En Quito, entre 2011  y 2012, el número de casos de cáncer de piel en mujeres superó al de mamas, ubicándose en el primer lugar. Mientras que en hombres, el cáncer de piel se encuentra en el segundo lugar, después del de próstata. La tasa de riesgo de desarrollar esta enfermedad va en ascenso, aunque sigue siendo una afección principalmente del adulto mayor. Los últimos registros muestran que el número de casos de cáncer de piel en hombres en Quito, en el período indicado, fue de 648, mientras que en mujeres fue de 741. La tasa de riesgo en ellos se ubicó en el 4,7% y en ellas en 4,2% en ese período de tiempo. Estás cifras van en aumento, pues hasta 2010, el riesgo de tener esa enfermedad en hombres era del 4% y en mujeres, de 3,2%. Patricia Cueva, directora del Registro Nacional de Tumores, explica que hay dos grupos de tumores que pueden desarrollarse en la piel: los melanomas y los no melanomas. De estos últimos hay los basocelulares, un cáncer que invade lentamente y los escamocelulares, un cáncer un poco más agresivo, pero que demora en generar metástasis. Mientras que los melanomas son muy agresivos, generan metástasis con mucha facilidad y la mortalidad es alta.    Hasta 2010, según la publicación internacional Cancer Incidence in Five Continents, en la que participan 70 países, la incidencia más alta de melanoma en hombres se registró en Hawai, Estados Unidos, Quito ocupó la posición 37. En mujeres la incidencia más alta se ubicó en Queensland, Australia; Quito se ubicó en la posición 36. En cuanto a los no melanomas en hombres y mujeres, la incidencia más alta se registró en Goiania, Brasil; Quito se ubicó en el puesto 19. De acuerdo con Cueva, en Quito el cáncer de piel más frecuente es el de los no melanomas. Según un estudio publicado por la Sociedad de Lucha contra el Cáncer (Solca) sobre epidemiología de la enfermedad en Quito, el promedio de casos por año de cáncer no melanoma en hombres entre 1986 y 1990 fue de 68; entre 1991 y 1995 llegó a 90; de 1996 a 2000, 138; entre 2001 y 2005 fue de 203 y entre 2006 y 2010 fue de 241. Mientras que en mujeres, los casos por año fueron de 87, 104, 151, 230 y 258 en los mismos períodos de tiempo. En cuanto a melanomas, las cifras cada año también van en ascenso. En los mismos períodos, el promedio de casos por año en hombres fue de 9, 11, 14, 17 y 24, respectivamente, y en mujeres fue de 11, 17, 19, 25 y 29. El origen de los dos tipos de tumores se atribuye a las radiaciones ultravioleta. De ahí que, además de la mejora en los diagnósticos, el número de casos de cáncer de piel ha aumentado porque las personas se exponen más a la radiación solar. Según Juan Francisco Barzallo, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Dermatología, Núcleo Pichincha, la radiación ultravioleta (UV) es acumulativa. Se nace con cero y las quemaduras intermitentes durante la vida se acumulan hasta que en algún momento podrían activar el código genético y causar cáncer. La dermatóloga Mónica Zambrano explica que las células de la piel pasados los 30 o 35 años de edad pierden su capacidad de regenerarse. Estas guardan en su memoria todas las quemaduras que sufrió desde su infancia y con los años, al ya no tener esa capacidad reparadora, los daños se manifiestan. “Se trata de un cúmulo de radiación ultravioleta que daña el código genético y llega a un punto en el que la piel no podrá recuperarse”, detalla Barzallo. Pero además de esta falta de protección de la radiación, el cáncer de piel se agrava de acuerdo con la ubicación de cada ciudad. En Quito, por estar sobre el paralelo 0 y a 2.800 metros sobre el nivel del mar, los rayos solares caen perpendicularmente. De ahí que la radiación solar es más agresiva que en otras zonas del país. Según Barzallo, una persona que recibe 15 minutos de sol en Quito, es como si lo recibiera más de 2 o 3 horas al nivel del mar. Yoandi Hernández, meteorólogo del Observatorio Astronómico de Quito, asegura que 2016 fue un año de intensa radiación solar en la capital. El índice UV es una medida de la intensidad de la radiación solar en la superficie terrestre. De 0 a 2 la intensidad es baja; de 3 a 5 es moderada; de 6 a 7 es alta; de 8 a 10 es muy alta y a partir de 11 es extremadamente alta.   Hernández explica que el año pasado se registraron 140 días con precipitación en Quito. El índice máximo de UV en los días de lluvia fue de 9,7, mientras que los días sin lluvia, el UV alcanzó los 10,1. Además, en lo que va del año, en los horarios centrales, los valores de radiación han sido superiores a 9 e incluso han llegado a 13, pese a las precipitaciones. Cueva asegura que el cáncer de piel aún se trata de una enfermedad principalmente de adultos mayores. De acuerdo con el estudio de Solca, desde 1986 hasta 2010, en Quito el número de casos de cáncer no melanoma en hombres mayores a los 75 años fue de 1.065; de 70 a 74 años fue de 474; de 65 a 69 años fue de 438 y de 60 a 64 años fue de 393. Aunque en edades adultas también existen registros de esta enfermedad, no alcanzan estadísticas como estas. Por ejemplo, de 40 a 44 años el número de casos fue de 133, y en edades menores no alcanzan a los 100 casos. Las cifras son similares en mujeres. (I) DATOS Solo el 2% de todos los cánceres de piel son melanomas (el tipo más agresivo de la enfermedad), pero dadas sus características causa la mayoría de las muertes por cáncer de piel a escala mundial. El cáncer de piel no melanomatoso suele responder al tratamiento y se extiende a otras partes del cuerpo con poca frecuencia. Su par melanomatoso, en cambio, invade tejidos cercanos sin diagnóstico temprano. Estudios recientes muestran que el apoyo de la pareja o de algún familiar evita recaída en casos de cáncer de piel melanomatoso. Esto ocurre cuando el acompañante vigila el estado de la piel del paciente. Los especialistas sugieren prestar atención con las señales ante un posible cáncer de piel. La recomendación se da porque aunque lo más común es que la enfermedad aparezca en las zonas expuestas al sol, puede aparecer en cualquier área.