El 2 de abril, el Consejo Nacional Electoral (CNE) verificaría los resultados del exit poll o encuestas a boca de urna antes de autorizar su difusión en medios. Esto, para evitar posibles errores y no dar lugar a manipulaciones o desinformaciones en el caso de que los resultados sean apretados (empate técnico). De las 11 encuestadoras inscritas en el CNE para hacer exit poll, solo 5 presentaron el trabajo en la primera vuelta, de ellas, 2 estuvieron dentro del margen de error del 3% y el resto con valores superiores, incluso, hasta con el 7% (ver gráfico). Por este motivo, el  CNE analiza  los resultados de los pronósticos de la primera vuelta para determinar cuáles cumplieron con las normas técnicas, como el margen de error. El titular del CNE, Juan Pablo Pozo, dijo que la entidad efectuó un primer análisis sobre las cifras emitidas por las empresas que hicieron el conteo a boca de urna, “muchos de esos datos están por fuera del margen de error remitidos por las propias encuestadoras”. Por tanto, el CNE solicitó información sobre sus resultados a las empresas: “Lo que buscamos es que sean fuentes confiables para la ciudadanía y como han dicho los informes de las misiones de observadores internacionales, que no se conviertan en herramienta política”. Recordó que hay un reglamento para el funcionamiento de las encuestadoras, de manera que cumplan requisitos mínimos. Por eso, no se limitará la información, pero se asegurarán que no sirva para que se especule con datos que sobrepasan el margen de error con el que las propias empresas se han comprometido. Esta vez 7 entidades están autorizadas para el exit poll. Al mismo tiempo, el CNE solicitó el viernes pasado a las encuestadoras acreditadas el “documento metodológico”, en donde se detalle el nombre del encuestador; el medio de comunicación que publicará los resultados; el tipo y tamaño de la muestra; el margen de error; el ámbito geográfico; los instrumentos que utilizará para obtener la información; y un análisis de factibilidad para que las personas naturales o jurídicas hagan la encuesta a boca de urna. En esta semana estaría previsto la entrega de dicha información al CNE. Allí, el departamento de Estadística Institucional analizará los informes y verificará la viabilidad de la metodología. De ser necesario algún ajuste, el organismo electoral remitirá a la empresa para que arregle la falencia encontrada. “En este sentido habrá que ver con los documentos que estamos pidiendo que en algunos casos se ha  superado este margen, lo cual  analizaremos y, de ser el caso, tomar cualquier decisión”, señaló Pozo. Ana Marcela Paredes, consejera del CNE, cree que más adelante se debería reformar el Código de la Democracia para sancionar a las empresas que no se acercan al margen de error. “Las encuestadoras cumplen un papel informativo hacia la ciudadanía. Mi petición será que se considere una infracción electoral a las encuestadoras que estén por encima o debajo del 3% de error”. Resaltó que la difusión previa de exit poll debe, además, ser responsabilidad de los medios de comunicación y de los actores políticos. El experto Adrián Bonilla, catedrático de la Flacso, cree que sería grave para la democracia sancionar a las encuestadoras, ya que el problema no estaría en la generación de información, sino en el uso político. “Es suficiente con demostrar el error, lo cual hará que queden como una entidad fantoche que apareció con propósitos claros”. Experiencias en otros países han confirmado lo delicado de emitir exit poll antes de los resultados oficiales, cuando se prevé un empate técnico. Por ejemplo, en el 2006 en México, Felipe Calderón ganó la Presidencia con solo el 0,01% de ventaja sobre el segundo (Manuel López Obrador), lo que incluso originó reclamos por un supuesto fraude electoral que nunca se demostró. (I)