Barack Obama pisó este domingo suelo cubano, una visita que resulta histórica y llamativa por lo simbólico, pero que realmente tiene una carga política aún más importante. A menos de un año de su salida de la Casa Blanca, el Mandatario estadounidense busca acelerar el proceso de restablecimiento de relaciones con la isla, pero tiene por delante el trabajo de seducir al Congreso en Washington para que permita desmontar el embargo hacia Cuba. Justen Thomas, portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., reconoce que en las negociaciones con La Habana aún existen discrepancias que se intentarán superar en los próximos meses, pero confía en que la visita del presidente Barack Obama servirá de empuje para que el Legislativo y la opinión pública se convenzan de que el bloqueo a Cuba ha sido un fracaso desde lo productivo. Thomas, en diálogo exclusivo con EL TELÉGRAFO desde la Embajada de EE.UU. en Cuba, esboza lo que simboliza la llegada del primer inquilino de la Casa Blanca a la isla en 88 años. ¿Cómo ha percibido la Casa Blanca el acercamiento entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba? Como en todo país en Estados Unidos existe una diversidad de opiniones sobre la política pública del presidente Obama, pero yo diría que las encuestas muestran que la gran mayoría de los estadounidenses aprueban la política de cambio hacia Cuba, del proceso de normalización y estamos convencidos, con lo que hemos escuchado los últimos 15 meses, que hay un gran apoyo por estos cambios y un apoyo por las nuevas oportunidades que esta nueva política abre los ciudadanos americanos. ¿La llegada de Obama a la isla significará un empuje para que las cámaras de representantes en Washington den ese paso final hacia el levantamiento del embargo a Cuba? El presidente Obama ha llamado al Congreso americano a empezar un debate sobre el embargo, porque la administración del presidente Obama, el poder ejecutivo, considera que es una política productiva. Ahora, obviamente, depende del Congreso americano levantar el embargo, pero esperamos mostrar con el contacto directo y el diálogo que ese es el camino más eficiente hacia los intereses de los Estados Unidos. Obviamente hay muchas cosas que los cubanos, que el gobierno cubano, puede hacer para mostrarle al Congreso americano que vale la pena tener una relación directa con ese país y levantar el embargo. Y estoy hablando principalmente de más respeto por los Derechos Humanos, incluyendo los derechos democráticos y el acceso a la información. Pero esperamos mostrar al público con esta visita del presidente Obama que el contacto directo y el diálogo es el camino que hay que seguir. El aislamiento, el embargo, simplemente, no ha funcionado en más de 50 años y no es una política productiva, por eso el presidente Obama ha llamado al Congreso para entrar en ese debate y levantar el embargo. Ustedes tienen sus exigencias para el gobierno cubano, ¿y ustedes qué le pueden ofrecer al gobierno cubano o en qué pueden ceder? Si quiere saber más sobre la perspectiva cubana, tendrá que hablar con algún representante del gobierno de Cuba. Estamos aquí en nuestra embajada escuchando las posiciones del gobierno de Cuba. De hecho, la existencia de una embajada nos permite tener un contacto más directo y regular con nuestras contrapartes, lo que ayuda a las relaciones bilaterales. Y obviamente, la visita del presidente Obama es una oportunidad para escuchar del gobierno de Cuba lo que ellos consideren sus prioridades y expresar directamente al presidente (Raúl Castro) y a otros miembros del gobierno lo que son nuestras prioridades. Ese el tipo de relación que debería existir entre naciones que están separadas por cerca de 90 millas. Luego de 15 meses de negociaciones, ¿cómo se ve desde la Casa Blanca al gobierno de Raúl Castro en Cuba? Sin duda la situación ha cambiado en Cuba, se va abriendo un pequeño espacio para cosas como el Internet, hay más conectividad, hay más oportunidades para los pequeños empresarios -que aquí en Cuba se llaman los cuentapropistas, gente que trabaja afuera del sector del Estado-. Vemos a un 25% de la población en Cuba ya trabajando por su propia cuenta, es decir en el sector privado, ese es un gran cambio. Tenemos otros temas en común que queremos trabajar con los cubanos como en la aviación civil y los vuelos directos desde Estados Unidos va a cambiar mucho esa situación. Hay temas como el medio ambiente, el narcotráfico, la trata de personas, esos puntos son fundamentales (...) No quiero desmentir la existencia de discrepancias, los Derechos Humanos siguen siendo un punto de divergencia para nosotros y vamos siempre a hablar con los cubanos en todas las oportunidades sobre Derechos Humanos. Pero el hecho de que, por ejemplo, el Gobierno de Cuba estuvo sentado en la misma mesa que el Gobierno de Estados Unidos en negociaciones, que esté participando en las negociaciones de paz en Colombia, demuestra un enorme cambio. (I)