El presidente argentino, Mauricio Macri, logró un respiro en la difícil coyuntura socioeconómica que enfrenta su gestión con una multitudinaria movilización de respaldo a su gobierno en Plaza de Mayo, pero no pudo evitar críticas por su ausencia en el acto oficial por el 35 aniversario del desembarco argentino en las islas Malvinas, el 2 de abril de 1982, que derivó en la guerra con Reino Unido por el archipiélago austral. Su ausencia en la ceremonia oficial realizada en Tierra del Fuego, extremo sur del país, “es un retroceso más hacia esta causa nacional”, dijo a EL TELÉGRAFO David Zambrino, quien luchó en las islas y fue presidente del Centro de Excombatientes de la provincia del Chaco, fronteriza con Paraguay. Macri volvió a sonreír este sábado después de un mes de huelgas, marchas y protestas populares contra su política económica cuando miles de argentinos coparon la histórica Plaza de Mayo en apoyo al Gobierno. La movilización fue monitorizada en las redes sociales y se replicó en distintas plazas del país, de cara al paro nacional convocado para el jueves 6 de abril por la Confederación General del Trabajo (CGT, peronista). “Qué lindo. Que tantos creamos que tenemos un futuro para construir. Que juntos vamos a generar las oportunidades de progreso para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, con base en decirnos la verdad, con base en poner cada día lo mejor de cada uno de nosotros. Y lo expresamos desde el corazón, espontáneamente, sin que haya habido colectivos (ómnibus) ni choripán (pan con chorizo, un plato tradicional argentino)”, aseveró Macri en un video subido a las redes sociales. La frase presidencial sobre los ‘colectivos’ y el ‘choripán’ alude a un viejo y despectivo latiguillo de sectores empresariales y representantes de las clases medias y altas contra las movilizaciones populares, a las que les atribuyen una supuesta falta de espontaneidad. Para este tipo de pensamiento, quienes concurren a las marchas obreras y protestas son llevados en ‘colectivos’ obligados y como ‘ganado’ o van para solo comerse un ‘choripán’. A diferencia de la movilización del sábado, que tuvo una marcada participación de las clases medias, las protestas obreras convocan a trabajadores de las periferias y personas de bajos recursos que participan en movimientos sociales o gremios y se organizan para asistir a las manifestaciones en ‘colectivos’ fletados para la ocasión y muchas veces se planea la entrega de un ‘choripán’ como almuerzo. El presidente del Banco Central, Javier González Fraga, llegó a afirmar que para asistir a la marcha por el Día de la Memoria, que conmemora el golpe de Estado el 24 de marzo de 1976, en un pueblo donde posee un campo ofrecían “500 pesos ($ 30), vino, coca cola y choripanes” para ir a la marcha. Macri prefirió permanecer ayer en la residencia presidencial de Olivos, donde recibió a un grupo de excombatientes, y envió a su ministro del Interior, Rogelio Frigerio, al acto oficial de Malvinas en Tierra del Fuego, la provincia más al sur del país que integra además a las islas. “Esto me parece es un retroceso más en esta  causa. Si no se da la cara es porque se intenta ocultar algo. Esto no se va a solucionar con la identificación de los 123 compañeros (caídos en Malvinas y enterrados como NN y cuyo proceso de filiación a través de muestras de ADN está en marcha). Aquí se necesita mucha más decisión”, indicó Zambrino. Y agregó: “Mandar a un ministro es como si nada. Tendría que estar el presidente dando su apoyo”. Para Zambrino, “decir que se avanzó en una cuestión humanitaria (con la identificación de los caídos) no resuelve el problema de la soberanía. Se necesita soberanía sí o sí”. “No esperamos más de Macri. No muestra su ‘alegría’ en este caso por llamarlo de alguna manera. No tiene razón de ser todo lo que se hace si no se hace con alegría”. (I)