Desde el retorno a la democracia en 1979 cada elección presidencial pone en juego distintos imaginarios y al mismo tiempo, de algún modo, fotografía al Ecuador de ese instante. Y ese año (1979), los llamados ‘populistas’ de entonces eran Jaime Roldós y Osvaldo Hurtado. Ellos y sus partidos, (Concentración de Fuerzas Populares y la Unión Demócrata Cristiana) llegaron a los confines de la patria con una reivindicación popular y una frase que caló: “Pueblo contra trinca”. Trinca era la oligarquía representada en ese momento por el candidato de la derecha Sixto Durán Ballén y el líder de la lista para legisladores León Febres Cordero. A Roldós y Hurtado los tacharon de comunistas en toda la campaña. Y no se puede olvidar el rol jugado en ese entonces por los medios de comunicación a favor del candidato de la ‘trinca’. Hay varios estudios y libros sobre lo ocurrido en esa campaña, que contra todos los pronósticos ganó el joven político Jaime Roldós (reformista al fin de cuentas y a quien impidieron cumplir el programa democrático con el que llegó a la Presidencia y su sucesor traicionó). Hasta las empresas encuestadoras se equivocaron porque trabajaron para el representante del capital financiero y terrateniente de entonces: Durán Ballén. El símil con el presente tiene sentido porque están dadas todas las condiciones para imaginar cómo se verá en la historia esta segunda vuelta. De nuevo hay una alternativa popular frente a una trinca oligárquica. Quizá la única diferencia es que ahora los supuestos izquierdistas han pasado a ese bloque de derecha suponiendo que “ganarán agudizando las contradicciones”. Sin duda, todo el poder oligárquico del Ecuador apuesta por Guillermo Lasso. Haciendo el símil: la trinca de ahora juega por el candidato de sus intereses empresariales, bancarios y hacendatarios, sin lugar a dudas, tal como en su momento lo hicieron con Durán Ballén y Febres Cordero. Y para eso cuenta con una prensa comercial más activa y militante que la de 1979. Y no se trata solo de afiches, slogan o publicidad: la trinca quiere todo el poder porque estos diez años el proceso de redistribución de la riqueza (MPD y Pachakutik parece no lo han sentido) les restó hegemonía política, tal como la tuvieron durante 25 años tras la muerte de Roldós. “Pueblo contra Trinca” adquiere su simbolismo porque están en juego las conquistas sociales y los derechos garantizados, tal como en su momento algunos soñaron con Roldós. Quizá la historia nos ilustre, en el futuro, mejor el tema. (O)