Ancianos LGBTI: olvido y soledad marcan sus vidas

La sociedad sabe que en alg&uacute;n lado est&aacute;n, pero hablar de este tema incomoda. No importa, aunque es preferible que sigan en su mundo, aquel que no se ve ni escucha. Hoy, precisamente, cuando en el mundo se celebra el D&iacute;a Internacional de las Personas de Edad, todav&iacute;a queda un grupo de ancianos que sigue invisible, que no recibe homenajes ni tampoco aparece en la mayor&iacute;a de los medios de comunicaci&oacute;n. De este grupo de adultos mayores ser&iacute;a bueno conocer -a ciencia cierta- cu&aacute;ntos son, d&oacute;nde viven, qu&eacute; piensan; si cuentan con recursos econ&oacute;micos, pareja, descendencia; cu&aacute;les son sus aspiraciones, est&aacute;n acompa&ntilde;ados o solo viven con la soledad. Lamentablemente, no se sabe casi nada de ellos ni de ellas: las personas adultas mayores LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transg&eacute;nero e intersexuales). Por eso no forman parte de los discursos ni del imaginario social. Todav&iacute;a cuesta comprender que la orientaci&oacute;n sexual no entiende de edades y las personas LGBTI que nacieron en las d&eacute;cadas de los 50, 60 y 70, del siglo pasado, son los viejos invisibles de ahora. Posiblemente, el rechazo, la represi&oacute;n, discriminaci&oacute;n, homofobia -por ser como son- fueron las razones para que nunca salieran del cl&oacute;set. Hasta hoy, la sociedad no est&aacute; acostumbrada a tratar con gays y lesbianas mayores que vivan su sexualidad de manera abierta. Al no tener cifras, datos o estudios sobre este grupo etario, obviamente tampoco son tomados en cuenta -de manera espec&iacute;fica- en los programas o proyectos estatales y seccionales. Igual no aparecen con la importancia debida al interior de los colectivos LGBTI de Ecuador. En relaci&oacute;n al siglo pasado, hoy se enfrentan a otros retos. El matrimonio gay es una realidad reciente y muchos de los adultos mayores LGBTI no tienen hijos o parejas legalmente reconocidas. Esto supone una vida en soledad. Tampoco la vida sexual es la misma que hace unos a&ntilde;os. A una mejor salud general se junta una percepci&oacute;n de la sexualidad en t&eacute;rminos m&aacute;s sanos y abiertos. Pero estos elementos, que son positivos, conllevan nuevos riesgos. La Organizaci&oacute;n Mundial de la Salud advierte un aumento de los casos de sida entre mayores de 45 a&ntilde;os. Este colectivo no ha concienciado sobre el uso del cond&oacute;n, ve los riesgos como algo propio de la juventud y acaba contagiado. A los adultos mayores LGBTI no se los trata de victimizar, pero s&iacute; que se entienda que tambi&eacute;n son sujetos de derechos, como dice el art. 11, numeral 2 de la Constituci&oacute;n de Ecuador (2008): &ldquo;Todas las personas son iguales y gozar&aacute;n de los mismos derechos, deberes y oportunidades. Nadie podr&aacute; ser discriminado por razones de sexo, identidad de g&eacute;nero, orientaci&oacute;n sexual. La ley sancionar&aacute; toda forma de discriminaci&oacute;n&rdquo;. Apenas en 2013 se realiz&oacute; el &lsquo;Estudio de caso sobre las condiciones de vida, inclusi&oacute;n social y cumplimiento de derechos humanos de la poblaci&oacute;n LGBTI en Ecuador&rsquo;, por parte del Instituto Nacional de Estad&iacute;stica y Censos (INEC) y la Comisi&oacute;n de Transici&oacute;n para la Definici&oacute;n de la Institucionalidad P&uacute;blica que garantice la igualdad entre hombres y mujeres. En el estudio se entrevist&oacute; a 2.805 personas de 18 a&ntilde;os y m&aacute;s, en las zonas urbanas de Quito, Guayaquil, Portoviejo, Machala, Babahoyo, Ibarra, Santa Elena, Salinas, La Libertad y Manta debido a que en estas ciudades hay organizaciones y colectivos LGBTI. Los resultados reflejan algunos aspectos relacionados con las condiciones de vida y la situaci&oacute;n de discriminaci&oacute;n, exclusi&oacute;n y violencia. El 66,7% de los entrevistados