Punto de vista
Oposición queda dislocada
En un análisis que titulamos ‘Patria para siempre’ que apareció el 18 de febrero de 2013, es decir, al día siguiente de la victoria en primera vuelta del presidente Correa, señalamos que ese triunfo plantea (en resumen) dos escenarios en el 2017: a) De acuerdo a la vigente norma constitucional, el presidente Correa termina su mandato y se escoge una persona que cumpla las condiciones que permitan dar continuidad a la Revolución Ciudadana; y, b) Se impulsa un cambio en la norma constitucional que permita la reelección continua de los presidentes de la República y otras autoridades de elección popular, tal como sucede en otras democracias occidentales.
Como es nuestra costumbre, ese análisis lo lanzamos al ciberespacio y lo gracioso fue que el mismo día en que triunfaba el presidente Correa, los periodistas (especialmente de la oposición) le preguntaban si pensaba postularse para la reelección en 2017.
De ahí arranca el juego; en términos básicamente mediáticos, la elección del 2017 se adelantó, ya que se volvió una obsesión de los actores políticos de oposición (al frente los medios de comunicación opositores) contener la posibilidad de que el presidente Correa se reelija. Esa obsesión en que cayó la oposición, se manifestó en muchas de sus acciones y profundizó su condición desestabilizadora. Pero fundamentalmente, cuando el gobierno impulsa las enmiendas constitucionales, su ‘estrategia’ se circunscribe a enfrentar la enmienda que posibilita la reelección de las autoridades de elección popular, léase, impedir que el presidente Correa conste en la papeleta de las elecciones del año 2017.
La derecha y una autodefinida ‘izquierda’ que a partir de 2013 completó su proceso de confundirse y coaligarse con la restauración neoliberal, volviéndose una vez más funcional a lo más retrógrado que tiene la política nacional, quedó frustrada en sus intentos de llevar a cabo paros o levantamientos nacionales, todo en la línea de lo anteriormente expuesto. Lo gracioso es que se sigue anunciando un nuevo levantamiento para impedir la aprobación de las enmiendas; se habla en plural, pero la preocupación es una enmienda singular, la que todos sabemos.
Creemos que en el Enlace Ciudadano del 14 de noviembre, prácticamente se confirmó que el presidente Correa no se postularía para la elección presidencial de 2017. Esto deja a la oposición completamente dislocada, sin discurso (aunque más adelante como sucede con Macri en Argentina, se volverán más ‘izquierdistas’ que Álvaro Noboa, patético) y sin estrategia, es decir, en situación desastrosa.
Sería interesante que las encuestadoras no solo se preocupen por medir la credibilidad del Presidente de la República, sino también la de la oposición y la de determinados actores políticos de esa oposición. Sospechamos que la evolución del escenario político ha hecho que la credibilidad de la oposición quede más abajo de las estimaciones. Como dijo el Maestro Sun: “Sé digno de confianza de una forma habitual”, y la oposición desestabilizadora y neoliberal, no es digna de confianza y mucho menos de forma habitual.
La jugada estratégica se vuelve más interesante cuando la probable transitoria impida que potenciales candidatos lo sean en 2017 si han ejercido cargos de elección popular por más de dos períodos, lo cual deja fuera de juego a ciertos ‘cuadros’ de la restauración conservadora. Esa transitoria sería mucho más interesante aún, si se le amplía en el mismo sentido para los potenciales candidatos de las subsiguientes elecciones seccionales.
El presidente Correa luce nuevamente su gran liderazgo, su decisión permite proyectar el proceso de la Revolución Ciudadana en términos estratégicos, más allá del año 2017 y más, y lo libera de peligrosas dependencias individuales, creando hegemonía.
De ahora en adelante seguirá el juego táctico-estratégico, pero en el arte de la estrategia el camino está en conocimiento de unos pocos, y como en todo juego, siempre hay la posibilidad de que alguien se equivoque.
En el campo de la Revolución Ciudadana, la elección del candidato de Alianza PAIS es crucial, lo lógico es escoger un perfil que permita no solo darle continuidad al proceso, sino profundizarlo; las medias tintas están acabando con procesos como el argentino o brasileño. (O)