Tras meses de investigación acerca de la pinchagua, pez conocido también como sardina, los estudiantes de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (Uleam) decidieron difundir los resultados de su trabajo a través de una feria informativa.

La indagación inició el año pasado bajo el asesoramiento de los docentes Mariana Zambrano y Alfredo Pachay.

Arrancó desde el mar, siguiendo el proceso de pesca, la cantidad de producto que se captura de la especie y la comercialización, tanto en el mercado local como su exportación.

La finalidad era principalmente conocer los beneficios de la pinchagua, información que los estudiantes decidieron transmitir a la ciudadanía. Entre las propiedades de este pez está su alto contenido en omega 3, magnesio, potasio, hierro, zinc y yodo.

Para la socialización del tema, los universitarios realizaron la I Feria de la Pinchagua, en el parque central de Manta. El evento contó con 12 estands. Además participaron artesanos locales con exposiciones de sus trabajos.

Zambrano explica que gran parte de la captura de la especia se va a la industria, que la procesa y luego la exporta. “Los industriales nos indican que el 85% de la producción se va a México, Venezuela y Argentina, porque en el mercado interno no la están consumiendo”, expresa la maestra.

La investigación no ha concluido  y en esta nueva etapa se enfoca en determinar cuánto se consume en el mercado local. “Encontramos, además, que la pinchagua es uno de los productos más baratos”, refiere.

Francisca Alvarado y Génesis Intriago, estudiantes de Administración, mediante videos y charlas instruyeron a las personas que se dieron cita en la feria.

En su exposición, las universitarias destacaron que la pinchagua disminuye los triglicéridos, los niveles de colesterol, aumenta la fluidez en la sangre y disminuye el riesgo de la trombosis, entre otros.

El estand de la Facultad de Hotelería y Turismo ofreció a los visitantes torta y cazuela de sardina. El estudiante Jorge Álava expresa que “además de ser un producto delicioso, la pinchagua ayuda a fortalecer la visión”.

Durante el evento, Leonardo Caicedo, alumno de la Facultad Ciencias del Mar, resaltó que el problema con esta especie es que no se le da la importancia nutricional debida. “En otros países se utiliza para producir alimento de origen animal, para la acuicultura. Aquí se está desperdiciando, ya que tiene vitaminas, un sinnúmero de aminoácidos y, sobretodo, su valor comercial es bajo en nuestro mercado”.

Con sus compañeros presentó el proyecto de consumo de ceviche sencillo con maní en base de limón; que “se puede hacer en casa y aprovechar los nutrientes”.

Pablo Marcillo acudió al festival para degustar los diversos platos que se vendían. Probaba con total gusto cada cucharada del ceviche de pinchagua.

Cuenta esta mantense que siempre consume este plato, en especial por su módico precio (en la calle se vende a $ 1,50 la porción, con chifle).

La comerciante Virginia Ormaza preparó 150 platos de consomé de pinchagua para venderlos en el transcurso de la feria. “Fue caída y limpia”, manifiesta.