La reunión de alcaldes en Cuenca (en medio de una rendición de cuentas o a pretexto de ella) ha dado muestras de la ‘nueva política’, a decir de su anfitrión: cero ideologías, sin memoria y bajo el amparo del anticorreísmo más crudo. Como ya se ha dicho antes: ¿El problema de la oposición es Rafael Correa? Al parecer sí, y por ello se arman frentes entre izquierdistas, socialcrististianos, experiodistas y exasambleístas de AP. Y si no estuviese Correa en el escenario político y/o electoral, ¿tendrían cabida en los brazos socialcristianos quienes antes supuestamente lucharon contra Jaime Nebot o se opusieron a esa ideología que enarbolan los alcaldes de Quito y Guayaquil? ¿La oposición invierte todas sus neuronas y forja alianzas sin ideologías solo para sacar del poder a Correa? Parece demasiado para ser cierto. Y muy poco para fines absolutamente loables. Lo que sí parece cierto (porque ya hay muchas pistas dejadas, indicios a la vista y declaraciones coincidentes) es que en un sector de la oposición hay un libreto que se cumple a cabalidad y donde no cabe ninguna improvisación. Para los asesores de comunicación y para los consultores políticos (que trabajan a tiempo completo para estos alcaldes y prefectos) funciona ese nuevo paradigma: la política descafeinada, sin ideología, nada de principios y doctrinas. En otras palabras: viva la amistad, abajo las diferencias (siempre que ahí no entre el correísmo). ¿Qué dirán de esto un Alberto Acosta o un Gustavo Larrea? ¿Dónde queda el socialista de cepa Enrique Ayala Mora? ¿Todos sus escritos y pensamientos quedan en el baúl de la historia hasta que Nebot, Rodas o Carrasco tomen el poder por la vía de la ‘cero lucha de clases’? Por lo pronto hay dos damnificados de esta moda de ‘cero ideologías’: Pachakutik y MPD. Ninguna de las dos agrupaciones tiene cabida en ese escenario, son como los ‘apestados’ de la moda, salvo que ahora también sacrifiquen sus principios y aboguen por el arco iris pleno sin verdeflex. Y quizá hay otro damnificado de esta moda purista: Guillermo Lasso y sus seguidores de CREO. En ese nuevo bloque de derecha parece desplazado el exbanquero, por el liderazgo que ahora ostentan en ese sector (desideologizado) los alcaldes de las dos grandes ciudades y un prefecto.