correspondi&oacute; a personas de entre 20 y 34 a&ntilde;os y el 0,7% apenas a personas de 60 a&ntilde;os en adelante, cifra que no es suficiente para establecer las condiciones de vida de los adultos mayores LGBTI. Menos a&uacute;n si tomamos en cuenta que, seg&uacute;n el INEC, las personas con m&aacute;s de 60 a&ntilde;os de edad en Ecuador superaron en la actualidad la cifra de 1&rsquo;300.000 habitantes. Al 1 de octubre de cada a&ntilde;o las Naciones Unidas declararon el D&iacute;a Internacional de las Personas de Edad para concienciar contra la discriminaci&oacute;n de las personas mayores. Tambi&eacute;n contra la marginaci&oacute;n por parte de las sociedades, personas, pr&aacute;cticas institucionales y la representaci&oacute;n medi&aacute;tica, porque se deval&uacute;a y excluye a las personas mayores. En el estudio del INEC sobre las condiciones de vida, inclusi&oacute;n social y cumplimiento de derechos humanos de la poblaci&oacute;n LGBTI se determin&oacute; que el 58% de los encuestados no est&aacute; afiliado al Seguro Social y no cuenta con acceso a otro tipo de seguro de salud. El 77,1% es soltero y el 16,1% declar&oacute; vivir en uni&oacute;n libre. De mantenerse esta tendencia a futuro, el tema de cuidado se vuelve uno de los problemas principales. Del total de la poblaci&oacute;n LGBTI entrevistada, el 70,9% report&oacute; que vivi&oacute; alguna experiencia de discriminaci&oacute;n en su entorno familiar y el 72,1% dijo haber sufrido alg&uacute;n tipo de experiencia de control, el 74,1% alguna imposici&oacute;n, el 65,9% rechazo y el 61,4% violencia. El estudio demuestra que, en t&eacute;rminos de discriminaci&oacute;n y violencia, el mayor porcentaje de eventos sucede en los espacios p&uacute;blicos, mientras que los casos de exclusi&oacute;n se producen en mayor medida en espacios privados. En otros pa&iacute;ses se han realizado estudios como el de la Universidad de la Escuela de Trabajo Social de Washington, que determin&oacute; los problemas de salud de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales al ser ignorados de los servicios y pol&iacute;ticas. De igual manera, las tasas de discapacidad, angustia f&iacute;sica y mental. En Am&eacute;rica Latina, Argentina permite los matrimonios entre personas del mismo sexo desde el 15 de julio de 2010. Fue el primer pa&iacute;s de la regi&oacute;n en reconocer este derecho en todo su territorio nacional. Adem&aacute;s, fue el d&eacute;cimo en legalizar este tipo de uni&oacute;n a nivel mundial. El debate sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo comenz&oacute; con la campa&ntilde;a nacional por la igualdad jur&iacute;dica de lesbianas, gays, bisexuales y trans, bajo la consigna &lsquo;Los mismos derechos, con los mismos nombres&rsquo;. (I) La crueldad hacia los ancianos viene m&aacute;s de los familiares que de la sociedad Tengo 68 a&ntilde;os. Mi vida de ni&ntilde;o, pese a las limitaciones econ&oacute;micas, fue muy, muy feliz. Era un destacado alumno de la escuela. En mi adolescencia empec&eacute; a tener giros, a darme cuenta de mi orientaci&oacute;n. Con una familia y parientes homof&oacute;bicos, esto les causaba terror. Cada vez que sent&iacute;a lo que quer&iacute;a y deseaba prefer&iacute;a cerrar la puerta y llegar hasta ah&iacute;; en esa lucha constante pas&eacute; mi adolescencia. Baj&eacute; el rendimiento en el colegio y tuve mis primeras experiencias satisfactorias. Tengo un hermano mayor que era el &lsquo;machazo&rsquo; y cada vez que pod&iacute;a me dec&iacute;a &ldquo;habla como hombre&rdquo;. Yo sufr&iacute;a con ese entorno, nunca tuve un amigo o un familiar para decirle &ldquo;esto me pasa&rdquo;. Ten&iacute;a una bella madre, pero no s&eacute; si me hubiera entendido. Busqu&eacute; ayuda en la religi&oacute;n, pero nada de eso funcion&oacute;. Yo ten&iacute;a claro que deb&iacute;a salir adelante y logr&eacute; sacar algunos t&iacute;tulos. He tenido novias y relaciones con