En una entrevista para los medios públicos de Ecuador, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, valoró la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama a La Habana. Para el diplomático no puede haber relaciones normales mientras persista el bloqueo y una serie de medidas contra la isla. A continuación reproducimos el diálogo. ¿Cuál es su apreciación respecto a las declaraciones de Fidel Castro? Antes de la llegada del presidente Barack Obama a La Habana, décadas antes, los cubanos habíamos decidido nuestro propio rumbo. Se hizo una revolución que fue incluso objeto de agresiones militares, de terrorismo de Estado, de un bloqueo criminal, de manera que, de ningún modo, nuestro pueblo podría recibir al presidente Obama como un mesías que nos anunciaría nuestro futuro. Me parece extraordinariamente oportuna la reflexión del comandante Fidel Castro con su  autoridad histórica, política y ética en nuestro pueblo y en general en la opinión pública internacional, cuando expone sus conceptos y reitera lo que es una firme decisión de los cubanos: la disposición a construir una relación totalmente nueva, como no existió nunca antes con EE.UU., con la base del absoluto respeto a nuestra independencia, a nuestra determinación. Los cubanos seguimos estando muy conscientes, como argumenta el comandante, de nuestras enormes diferencias con el gobierno norteamericano. Tras la visita de Barack Obama, ¿cómo quedan las relaciones entre los dos países? No puede haber relaciones normales, principalmente, porque el bloqueo económico, comercial y financiero existe, está en completa aplicación. Es cierto que el presidente Obama ha tomado medidas de carácter ejecutivo que modifican la aplicación práctica del bloqueo, sin embargo sigue siendo una realidad asfixiante. La medida anunciada en vísperas de su llegada (autorizar el uso del dólar en transacciones financieras internacionales) no ha pasado de ser eso, un mero anuncio. Puedo afirmar que en este momento los bancos cubanos siguen impedidos de abrir cuentas en bancos estadounidenses, de manera que habrá que dejar el beneficio de la duda. En segundo lugar, no podría haber relaciones normales mientras se usurpe a nuestro pueblo el territorio de Guantánamo, que ocupa una base naval. También persisten programas a los cuales el Congreso de EE.UU. asigna fondos multimillonarios llamados de democracia que buscan en esencia una alteración del orden constitucional. Persisten transmisiones ilegales de señales de radio y TV contra Cuba desde territorio estadounidense, violando la soberanía de nuestro espacio radioeléctrico. El pueblo cubano no ha sido compensado por los daños a nuestra economía por décadas de bloqueo, ni las familias de las víctimas de terrorismo de Estado han sido compensadas. 24.789 cubanos murieron asesinados en actos terroristas. De modo alguno podría olvidarse, en la aspiración de construir una relación normal, que nosotros tenemos un concepto de derechos humanos, democracia y modelo político distinto al de los grupos de poder en EE.UU. Tenemos una concepción de soberanía internacional diferente, frente a las constantes violaciones o injerencia de EE.UU. en América, como Venezuela. Habiendo profundas diferencias y en pleno ejercicio de nuestra soberanía tenemos la disposición de construir una relación distinta de diálogo y cooperación dentro del reconocimiento de nuestras diferencias, que no significa ceder en un milímetro a los principios de la Revolución Cubana. En una ley de EE.UU. se prohíbe usar fondos para pagar compensaciones a Cuba y autoriza fondos para construir una instalación en la embajada en Cuba para manejar información. ¿Los métodos de EE.UU. han cambiado, pero los objetivos siguen siendo los mismos? Los objetivos estratégicos de EE.UU. hacia Cuba en materia de dominación política y económica persisten. Así lo han declarado importantes funcionarios del Gobierno de EE.UU.. Precisamente, la importante apertura que ha realizado EE.UU. en el ámbito de las telecomunicaciones tiene una clara intención política que los norteamericanos no disimulan. Parte de los cambios están dirigidos a proveer financiamiento al sector no estatal de la economía cubana en el delirio de construir sobre esa base una oposición al gobierno revolucionario. Sus objetivos son el cambio del orden constitucional en Cuba, alterar nuestro sistema, no aceptar que Cuba es una nación pequeña, pero independiente. El no aceptar que el socialismo cubano es el camino que soberanamente hemos escogido sigue siendo lamentablemente parte de la práctica de Washington. Entre el imperialismo y la Revolución puede haber relación respetuosa, pero son procesos diferentes; jamás renunciaremos a nuestras convicciones.   ¿Hay una perestroika? ¿Una vez que Cuba ingrese a la sociedad del mercado libre ingresa a la democracia? Para abrir las puertas de la libertad y democracia hicimos una Revolución. Tenemos el consenso mayoritario del pueblo cubano para persistir en un socialismo propio, justo y que se propone ser económicamente sostenible para traer prosperidad a las familias y garantizar un futuro a nuestros niños. Tenemos una noción clara de libertad y democracia y de cómo defenderlo. Seguiremos defendiendo el predominio de la propiedad estatal socialista sobre los medios de producción como elementos de una economía socialista, pero por supuesto  confiere elementos de mercado. Es cierto que en estos años se ha desarrollado no solo el sector cooperativo sino de trabajadores por cuenta propia, pequeños negocios individuales o familiares que convenimos como complementarios del socialismo. ¿El libre mercado es el precio que Cuba debe pagar para salir del embargo? Habrá que definir qué cosa es libre mercado. ¿Hay libre mercado en EE.UU.? ¿Es libre mercado lo que prevalece en ese orden económico internacional hostil con el Sur?  No es EE.UU. un ejemplo de libre mercado, el levantamiento del bloqueo tiene que ser un acto unilateral de EE.UU. porque así fue impuesto. Cuba no aplica ninguna medida discriminatoria a compañías de EE.UU. o turistas de ese país. No se puede plantear el levantamiento del bloqueo como fruto de una negociación. Las empresas de EE.UU. están dispuestas a retirar cualquier reclamo a cambio de acceso al mercado cubano... La Revolución Cubana se propuso indemnizar a los afectados y lo hizo con todos, excepto con los estadounidenses, precisamente por la agresión desatada contra Cuba. Para nosotros el tema de las compensaciones es de prioridad. Puedo decir que en efecto hay propuestas de compañías norteamericanas interesadas en disfrutar las oportunidades de la economía cubana en el proceso de transformaciones. La economía cubana ha estado siempre en permanente transformación. No puede sobrevivir una revolución que no cambie constantemente.  Estamos invitando a la inversión extranjera en sectores importantes y eso constituye una oportunidad. No se privilegia, pero tampoco se discrimina a las compañías estadounidenses. Tendrán igualdad de condiciones al igual que las empresas europeas, latinoamericanas, asiáticas. Tendrán que aceptar nuestras leyes y disfrutar de todos los beneficios y seguridad jurídica que se ofrece para inversiones. (I) ESCUCHE EL AUDIO COMPLETO AQUÍ