Hace 10 años, Patricia Chango decidió ampliar los sembríos que tenía en su casa. Arrendó un terreno de una hectárea (ha) para convertir una actividad que buscaba conseguir productos para autoconsumo en un gran emprendimiento. Vive en Uyumbicho. Hace 23 años empezó a capacitarse en agricultura. El principal objetivo era compartir esos conocimientos con más mujeres de su barrio y entregarles alternativas para su desarrollo económico.   Sin embargo, Chango tuvo que dejar a sus compañeras para atender a su hija que fue diagnosticada con leucemia. Hace 10 años la menor falleció y en medio de ese dolor Chango buscó opciones para pagar  las deudas que le dejó el tratamiento de su hija. Ante el interés de dos empresas por las hortalizas orgánicas que producía en su casa, como lechuga crespa, y por cómo fueron aumentando las ventas de sus productos, decidió arrendar un terreno y ampliar su producción. Hoy se ha convertido en una mujer emprendedora que genera empleo para 16 personas, principalmente mujeres de su sector que tienen necesidades económicas, pues muchas de ellas son madres solteras. Además de las empresas que adquieren sus productos, Chango aporta al proyecto Canasta Solidaria que ejecuta la Prefectura de Pichincha desde hace seis años. El plan busca crear una conexión directa entre el productor y el consumidor, evitando los intermediarios. Los 20 productos orgánicos que hoy siembra Chango llegan a diversas zonas de la provincia, como zanahoria, remolacha y rábano, entre otro, a través de este plan. Así como Chango, Óscar Cadena y los demás integrantes de la Asociación de productores agropecuarios La Nueva Esperanza, aportan con papas a la Canasta Solidaria. Chango recuerda que en 2011 empezaron a sembrar en media hectárea de un predio ubicado en Pifo que pertenecía a la cerrada Agencia de Garantía de Depósitos (AGD), y que hoy está a cargo del Ministerio de Agricultura y Ganadería. Pero los pedidos crecieron tanto que hoy siembran en 3 ha. Además, buscan cultivar nuevos productos para integrarlos a su oferta para el proyecto de la Prefectura. Todos sus conocimientos los adquirió de sus padres, también agricultores. Incluso con ellos inició un nuevo emprendimiento de producción de quesos artesanales.   Decenas de pequeños productores se han sumado a esta iniciativa. Y aunque la canasta estaba dirigida para los sectores populares y comunidades rurales de la provincia, actualmente se la entregan en diversos lugares de Pichincha. “Este proyecto es bueno porque el Consejo Provincial nos paga precios justos”, comenta Cadena y recuerda que antes la Asociación tenía muchos problemas para comercializar su producción. Según Édison Echeverría, director de Gestión de Economía Popular y Solidaria del Gobierno de Pichincha, el año anterior se entregaron 18 mil canastas y el presente se prevé entregar más de 20 mil. El precio de $ 10 de la canasta no ha variado desde que inició el plan. La canasta lleva 15 productos que varían de acuerdo a la época. Los que nunca faltan son queso, yogur, tomate riñón, tomate de árbol, papas y cebolla blanca. Se suele complementar con diversas hortalizas y frutas como nabo chino, vainita, pimientos, pepinillo, pepino dulce, cebolla perla, espinaca, zanahoria, remolacha, hierbas, rábanos, plátanos, piñas, melones, frutillas y peras, entre otros. (I) El total de insumos costaría $ 16 normalmente, pero se venden a $ 10, pues la diferencia la subsidia el gobierno de la provincia de Pichincha. Foto: Álvaro Pérez / EL TELÉGRAFO