En América Latina persiste el problema de los gobiernos democráticos que tratan de mover la línea del poder económico real, en el marco de la globalización,  por eso la intervención de los estados se reduce, “pero las acciones para contrarrestar esto no radica en un solo país sino en la capacidad de integración de  regiones”. Así lo destacó ayer el encargado del partido socialista de Chile, Armando Uribe, en una de las conferencias durante el cierre del III Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP). Uribe explicó que el neoliberalismo hizo sus primeros ensayos frontales graves en su país: “Seguimos sufriendo esa consecuencia ahora, estamos condenados a una política neoliberal, por lo que es necesario salir de esa “economía global depredadora. En Chile el 1% de los más ricos capta el 30% de la riqueza nacional”, aseguró. Al respecto, el presidente del instituto de pensamiento político de Alianza PAIS, Pabel Muñoz, durante su intervención añadió que hay 10 retos en la región que los sectores de izquierda progresistas deberían asumir en conjunto: “Si no rompemos el colonialismo del pensamiento y no creemos que otro tipo de economía es posible, no podremos avanzar”. Muñoz definió que el primero es acordar con nuestras sociedades  programas de desarrollo a largo plazo. “La oposición en general parte de un supuesto terrible diciendo que nada ha servido y hay que volver a cero. Las sociedades serias han logrado estos procesos de transformación en varios períodos, en Ecuador se necesitarían por lo menos cuatro períodos, pero no hablando en el sentido de una fuerza política, sino en una lógica estatal, más que gubernamental. Si no apostamos  por un proceso serio de mediano y largo plazo, la cosa está perdida”. Otro punto por trabajar es el cambio de la matriz productiva que en el caso de Ecuador -destacó- ha dado grandes pasos en estos últimos años. Es un tema fundamental, “si no podemos generar un tipo de economía distinto basado en el trabajo que de alguna manera agregue valor a los productos de exportación, no vamos a romper el ciclo de nuestro aparato productivo”. También hay que salir del extractivismo dándole énfasis a la educación, ciencia y tecnología, por eso en la actualidad los tratados comerciales progresistas no le ponen énfasis a la apertura comercial sino a la propiedad intelectual, es un escenario de disputa. Muñoz resaltó la importancia de los pactos fiscales con profunda ética: “Es falso que paguemos muchos impuestos en América Latina,  creo por eso deberíamos tener reglas comunes en la región”, sugirió. En el tema de los paraísos fiscales mencionó que es inconcebible  que esa riqueza generada en el país con fuente de trabajo local beneficie al capital especulativo financiero de otras latitudes de baja imposición. Otro de los retos es erradicar la pobreza aumentando la igualdad, generando pisos de protección para esa gente que logramos que salga de la pobreza. También promover pactos nacionales por el empleo, pues hay que seguir en la línea de reconocer más al ser humano que al capital, esto debe ser un pacto de la sociedad para proteger el empleo y trabajo digno. Agregó que en la adecuada combinación entre la inversión pública y privada, en la derecha ha tratado de confundir la inversión pública con derroche cuando esto es lo que genera condiciones mejores de vida. Y fue más allá al señalar que la izquierda no puede estar ausente de la discusión de la calidad de los servicios públicos, eficiencia del Estado y la productividad de la economía, pues, dijo, son fundamentales. “Si como izquierda nos rehusamos a la discusión de estos temas, no vamos a tener éxito”. A esto hay que sumarle el cuidado del medio ambiente, en donde no todo es posextractivismo, sino fomentando la cultura de reciclaje, el tema del cuidado de los ríos, tratamiento de residuos, saneamiento que a ratos son más letales para determinadas  realidades  en términos de impacto ambiental. Por todo lo anotado, la integración regional es fundamental para promover estos retos como un sistema compartido por todos los países progresistas, coincidieron en señalar los expositores. “Esta integración no se llevó a la velocidad adecuada y se atrasó en temas como la  fundación del Banco del Sur. Imagínense si ya hubiéramos constituido estos elementos, en 2014 los países latinoamericanos teníamos $ 760 mil millones depositados en bancos de EE.UU., y por el otro lado estábamos pidiéndole préstamos a ese mismo capital”, indicó Pabel Muñoz. Todo esto redondeado con políticas que sean compartidas con las naciones latinoamericanas incentivando condiciones tributarias y redistributivas igualitarias, legislación  ambiental compartida, una regularización de los precios de las materias primas de exportación, y compras públicas regionales en forma de paquetes para priorizar a proveedores de los países con economías pequeñas. Uribe dijo que la medida que debería  discutirse para implementar también en la región es la famosa “renta básica universal”, basada y financiada por una porción de los intercambios comerciales: “Sería una de las propuestas que las izquierdas podrían traer para las economías latinoamericanas”. (I) ----------------------- Dos diputados españoles lo confirmaron ayer al intervenir en el Elap Modelo político progresista de Ecuador fue acogido por Podemos de España La experiencia política registrada en los últimos años en Latinoamérica, y particularmente la ecuatoriana, fue la que inspiró la conformación del movimiento político español Podemos, que provocó una nueva configuración de la política de España, que tradicionalmente tenía dos grandes partidos hegemónicos, el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). “Latinoamérica había abierto un camino al mundo. El mundo tenía que aprender de ese cauce democrático que se había abierto y que había dado lugar a la llegada al poder de partidos de índole progresista o popular, por lo cual diría que fue la primera lección latinoamericana que tratamos de exportar a España”, afirmó el diputado español de Podemos, Chema Guijarro. Al intervenir en la conferencia sobre los Retos y Desafíos Políticos, que se desarrolló ayer en las instalaciones del Ciespal, en el marco del III Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP), señaló que para su estructura Podemos siguió un poco el modelo venezolano, pero en mayor medida el ecuatoriano, que construyó una plataforma electoral con los movimientos sociales y políticos desagregados para formar una fuerza grande y una estrategia democrática para llegar al poder. “Para mí, el modelo ecuatoriano siempre estuvo presente”. Criterio ratificado por Pablo Bustinduy, otro diputado español de Podemos, quien agradeció por las experiencias emancipadoras latinoamericanas, y llamó a no dejar nunca de luchar. “Estamos peleando por lo mismo en lugares muy diferentes”, dijo, al señalar que por el sistema parlamentario que tiene España y por los últimos resultados electorales en su país, la tarea se complica, por lo que están cambiando de estrategia, pero con el mismo fin, el llegar al poder. (I) Los diputados de Podemos, Chema Guijarro (izq.) y Pablo Bustinduy,  intervinieron ayer en lugar de Pablo Iglesias, secretario general de la organización política. Foto: Daniel Molineros / El Telégrafo