¿Cuál es el balance real de lo ocurrido en Chamanga? ¿Si no hubo víctimas dónde está la mayor afectación? La afectación mayor es en la infraestructura. El 80% de las viviendas colapsó, varias eran construcciones de madera ubicadas en zonas de inminente riesgo. Los medios de vida también se afectaron; la población de Chamanga, en su mayoría, vive de la pesca, recolección de conchas en el manglar y labores en camaroneras del sector. Teniendo claro cuál es el panorama, hemos emprendido acciones que permitan estabilizar a las familias, tanto en lo emocional como  en la recuperación de sus actividades productivas. Si bien hay familias que están en  albergues, ellas no han dejado sus actividades. Para el efecto el Magap, a través de BanEcuador, está financiando emprendimientos para el sector pesquero. Por otro lado, impulsa ferias en Quito y Guayaquil para que ellos comercialicen los productos del mar sin intermediarios. Nos interesa reconstruir la zona no solo desde la infraestructura, buscamos que sea integral, por ello desde esta misma cartera de Estado se hizo la entrega de 42 mil plantas de cacao a productores de Canuto, Piedra, Bunche, San Jacinto, Cabo San Francisco, todas estas localidades del cantón Muisne. ¿Cuánto tiempo tomará la  reconstrucción en la zona de mayor afectación? En el caso de Chamanga tomará su tiempo, primero porque hay que reubicar el pueblo en una zona segura. Recuerde que Chamanga, a través de estudios realizados por la SGR está identificada como área de riesgo y eso nos obliga a ser muy exigentes a la hora de elegir los predios para la construcción de vivienda social, además hay que dotarles de servicios básicos. Ya un equipo técnico del Miduvi visitó la zona, está en la identificación de los predios para iniciar con la preparación de diseños de las unidades habitacionales. Paralelo a eso nosotros seguimos mejorando las condiciones de las familias en los albergues, en el caso de Chamanga los incentivos para familias acogientes y para arrendar han sido mínimos porque justamente no existe oferta inmobiliaria, porque la mayoría de las casas están colapsadas. En otros sectores como la parroquia Salima ya se entregaron 41 incentivos para reparación de viviendas, esto nos permite garantizar en corto tiempo el retorno de familias a hogares con afectaciones menores. Vamos por buen camino. El albergue creado para atender a las personas afectadas será ampliado porque ya no abastece al número de pobladores. ¿Cuántos recursos económicos y humanos demanda esto? La implementación de los albergues está a cargo del Ministerio Coordinador de Seguridad. Ellos tienen a su haber la implementación logística; sin embargo, no deja de ser fundamental la vinculación de las demás instituciones para su administración y puesta en marcha de los protocolos de convivencia. En el caso del cantón Muisne el Ministerio del Ambiente ha cumplido un rol fundamental en su administración. Los albergues se clasifican en A B y C. En el caso del tipo A de Chamanga, que actualmente alberga a 1.016 personas, el costo de implementación es de aproximadamente $ 150 mil, sin contar que hay otras instituciones como CNEL que garantiza la energía; CNT, el internet; Senagua, las instalaciones de agua y dotación de la misma; el MTOP trabajó en la implementación de las plataformas de los albergues de Chamanga, Muisne 1 y 2; y en el nuevo que se está construyendo en Bunche contamos con maquinaria del Cuerpo de Ingenieros del Ejército. En cada albergue hay una coordinación sincronizada de  quienes tienen la responsabilidad de administrarlo, está el MIES, la Policía Nacional, el MSP y las Fuerzas Armadas que suman aproximadamente 50 personas. ¿Si la construcción y rehabilitación en esta población tomarán mucho tiempo, cuál es el acompañamiento que se hace con los afectados desde lo social, cultural y sicológico? En este momento, sabemos que la condición de la gente que permanece, al momento, en los albergues es compleja; primero, porque deben adaptarse a convivir con varias personas, con diversas formas de ser, pensar y vivir. Por ello nos esmeramos en crear un protocolo de convivencia para que exista un apoyo mutuo, por eso las cocinas comunitarias y las actividades deportivas dirigidas por el Ministerio del Deporte; el Ministerio de Cultura también cumple su rol con una planificación dirigida a los albergues, hay cine comunitario, grupos musicales y otras acciones que ayudan a mantener una convivencia armónica. Sabemos que la reconstrucción de las casas puede tomar su tiempo, pero como Estado, como gobierno, hemos asumido la responsabilidad de garantizar a quienes están en los albergues condiciones dignas de vida; sabemos que nunca será igual estar en la intimidad de un hogar, pero queremos ser portadores de alternativas tangibles y sostenibles para nuestra gente. ¿Es posible considerar una reubicación de los pobladores en zonas más seguras y devolverle al estero la zona que fue rellenada para la construcción irregular e informal? Es una obligación considerarlo, la reubicación va porque va. Debemos corregir los errores del pasado, todos sabemos que era cuestión de tiempo que se evidenciara el nivel de riesgo con el que han tenido que vivir los chamangueños. La reconstrucción debe ser en todos los niveles, no solo urbanísticos y de infraestructura, sino también recuperando lo que por mala planificación municipal no se hizo bien. Ya el compañero presidente planteó que se construirán 2 soluciones pesqueras, una para Muisne y otra para Chamanga, esta podría ser la oportunidad para darle al estuario de Chamanga, a ese hermoso brazo de mar, un giro de aprovechamiento distinto, no solo en el rubro de la pesca; también es posible potenciar el turismo. De esta tragedia debemos sacar lo mejor, y sin temor a equivocarme, considero que lo positivo es que podremos darle a Muisne y también a Chamanga condiciones distintas para que sus habitantes puedan vivir con dignidad. (O)