Si se revisa el programa de gobierno de CREO-SUMA hay un conjunto de políticas que no coinciden para nada con el sinnúmero de ofrecimientos realizados en los últimos días por el binomio Lasso-Páez. ¿Por qué? Una explicación estaría en el contenido de la entrevista con el jurista Xavier Zavala que se publica con esta edición: “Todo vale”. Y ese “Todo vale” explica angustia o desesperación por llegar al gobierno a cualquier costo. Lasso y Páez no ganaron la primera vuelta ni obtuvieron las curules necesarias para tener una mayoría en la Asamblea, precisamente porque no dijeron la verdad: una cosa dicen en la tarima y otra es la que consta en su programa de gobierno. Al ofrecer de todo a todo mundo crean sospechas para el sentido común del más común de los electores. Por ejemplo: ahora ofrece indultar “a todos los presos políticos”, restituir la personería jurídica de la UNE y estimular la minería “solo con consulta previa”. Ahí se ve un claro afán de recibir el apoyo de la izquierda fundamentalista que ha posicionado una supuesta verdad: en Ecuador hay presos políticos. Y Lasso, como se dice vulgarmente, “se come el cuento”. ¿Cuántos hay? ¿Cuáles son? ¿Qué delitos políticos cometieron? ¿La UNE no tiene personería jurídica? ¿No existe la consulta previa en la concesión de proyectos mineros? Todo eso suena más bien a indulto para Charly Pareja, Jamil Mahuad, Galo Lara, los hermanos Isaías, ‘Capaya’ o Villavicencio. Ellos serían los beneficiarios como agradecimiento por todo lo hecho en contra del binomio Moreno-Glas y de Rafael Correa.   Y eso suena a una aberración política. Primero, porque parte de una mentira (en Ecuador no hay presos políticos ni se ha borrado a la UNE); y segundo, porque las demandas políticas de los supuestos actores reprimidos no constan en el programa de Lasso. Si la alianza de la derecha quiere congraciarse con la izquierda de PK, UP y otros grupos debería hablar claro: ¿qué proyectos, postulados, medidas, acciones y/o políticas públicas propuestas por ellos aplicaría en un hipotético gobierno de Lasso y Páez? Si no lo hace, volveríamos a vivir la misma experiencia (traumática) de 1998 y 1999, cuando Jamil Mahuad recibió el apoyo de ciertos sectores ‘progresistas’ a cambio de nada y en la práctica él solo hizo lo que la banca y sus financistas le impusieron: la dolarización, el feriado bancario y un conjunto de políticas neoliberales letales para los más pobres. (O)