Desde el retorno a la democracia en Chile, en 1990, las elecciones municipales han sido una suerte de termómetro, de barómetro electoral de los comicios presidenciales, porque siempre tienen lugar un año antes de que los chilenos elijan a su mandatario. Este domingo, 14 millones de electores están convocados a las urnas en unas municipales que tienen un condimento más que especial, porque tendrán lugar en medio de un escándalo por un tremendo error en el padrón electoral, y también porque se espera un alto nivel de abstención. Estas serán las segundas elecciones municipales en las que los votantes chilenos ejerzan su derecho libremente, pues antes de 2012 el voto era obligatorio. Los comicios municipales se llevarán a cabo en 346 comunas en las que está dividido el país. Cada comuna está administrada por un Municipio, que a su vez tiene un alcalde y un número de concejales dependiendo del número de habitantes de ese lugar. Cabe recordar que las elecciones de 2012 tuvieron una gran particularidad: fueron las primeras con voto voluntario. Sin embargo, el gran problema fue que en esa ocasión solo el 43% de los electores acudió a las urnas, en un padrón electoral cercano a 13,4 millones de personas. Las razones de la abstinencia electoral son el rechazo a la política y al sistema. Asimismo, mencionan la falta de conocimiento y poca representación de los candidatos que no configuran una nueva alternativa. Abstención electoral y escándalo En las municipales de 2012, la derecha se impuso con 121 alcaldías y 832 concejales, mientras que la Concertación (oficialismo) logró 106 alcaldías y 660 concejales. Este escenario podría repetirse, pero la abstención sería aún mayor. Los analistas políticos y expertos electorales vaticinan que con suerte irá a votar entre un 35% y 40% del padrón electoral. Pero incluso el desinterés y el creciente rechazo a los políticos tradicionales podrían ser aún mayores. Ocurre que, en un hecho inédito, esta misma semana estalló un escándalo de proporciones después de que se conociera que 463.000 personas son afectadas por un “sorpresivo” cambio en el padrón electoral, nada menos que el 3,3% del electorado. Es decir, todas estas personas fueron cambiadas, por error, de su lugar tradicional de votación sin previo aviso, lo que resulta todo un problema logístico.   Si ya la ciudadanía pretendía no acudir a votar de manera masiva, este hecho generó aún más enojo porque simplemente los que tenían interés en sufragar y fueron cambiados de local de votación no podrán hacerlo por la lejanía que les supone su nuevo destino. Hay casos en que una persona que tenía que votar en Santiago apareció en la Antártica o votantes de Concepción, en el sur, aparecieron en Arica, en el norte. De inmediato todos los dardos apuntaron al Registro Civil y al Servicio Electoral de Chile, dos organismos que hasta ahora tenían buena evaluación ciudadana. Para intentar remediar este grave error, el gobierno de Michelle Bachelet envió al Congreso a comienzos de semana una “ley exprés” para que las personas que se vieron afectadas puedan votar en su locación anterior o en la nueva. Pero esto de inmediato despertó una crítica transversal de todos los sectores políticos porque eventualmente abría la puerta para que algunos votaran dos veces. Además, Bachelet agravó aún más la situación al decir que el problema se arreglaba simplemente revisando dónde tenía que votar cada persona. También se advirtió que en las elecciones municipales de 2012 en muchas comunas los comicios se definieron por menos de 50 votos, lo que resulta todo un problema para el domingo tomando en cuenta la gran cantidad de electores que fueron cambiados de registro. El ‘papelón’ fue mayúsculo en el Legislativo. Si bien la Nueva Mayoría de Bachelet posee mayoría en el Congreso, antes de que la ley exprés se votara, el gobierno decidió desecharla ante el escaso apoyo incluso entre los miembros de sus propias filas oficialistas.   El Registro Civil y el Servicio Electoral (ente autónomo del Estado) se culpan mutuamente del escándalo. Sin embargo, a nivel político, el error ya le significó al gobierno anunciar el miércoles un cambio en el gabinete, en las carteras de Justicia, Energía y Bienes Nacionales. (I) DATOS El 54% de los encuestados por la consultora Plaza Pública Cadem está de acuerdo con reponer el voto obligatorio si en esta elección municipal vota menos gente. Hay 30 partidos en competencia, de los cuales casi la mitad son del espectro ‘progresista’, que compiten en cinco listas distintas. La misma fragmentación existe entre los partidos regionalistas. En las listas de concejales la dispersión es total. En la derecha, Nueva Mayoría y Chile Vamos compiten en listas separadas.   Menos del 30% de los candidatos a alcaldes y concejales son mujeres. Los escándalos de corrupción afectaron tanto a la derecha como a la oficialista Concertación Democrática. La que no entró en el cúmulo de denuncias fue la izquierda.