; a 27% en la zona urbana y 14% en la rural. El an&aacute;lisis recalca que actualmente Ecuador ocupa el primer lugar en embarazos adolescentes en la regi&oacute;n andina y el segundo en Am&eacute;rica Latina. &ldquo;Este es un dato clave en funci&oacute;n de las decisiones de pol&iacute;tica p&uacute;blica para la poblaci&oacute;n adolescente en particular&rdquo;. Al respecto la ministra coordinadora de Desarrollo Social, Gabriela Rosero, destac&oacute; que el gobierno impulsa pol&iacute;ticas para reducir este &iacute;ndice a trav&eacute;s de la Estrategia Nacional de promoci&oacute;n de derechos sexuales y reproductivos. Sobre este mismo tema, el informe &lsquo;Ni&ntilde;ez y adolescencia desde la intergeneracionalidad&rsquo; revel&oacute; que el 3% de las adolescente entre 12 y 17 a&ntilde;os se encuentra en uni&oacute;n libre o casada; y el 8% de ese mismo grupo trabaja y estudia al mismo tiempo. &ldquo;Se deben tomar muy en cuenta estos aspectos en la pol&iacute;tica p&uacute;blica porque tener un hijo a corta edad le cambia por completo la vida a una chica&rdquo;, acot&oacute; Margarita Velasco, directora del Observatorio Social. (I)