Guillermo Lasso, en calidad de gobernador del Guayas, del gobierno de Jamil Mahuad, expulsó al catedrático venezolano, Jose Luis Cordeiro, “ya que no es posible permitir que un extranjero atente contra el honor nacional al faltarle el respeto al Presidente de la República”. El hecho ocurrió el 1 de julio de 1999. Y constituyó para todo el mundo (literalmente para todo el mundo) un acto legal y no trascendió más allá, a pesar de que las justificaciones exhibidas por Lasso no tenían la proporción ni la dimensión para su decisión en calidad de gobernador: Cordeiro no vino en plena campaña electoral, no le esperaban todos los medios comerciales en el aeropuerto (como sí lo hicieron prestos y disciplinados la madrugada de ayer por disposición de quien les financia) y mucho menos en su carta migratoria señalaba actividades proselitistas de ninguna naturaleza. Es más, un guayaquileño de alto reconocimiento mediático, el ingeniero Joaquín Martínez Amador defendió la actuación de Lasso y dijo: “Un país tiene que defender su dignidad”. Cordeiro fue invitado por la Cámara de la Pequeña Industria de Guayaquil a un coloquio académico. Y nada más. Pero aún así, Lasso lo botó del Ecuador. Y ahora es el mismo Guillermo Lasso, en calidad de candidato, quien trae (con todos los gastos pagados) a una ciudadana venezolana para que participe con él (lo dijo en el aeropuerto) en dos actos políticos proselitistas. Esa señora no venía a dar charlas académicas, ni mucho menos. Vino a participar en la campaña electoral del Ecuador. En otras palabras: Lasso buscó refuerzo extranjero, con los suyos no le alcanzan y prefiere a una señora que se pasea por el mundo acompañando a los candidatos de la derecha, del Opus Dei, tal como hizo en las elecciones de España. Si busca refuerzo foráneo no estaría mal que trajera a Mauricio Macri y con ello nos pondría al tanto de la realidad de un país donde se aplica la misma receta que Lasso quiere para Ecuador. Tampoco estaría mal traer a José María Aznar o a Sebastián Piñera (ya no puede traer al ex presidente de El Salvador Francisco Flores porque murió cuando cumplía arresto domiciliario por corrupción) y nos cuenten cómo se hacen millonarios gracias al uso del Estado, a la privatización de la salud y la educación. Ya lo hace con Capaya, Pedro Delgado y los Isaías, ¿para qué más? ¿Lasso revela desesperación por subir en las encuestas? ¿Cuánto contribuye a su campaña una señora venezolana con acusaciones de violentar a su país donde murieron 43 personas? Lasso olvida el artículo 137, numeral 5, de la Ley de Movilidad Humana. Si quiere gobernar este país debe empezar por respetar y hacer respetar nuestras leyes sin pestañear. (O)