Una diferencia de posiciones existe entre la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) y la Corporación Aeroportuaria de Cuenca sobre la última intervención realizada en la pista del aeropuerto Mariscal Lamar, que tiene una restricción de las operaciones, cuando la pista esté mojada. En febrero pasado se ejecutaron trabajos a la carpeta asfáltica por un costo de $ 480 mil.

Según un comunicado enviado por la asambleísta Liliana Guzmán, en una reunión mantenida con la Comisión de Gobiernos Autónomos de la Asamblea Nacional, Roberto Yerovi, director de Aviación Civil, señaló que, aparentemente, los trabajos de rejuvenecimiento de la pista de la terminal aérea no habrían sido necesarios, además que tampoco habrían sido socializados de manera oportuna.  

Yerovi también menciona que se hicieron observaciones, incluso antes del día del incidente con un avión de Tame (28 de abril), debido a que ya se habían reportado inconvenientes sobre la existencia de una “pista resbalosa”.

Tras esta información, el edil Marco Ávila publicó en su cuenta de Twitter que se puede concluir “con mayor certeza que el problema en la pista fue la causa (del incidente con el avión de Tame)”.

Esto fue rechazado ayer por el director de la Corpac, Fernando Arteaga, quien señaló que la DGAC sí estaba notificada y tenía conocimiento de los últimos trabajos.   

Arteaga defiende las últimas intervenciones realizadas. “Sí valió el trabajo, porque al término de la aplicación del rejuvenecedor evidenciaron de que los índices de fricción de la carpeta cumplían con la normativa emitida”.  

La DGAC emitió ayer un comunicado en el que indican que “aún no están en condiciones de emitir un pronunciamiento” sobre las causas que motivaron el accidente del avión de Tame, que cubría la ruta Quito-Cuenca. Está previsto que la próxima semana se defina el costo, tiempo y la época, para la intervención emergente de fresado y reasfaltado de la franja central de la pista. (I)