ellas cuando trabajaba, pero rehu&iacute; al matrimonio. Lo que yo sent&iacute;a me lo reprim&iacute;a, ten&iacute;a que ser como los dem&aacute;s. En el Quito de aquel entonces no hab&iacute;a lugares donde conocer a otras personas, solo yo, en mis adentros, sab&iacute;a lo que quer&iacute;a. A los 45 a&ntilde;os reci&eacute;n conoc&iacute; una discoteca gay y nuevos amigos. En mi familia nunca tocamos el tema: si soy o no gay. As&iacute; llegu&eacute; a esta edad y veo que ahora es cuando uno necesita m&aacute;s ese afecto y compa&ntilde;&iacute;a. A uno le toca irse adaptando y tratando de que la vida sea m&aacute;s llevadera porque sabemos que los a&ntilde;os que se avecinan tendr&aacute;n sus complicaciones. Tengo la suerte de ser jubilado, de tener un recurso econ&oacute;mico para afrontar la vida. A pesar de que no estoy tan viejito, s&iacute; noto que al subir a un bus me ceden el asiento. No me parece que la sociedad est&eacute; tan en contra de los viejos, sino m&aacute;s bien veo que hay crueldad por parte de los familiares porque los hijos a veces dan la espalda, se lanzan la pelotita para que el otro cuide al anciano, y m&aacute;s cuando solo piensan en los bienes materiales. Si es pobre es peor; es un problema; y lo &uacute;nico que le espera es consumirse mucho antes de lo que pudo haber sido. Yo imagino el resto de mi vejez tranquila: si no tuviera un compa&ntilde;ero afectivo pagar&iacute;a a alguien para que me cuidase en una casa de una planta donde pudiera salir a la huerta o al jard&iacute;n y con mucha salud mental. Tener a alguien con qui&eacute;n conversar es importante. Espero que mi entorno sea con lo necesario, con una casita, los alimentos necesarios, con atenci&oacute;n de salud sin depender de nadie porque, cuando se recurre a otro, la felicidad ya no est&aacute; en nuestras manos. Ese es el umbral de la infelicidad. Yo le&iacute; alguna vez que los viejitos esquimales, cuando presienten que van a morir, salen de su igl&uacute; (casa) y se van caminando hasta donde puedan encontrarse con su muerte. Yo no me ir&iacute;a as&iacute;, pero cuando ya no pueda depender de m&iacute;, quisiera dejar este mundo para siempre. (O) Primer centro para jubilados LGBT del mundo funciona en Argentina En Argentina funciona el primer centro de retiro para adultos mayores LGBT del mundo, sin ser discriminados ni se&ntilde;alados. Se llama Centro de Jubilados Puerta Abierta y fue una iniciativa de una mujer gay. Funciona como lugar de encuentro de hombres y mujeres que conversan, acompa&ntilde;ados por psic&oacute;logos, y organizan actividades como viajes, talleres de teatro, cine debate, bailes y festejos de cumplea&ntilde;os. Su presidenta, Norma Castillo, se&ntilde;ala: &ldquo;Es una forma de visibilizar nuestro orgullo por la elecci&oacute;n de vida que nos hace felices&rdquo;, seg&uacute;n la publicaci&oacute;n del portal Latitud Gay de Argentina. &ldquo;Ojal&aacute; llegue el d&iacute;a en que podamos ir a cualquier centro de jubilados y no sentirnos como si fu&eacute;ramos raras. El centro Puerta Abierta es una forma de visibilizar nuestro orgullo por la elecci&oacute;n de vida que nos hace felices, donde podemos compartir nuestras experiencias y sentir que no somos las &uacute;nicas a las que les pasa. Somos como una familia&rdquo;. Puerta Abierta es un espacio cultural que funciona desde hace 16 a&ntilde;os, en el barrio porte&ntilde;o de San Crist&oacute;bal, y desde hace seis que tambi&eacute;n sirve como lugar de encuentro para el centro de jubilados. El espacio est&aacute; abierto a todas las personas, aunque se aclara lo de la diversidad sexual porque no est&aacute; culturalmente impl&iacute;cito. En Argentina, hay unos seis millones de personas jubiladas, seg&uacute;n estad&iacute;sticas oficiales de la Administraci&oacute;n Nacional de la Seguridad Social. Puerta Abierta tuvo una presencia fuerte por la ley de Matrimonio Igualitario (26.618), aprobada en 2010. (I)