Temas no contados que pueden leerse en la historia secreta de américa
En 4 ocasiones Ecuador estuvo a punto de tener una monarquía
Según historiadores más minuciosos, la actual República del Ecuador, antes de ser tal, estuvo por 4 ocasiones a punto de convertirse en monarquía.
Es decir, hubiésemos tenido un rey o una reina por gobernantes. Yo creo que los mayores intentos fueron 2: el de Juan Pío Montúfar, el Marqués de Selva Alegre; y el camuflado de Juan José Flores.
A Juan Pío Montúfar se le dio el trato de ‘Su Alteza Serenísima’, cuando ataviado de sus joyas asistió a los actos de proclamación de la Junta Soberana de Quito.
Un texto muy decidor
La siguiente cita está tomada de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Hace referencia a los discursos por el Centenario de la Batalla de Pichincha. Allí se dice y se tiene certeza de lo que queremos poner en evidencia:
“El 29 de enero de 1812, remitió Molina el proyecto de Constitución, escrito por el Maestrescuela, doctor don Calixto Miranda, un documento aún inédito y valiosísimo para conocer las opiniones en esa época. Séanos permitido transcribir la Declaración Primera Del Reyno”.
“Declara que siguiendo el estilo de la antigüedad se llame este Reyno el Reyno de Quito y que sus límites y términos sean como deben ser, conforme a las antiguas leyes de su demarcación guardadas hasta la presente. Declara que este Reyno no puede agregarse a otro cualquier Estado sea de Europa, sea de la América, no desmembrándosele alguna de las provincias, que son, y han sido partes integrantes de él.
Declara que, en consecuencia, de los reconocimientos que tiene hechos no es ni puede ser otro el Rey de este Reyno que el dicho Señor Don Fernando VII que debe reinar en él con arreglo a las Leyes, y juntando en esta capital de Quito las Cortes que deben ser con los Diputados de ella y de las ciudades, villas y asientos del Reyno para todos y cada uno de los casos de que hablan las Leyes de esta materia.
Declara que no reinando personalmente en este Reyno y no residiendo en esta su capital de Quito el mismo Rey Don Fernando lo gobernará soberanamente a su Real nombre.
Y teniendo las Cortes arriba dichas un Senado Supremo Conservador del Reyno de que se hablará luego, quien, en consideración a los daños y estragos pasados, nunca permitirá que ni de la Península de cuyas Cortes se ha declarado y declara independiente, ni de otra cualquiera parte vengan acá Gobernadores, Jueces y Empleados”.
La monarquía se gestaba
Después de leer este texto, que es el inspirador, viene otro adaptado a las corrientes republicanas francesas, pero que se nota que es un derivado. Estos documentos, como se dice en muchos textos, constituyen la historia que nos ocultan.
¡Viva el Rey y abajo el mal gobierno! Se gritaba desde las revueltas de los estancos, en las insurgencias previas a 1809.
Esto hace ver que la idea de una monarquía estaba gestándose en los repliegues andinos y duró unos 50 años más tarde, cuando se pretendió que Ecuador, Perú y Bolivia integren una monarquía borbónica.
En el archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador, se conservan copias de la correspondencia recibida y despachada en Buenos Aires, que la Cancillería argentina creyó oportuno hacer llegar a la ecuatoriana, para mantenerla debidamente informada.
De esa documentación se desprende claramente, que la postura de los gobiernos americanos no estuvo, como ha sugerido Gimeno, influida por el Ecuador, en su afán de obtener protección frente a Flores; en septiembre del 46, el agente argentino en París, informa desde Bruselas a su cancillería:
“Un acontecimiento escandaloso y de la mayor gravedad está pasando actualmente en España. El ex-Presidente Flores del Ecuador, que tuvo que abdicar y retirarse del mando del modo que a V.S. le consta, está reclutando en España con conocimiento y connivencia de aquel Gobierno.
Una fuerza que según se asegura no bajará de 6.000 hombres destinada a recuperar su autoridad perdida, invadiendo su antigua presidencia. A cualesquiera le ocurre que en negocio de esta naturaleza, Flores no puede ser más que un testa de fierro, que sirve de instrumento para promover los intereses de quien suministra los medios para realizar la empresa. Flores fue muy bien recibido por el Rey en París y lo ha sido más en España, pues que en una función de palacio, se le dispensó la honrosa distinción de que bailase con la Reina.
Todo concurre a persuadir que el plan que actualmente se ejecuta en España se ha organizado en Francia y tampoco deja de ser muy verosímil, sea con conocimiento y aquiescencia de la Inglaterra.
Cuando salí de París se anunció como positiva la llegada a uno de los puertos de Francia, del general Santa Cruz; después no se ha vuelto a hablar más de él, ni se ha parecido en París, como cosa natural.
Esta circunstancia me hizo sospechar se hubiera metido en España; he escrito pidiendo informes sobre el particular y hasta ahora no he recibido contestación. El general Flores presentó una propuesta monárquica, no solamente referente al Ecuador sino también a Perú y a Bolivia, que fue aceptada por la regente de España.
A este intento se le conoce como “Reino Unido de Ecuador, Perú y Bolivia”, con trono en Quito y cuyo monarca sería Agustín Muñoz y de Borbón, a quien la reina hacía llamar Príncipe de Ecuador y Restaurador de la monarquía en Perú y Bolivia”.
En Argentina se habló de opciones monárquicas
La Historia Secreta de América revela curiosidades que no constan en la ‘historia convencional’. El caso argentino es singular. Al respecto se escribe: “Retrotrayéndonos a la independencia es claro que la idea fue siempre separar las posesiones españolas de la metrópoli y crear estados independientes organizados por monarquías constitucionales”. El Plan de Iguala de 1821, preveía una monarquía moderada o constitucional, con Fernando VII como Emperador, estableciéndose la posibilidad de llamar a un Infante español en caso de que don Fernando no pudiese venir a América.En Argentina se barajaron alternativas monárquicas. Desde la coronación de un descendiente de los Incas, hasta la misión Rivadavia-Belgrano destacada en nombre de las Provincias Unidas del Río de la Plata, con un hijo de Carlos IV como rey.