El espacio aéreo británico está al borde de la saturación por el gran número de vuelos que despegan y aterrizan en el país, confirmó el Servicio nacional de control para el tráfico aéreo del Reino Unido (NATS, en sus siglas en inglés). El viernes pasado fue uno de los días de mayor tráfico aéreo en Gran Bretaña por el inicio de las vacaciones estivales, con más de 8.800 vuelos programados para la jornada, una cifra récord. Además, los controladores de tráfico aéreo tienen previsto coordinar 770.000 vuelos sobre el espacio aéreo británico durante el verano de este año, 40.000 más que en 2016. NATS dijo que está cerca de operar al límite máximo de sus habilidades y, por consiguiente, instó al Gobierno a modernizar drásticamente el sistema por el cual se coordina y programan miles de vuelos sobre el espacio aéreo británico. Jamie Hutchison, director de NATS, afirmó que en las últimas semanas los controladores de tráfico aéreo coordinaron a diario un número récord de vuelos, y advirtió que la situación se complica. “El anticuado sistema de tráfico aéreo en Gran Bretaña hará que  pronto lleguemos al límite máximo que podemos manejar, sin que las demoras de vuelos aumenten significativamente”, agregó. Por su parte, el Ministerio de Transporte británico estimó que si el sistema de tráfico aéreo en el Reino Unido continúa sin cambios, para 2030 habrá 3.100 demoras de vuelos diarios, -50 veces más que en 2015-, y al menos 8.000 cancelaciones anuales de vuelos. La advertencia se hizo cuando las autoridades del país lanzaron la primera consulta pública para reformar el sector de la aviación en Reino Unido por primera vez en 30 años. El Gobierno quiere que la población proponga ideas sobre temas vinculados a la aviación, desde la facturación de equipaje en aeropuertos, el servicio a pasajeros, hasta la reducción de ruido por vuelos. La consulta pública incluirá seis temas centrales: el servicio al cliente; la seguridad; la conectividad global; los mercados competitivos; el apoyo al crecimiento al tiempo de combatirse el impacto medioambiental; además de la innovación, tecnología y habilidades. “Nuestra estrategia de aviación buscará ir más allá de la nueva pista de despegue prevista en Heathrow (oeste de Londres) y creará un amplio plan a largo plazo para el sector de la aviación en Reino Unido”, afirmó Chris Grayling, ministro de Transporte británico. “Generará además miles de puestos de trabajo en el país y ayudará a la economía a crecer”, continuó.  Al respecto, Martin Rolfe, director ejecutivo de NATS, dijo que la consulta pública podría llevar de dos a tres años “y millones de personas podrán dar su opinión acerca de los aviones que sobrevuelan sus viviendas”.  Mientras tanto, las autoridades del país dieron inicio a un proyecto nacional para ampliar la capacidad de aeropuertos británicos con mucho volumen de vuelos. El plan incluye la inversión de 1.000 millones de libras esterlinas ($ 1.300 millones) para duplicar el tamaño de la terminal 2 del aeropuerto de Mánchester, al norte de Inglaterra. (I)