Los pequeños comerciantes cierran sus locales por la crisis en Argentina

&ldquo;Hace 20 d&iacute;as que no abro la caja y no logro vender una zapatilla&rdquo;, grafic&oacute; Mar&iacute;a, la due&ntilde;a del negocio Lorenzo Calzado Outdoors&rsquo;. &ldquo;Yo pago 2.000 pesos de alquiler ($ 133) y este mes (agosto) no los pude juntar&rdquo;, agreg&oacute; a la prensa local. La crisis que atraviesa Argentina est&aacute; dejando un tendal de peque&ntilde;os comercios cerrados o a punto de bajar sus persianas. No solo la recesi&oacute;n, la elevada inflaci&oacute;n del 40% anual, la baja del consumo y el desempleo creciente le propinaron un dur&iacute;simo golpe a estos negocios. Tambi&eacute;n la apertura a las importaciones impulsada por el gobierno de Mauricio Macri le dio una estocada a sectores industriales, en especial en los rubros textil y del calzado. La industria cay&oacute; 7,9% en julio pasado respecto a igual mes de 2015, seg&uacute;n el oficial Instituto Nacional de Estad&iacute;sticas y Censos (Indec). Pero Mar del Plata no es la &uacute;nica ciudad que vive esta realidad. El centro de Buenos Aires es otra cara de la crisis que est&aacute; acabando con la paciencia y los nervios de los peque&ntilde;os comerciantes. Corrientes y Florida siempre ha sido sin&oacute;nimo de vida y movimiento en la capital argentina. Corrientes es la avenida m&aacute;s tradicional de la ciudad y Florida la peatonal m&aacute;s reconocida. En su cruce se encuentra la galer&iacute;a V&iacute;a Florencia, que tiene entradas por ambas arterias. El panorama es desolador. Catorce de sus locales cerraron sus puertas en los &uacute;ltimos meses por la ca&iacute;da en las ventas y el alza de las tarifas de los servicios esenciales, como la luz y el agua, que llegan al 400%. Los carteles de &lsquo;se alquila&rsquo; o &lsquo;se vende&rsquo; se observan entre las decenas de negocios. Uno de ellos es Carrusel Antig&uuml;edades. Su due&ntilde;a, Claudia Godoy, se pasa horas sentada esperando que entre un cliente. &ldquo;Hace seis a&ntilde;os abr&iacute; el negocio y nunca vi algo as&iacute;. No se vende nada y te suben los impuestos y las tarifas&rdquo;, cuenta a EL TEL&Eacute;GRAFO. Godoy tiene 42 a&ntilde;os y dos hijos adolescentes. En agosto no tuvo ganancias. Debe pagar 3.600 pesos de alquiler mensual, 3.500 pesos de expensas (gastos fijos de condominio de la galer&iacute;a) y hasta 1.500 pesos por el uso del ba&ntilde;o conjunto para los due&ntilde;os de los negocios. En total 8.600 pesos ($ 573). &ldquo;No quise hacer la caja mensual. &iquest;Para qu&eacute;? &iquest;Para deprimirme? Pero s&eacute; que no llev&eacute; dinero a casa&rdquo;, afirma. Godoy est&aacute; en pleno proceso de reconversi&oacute;n del negocio para sacarle alg&uacute;n provecho. Con la crisis, &iquest;qui&eacute;n puede darse el lujo de comprar antig&uuml;edades? &ldquo;Por eso ofrezco peque&ntilde;os regalos para vender aunque sea algo&rdquo;, se&ntilde;ala. Y agrega: &ldquo;este es un trabajo insalubre, estresante. Nadie entra al local. Todos los negocios est&aacute;n vac&iacute;os. Y camina cada vez menos gente en el interior de la galer&iacute;a porque cuando entran ven tantos locales cerrados que se van&rdquo;. El &uacute;nico local que parece florecer y siempre tiene gente haciendo fila es un Rapipago, una red de cobranza extrabancaria donde se pagan impuestos y tarifas. Godoy dice que vot&oacute; al actual presidente Mauricio Macri en las &uacute;ltimas elecciones. &ldquo;Yo quer&iacute;a un cambio. No quer&iacute;a m&aacute;s kirchnerismo. Pero no este cambio. Nunca me imagin&eacute; esto&rdquo;, a&ntilde;ade. La galer&iacute;a V&iacute;a Florencia es solo una postal de la crisis. Una r&aacute;pida caminata por la avenida Corrientes, rumbo al tradicional Obelisco de Buenos Aires, da otras pistas en tan solo 500 metros. Es una zona repleta de comercios que aprovechan el enorme flujo de personas que atraviesa a toda hora ese paseo. Ocho comercios ya cerraron sus persianas en ese tramo de la avenida. En la calle Esmeralda, entre Corrientes y Lavalle, un tramo de solo 100 metros, los negocios cerrados son 11. Parece una calle en ruinas en la que sobresale solo el Teatro Maipo, uno de los m&aacute;s famosos de Buenos Aires. &ldquo;Algunos est&aacute;n cerrados desde hace a&ntilde;os, pero muchos lo hicieron en los &uacute;ltimos tiempos&rdquo;, dice Kevin, el boletero del teatro. La gente camina y parece no notar este fen&oacute;meno que acompa&ntilde;a a toda recesi&oacute;n. Un sector de la prensa ayuda para mitigar el