La prensa no estaba invitada. Era una reunión interna de Creando Oportunidades (CREO), pero la noticia se filtró en las redes sociales. El expresidente del gobierno español, José María Aznar, iba a ofrecer una charla a militantes de ese movimiento político en Guayaquil. Los periodistas solo podían estar en el lobby del Hilton Colón, no debían subir al salón Isabela, ni tomar fotografías. De hecho, cuando una fotógrafa de este Diario quiso captar a la asambleísta Mae Montaño un guardia se lo impidió. “Si toma la foto tengo que sacarla”, amenazó. La misma advertencia, pero un poco más amable, se la hicieron a una asesora del asambleísta Patricio Donoso. “¿No le puedo tomar fotos al asambleísta que asesoro?”, preguntó. “Aquí no”, le contestaron con una sonrisa fingida. Donoso dijo que Lasso invitó al exgobernante español para que compartiera sus experiencias con la militancia de CREO, por eso llegaron personas de todo el país. Eran dirigentes provinciales de la lista 21 que habían sido convocados por su líder. Consultado sobre la polémica que gira en torno a Aznar, Donoso respondió que prefería que estuviera en Ecuador él y no los hermanos Castro o Nicolás Maduro, matizando que este último “ha causado decenas de muertos en Venezuela”. Mae Montaño subió de prisa por el ascensor. “Son amigos y nadie lo oculta”, dijo sobre la relación entre Lasso y Aznar. Arriba ya están reunidos ambos desde hace un buen rato. La cita es a puerta cerrada y los legisladores de CREO también participan, además del exaspirante a la Vicepresidencia, Juan Carlos Solines. Poco después de las 11:20, Lasso y Aznar salen juntos. Son bloqueados por la prensa. El tono de voz del español cuando se dirige a los medios es uno y el que usa después, en el auditorio, otro. Abordado sobre la reelección continua, Aznar pronuncia unas palabras que rozan en el murmullo. No se le escucha casi nada, apenas la palabra “valores de la democracia”. Solo acepta una pregunta, Lasso lo invita a pasar y la seguridad se abre paso, a empellones, entre los comunicadores. Entonces ingresan al salón Isabela en medio de una lluvia de aplausos. Los asistentes están distribuidos en mesas horizontales. Todos de pie ovacionan a Lasso y Aznar. Los dos se dirigen hacia el frente, donde hay una tarima azul con dos mesas, sendas sillas y micrófonos. Arriba se aprecia una pantalla gigante con el logo de CREO. Parece un escenario dispuesto para los anuncios de Steve Jobs. Rápidamente se pronuncian las palabras de bienvenida, una corta biografía de Aznar y de ahí el discurso de Lasso. Este último cuenta que ahora CREO está concentrado en fortalecer su estructura. El exbanquero quiere presencia en todos los cantones y parroquias del país. Revela que ese proceso se ha encargado a César Monge y Lorenzo Calvas. Mae Montaño es la responsable de fortalecer los grupos de mujeres y de formación política. Para ello recorre todo el país. La conferencia con Aznar forma parte de ese proceso, todo ello con miras a las elecciones de 2017. Lasso destaca la gestión de su amigo en España. El dato que más repetiría sería la creación de 5 millones de puestos de trabajo. En su turno, Aznar tocaría el mismo tema. Justifica su éxito en las privatizaciones de las empresas públicas. “¿Para qué quiere el Estado empresas?”, pregunta esta vez con un tono de voz mucho más alto. Por eso elogia las políticas aperturistas. Habla de la grandiosidad del Partido Popular, del que dice es el más grande de España y Europa. Lo cierto es que la agrupación que más ha gobernado al país ibérico en toda su historia democrática es la socialista. Culpa a su sucesor de la crisis económica. Asegura que se han destruido millones de empleos porque se gastó en exceso, más de lo que las posibilidades permitían. No hace ni una sola referencia a la burbuja inmobiliaria que se formó en su periodo y reventó en la administración de José Luis Rodríguez Zapatero. Recalca la importancia de los partidos políticos, aunque reconoce que están venidos a menos, pero nada dice sobre la contabilidad paralela del PP que se habría creado durante su liderazgo. Alaba el rol de España en el mundo bajo su mandato, pero ninguna referencia realiza sobre la intervención en Irak, bajo el paraguas de George W. Bush. Al final viene la ronda preguntas de los mismos militantes. La mayoría de periodistas ya se ha ido y eso quizá relaja a los conferencistas. En ese punto Lasso pide derecho a la réplica “en uso de la Ley de Comunicación que nosotros tiraremos al tacho de basura de la historia”. El recinto se llena de aplausos. Lasso pide la palabra para referirse a la importancia de la continuidad de las políticas. Un militante pregunta cómo Guillermo Lasso va a enfrentar la amenaza que representa para Ecuador el “socialismo del siglo XXI”. “Cuidado con estos socialistas”, alerta. Cuenta que la semana pasada se reunió con Sebastián Piñera. “En tres meses del nuevo gobierno en Chile se han destruido 70.000 puestos de trabajo porque se planteó una reforma fiscal que ahuyentó a inversionistas”. En la parte final el exbanquero acota “Van a tener una segunda oportunidad de votar por mí en 2017. No la desperdicien”.