Es uno de los partidos políticos más antiguos del país (su origen se remonta a 1912). Fue brutalmente perseguido durante la dictadura de Pinochet y a pesar de que tras el retorno a la democracia el sistema de elección binominal le impidió ocupar altos cargos, el Partido Comunista dio un giro en marzo de 2014 al formar parte de la Nueva Mayoría, la coalición de gobierno de Michelle Bachelet. Sin embargo, el PC ahora debate si salir o permanecer en esta alianza. En un acuerdo similar al que logró Lula da Silva en Brasil durante su mandato, el Partido Comunista de Chile forma parte del oficialismo, en una alianza que también incluye a socialistas, radicales y democratacristianos. Desde 1990 en adelante el PC siempre fue una fuerza extraparlamentaria y siempre presentó un candidato presidencial, que logró un 5% de los votos en promedio, pero que solía transformarse en un apoyo vital al candidato de la Concertación en segunda vuelta. Así por ejemplo, Ricardo Lagos fue electo en 2000 gracias al respaldo de los comunistas en el balotaje. También fueron clave en la primera elección de Bachelet en 2005. El Partido Comunista también respaldó la segunda candidatura de Bachelet en 2013, pero fue toda una sorpresa que también decidieran formar parte del gobierno. Así, la comunista Claudia Pascual asumió como ministra del Servicio Nacional de la Mujer, marcando un hito que no se veía desde la Unidad Popular de Salvador Allende. También, en 2015 el comunista Marcos Barraza asumió como ministro de Desarrollo Social. A los comunistas también les fue bien en las legislativas de 2013, ya que lograron nada menos que 6 diputados de un total de 120, algo inédito. Entre ese grupo de congresistas destacan las exdirigentes universitarias, Camila Vallejo y Karol Cariola, además del secretario general del PC, Guillermo Teillier. “Hay una gran preocupación del partido por la conducta que tienen el resto de los fragmentos de la Nueva Mayoría hacia nuestro partido. Eso se hace sentir: hay un sentimiento de que aquí se ha pretendido aislar al PC, dejar solo a la formación”, dijo Teillier días atrás. Además, la lista golpeó la mesa y por primera vez se restó de una reunión del comité político, que reúne a los principales dirigentes de los partidos políticos que conforman la Nueva Mayoría. A este creciente ambiente de conflicto interno con sus aliados del gobierno y con la propia Bachelet, se sumaron el jueves una serie de críticas al PC por abstenerse en la votación en el Congreso en el debate por el reajuste al sector público, que tiene movilizados y en paro a miles de funcionarios públicos. “Hicimos significativos esfuerzos porque la opinión de los trabajadores fuera considerada y porque el guarismo ofrecido por el Ministerio de Hacienda fuera mayor”. De esta manera, en el PC ha surgido un fuerte debate interno sobre si mantenerse o no en una Nueva Mayoría que es muy golpeada, tanto por la desaceleración económica, como la implementación de algunas reformas estructurales. Es que, explican los analistas políticos chilenos, el Partido Comunista estaría perdiendo respaldo ciudadano, ya que es asociado al gobierno de Bachelet y no a sus causas tradicionales, como por ejemplo el rechazo al sistema de administración privado de pensiones. Luego de tener un buen desempeño en las elecciones municipales de 2012, con la elección de 7 de 345 alcaldes y 105 de 2.224 concejales, en los recientes comicios locales de octubre, el Partido Comunista perdió 94.904 votos, una cifra no menor. Así y todo, la meta para las elecciones generales de 2017 es alcanzar, nada menos, que 10 diputados comunistas. (I)