impacto medi&aacute;tico. En los &uacute;ltimos d&iacute;as cerr&oacute; una tradicional librer&iacute;a &lsquo;El Vitral&rsquo; de esas que solo cierran sus puertas a altas horas de la madrugada y son un orgullo para los porte&ntilde;os. Tras el &lsquo;tarifazo&rsquo; sus due&ntilde;os decidieron cerrar el negocio y liquidar sus libros con una oferta final: tres ejemplares a 10 pesos (60 centavos de d&oacute;lar). Hubo filas de hasta 200 metros para aprovechar la &lsquo;ganga&rsquo;. No qued&oacute; un solo libro en los estantes. El diario Clar&iacute;n, que en los &uacute;ltimos a&ntilde;os denunci&oacute; una manipulaci&oacute;n de la realidad a trav&eacute;s de medios afines al anterior gobierno de Cristina Fern&aacute;ndez de Kirchner, no dud&oacute; en abrazar ese mismo camino. Se hizo eco de este hecho, pero le dio un giro &lsquo;po&eacute;tico&rsquo;. El cierre de una de las librer&iacute;as m&aacute;s tradicionales de Buenos Aires por la crisis quedaba minimizado por un inesperado titular de portada: &ldquo;Una larga cola que renueva la pasi&oacute;n por el libro impreso&rdquo;. Otra librer&iacute;a &lsquo;Ad&aacute;n Buenosayres&rsquo; se prepara para funcionar como cooperativa. (I) ------------------ Los trabajadores y militantes sociales convergieron en la Plaza de Mayo Marcha Federal contra ajuste de MacriAl igual que en 1994 en plena era neoliberal del expresidente Carlos Menem, decenas de miles de trabajadores argentinos reeditaron la denominada Marcha Federal contra la pol&iacute;tica de ajuste llevada a cabo por el gobierno de Mauricio Macri. La movilizaci&oacute;n comenz&oacute; el mi&eacute;rcoles desde cinco puntos del pa&iacute;s hasta converger este viernes en la hist&oacute;rica Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, sede del gobierno. La marcha fue organizada por distintas agrupaciones pol&iacute;ticas, sociales y empresariales (como Pymes), cooperativas y las dos vertientes en que est&aacute; dividida la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), la central obrera no peronista. La marcha se realiz&oacute; en rechazo a &ldquo;los tarifazos, los despidos y el ajuste&rdquo; e incluy&oacute; el bloqueo simb&oacute;lico del barrio de Puerto Madero, levantado en los &uacute;ltimos 20 a&ntilde;os en el viejo puerto de Buenos Aires y que se convirti&oacute; en un s&iacute;mbolo de la nueva aristocracia porte&ntilde;a. Militantes de agrupaciones de izquierda cortaron tres de los cinco puentes que comunican el centro de la ciudad con esa zona de rascacielos, restaurantes y comercios de lujo, la m&aacute;s moderna de la capital. Todas las columnas de trabajadores y militantes sociales convergieron en la Plaza de Mayo, donde se realiz&oacute; el acto central, en medio de un caos general de tr&aacute;nsito por la avanzada de las distintas delegaciones. El secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, dijo esperar que esta nueva protesta contra la pol&iacute;tica econ&oacute;mica &ldquo;sirva de antesala para la concertaci&oacute;n de un paro nacional del que participen todas las centrales sindicales para exigir la declaraci&oacute;n de la emergencia social, contra el tarifazo y la reapertura de las paritarias&rdquo;, las negociaciones colectivas de salarios entre los gremios y los empresarios que cerraron aumentos de sueldos del 30 por ciento en promedio cuando la inflaci&oacute;n anual proyectada supera ya el 40%. Las dos CTA (la de los Trabajadores y la Aut&oacute;noma) est&aacute;n en proceso de reunificaci&oacute;n tras dividirse durante el kirchnerismo por el apoyo de un sector al gobierno de Cristina Fern&aacute;ndez de Kirchner. El mismo proceso enfrent&oacute; la Confederaci&oacute;n General del Trabajo (CGT), la central obrera peronista que se escindi&oacute; en tres durante la anterior administraci&oacute;n y volvi&oacute; a unificarse el mes pasado. La CTA impulsa un paro general contra la pol&iacute;tica de ajuste y busca la adhesi&oacute;n de la CGT, que no adhiri&oacute; a la Marcha Federal pero viene advirtiendo a Macri con convocar a una huelga nacional ante la dif&iacute;cil situaci&oacute;n de los trabajadores. Algunos poderosos gremios de la CGT, como el de los Camioneros y los Bancarios, adhirieron a la Marcha Federal. Carlos Acu&ntilde;a, integrante del nuevo triunvirato que lidera la CGT unificada, dijo que &ldquo;el plan econ&oacute;mico del gobierno nos est&aacute; llevando a la ruina. Si no hay respuestas de nuestros reclamos (de reabrir paritarias) vamos a ir a un paro general&rdquo;, enfatiz&oacute;. (I)