Hasta 1,2 millones de iraquíes tendrán que abandonar Mosul debido a la batalla del Gobierno de Irak contra el Estado Islámico (EI) por la ciudad. Así lo advirtió en un comunicado la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Adrian Edwards, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), lanzó la voz de alarma y solicitó ayuda para establecer 6 campamentos en el norte del país árabe con el fin de atender a los desplazados. El funcionario advirtió que “el impacto humanitario de una ofensiva militar allí va a ser enorme”. De hecho, detalló, en lo que va de 2016, el avance del Ejército ocasionó 200.000 desplazados, con lo que ya suman 3,4 millones de personas que  abandonaron sus hogares desde que el EI lanzó su ofensiva. Mosul, la segunda ciudad de Irak, fue tomada por el grupo terrorista el  10 de junio de 2014. Desde entonces las fuerzas gubernamentales y las milicias kurdas peshmergas han liberado a las poblaciones cercanas. El viernes, el Ejército iraquí, con el apoyo de milicianos de las tribus locales y los bombardeos de la coalición que lidera EE.UU. y que integran 40 países, expulsaron al EI de Al-Qayara, 60 kilómetros al sur de Mosul. La recuperación de este sitio donde se encuentra una base aérea, la tercera más grande de Irak, es altamente estratégica para el eventual asalto final. Riad Yalal Tawfik, teniente general  jefe de las fuerzas de tierra, precisó que aún queda trabajo pendiente, ya que el cuerpo de ingenieros limpia la zona de trampas explosivas y municiones sin estallar. “Controlamos todos los barrios y hemos logrado, en muy poco tiempo, erradicar al Daesh (acrónimo del Estado Islámico en árabe)”. Pese al éxito la población civil de Mosul corre riesgo de venganzas sectarias. Se estima que aún quedan entre medio millón y un millón de habitantes, todos suníes. Este detalle es importante ante las sensibilidades que despierta la participación de las milicias chiíes sobre una región cuyos habitantes son mayoritariamente suníes, en especial tras las denuncias de abusos, torturas y ejecuciones sumarias anteriores. Nouhad Mahmound, exembajador de Líbano en México (1999-2001), en una entrevista con el diario El Universal, destacó que las ptencias internacionales se involucran por sus intereses regionales. “La influencia externa, en el pasado, así como en el futuro, añadirá mayor complicación al suceso. La población en la región está pagando el precio desde la invasión estadounidense a Irak en 2003. Para la población de Siria, Irak, al igual que en el caso de los palestinos, no hay final a la vista para sus tragedias”. El EI usa armas capturadas en las zonas que han tomado. La mayoría de este armamento viene de EE.UU.. Donatella Rovera, investigadora de Amnistía Internacional, explicó que nadie previó mecanismos para evitar esta situación. “La comunidad internacional -y especialmente los integrantes de la coalición de voluntarios que entró en Irak sin mandato de la ONU hace poco más de un decenio- tiene ahora la responsabilidad de responder al desafío”. EI prohíbe desplazarse Tras la derrota del EI en Al-Qayara, los terroristas obligan a la gente en el sur de Mosul a abandonar sus hogares para desplazarse hacia el centro, matando a quienes no obedecen. Así lo denunció el gobernador de la provincia central de Sala al-Din, Ahmad al-Yaburi. La medida es en respuesta a la solicitud del primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi, para que los residente se alisten a la liberación. Según HispanTV, los comunicados del Ministerio de Defensa de Irak pedían la cooperación del pueblo en las operaciones para la liberación de la ciudad. Para atender las necesidades de los desplazados, Acnur requiere $ 584 millones. A inicios de agosto los donantes solo recaudaron el 38% de la cifra total. Cabe destacar que desde 2014, en Irak, 3,38 millones de personas abandonaron sus hogares por la violencia. Para algunas familias este es el segundo, tercero y hasta cuarto desplazamiento en menos de diez años. (I) La dificultad radica en establecer campos El Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur, por sus siglas en inglés) brinda ayuda humanitaria, incluyendo albergue, paquetes con materiales de primera necesidad y servicios de protección, tales como ayuda legal, a las 20.000 familias desplazadas en todo el país. No obstante, aún necesitan terrenos adicionales para campamentos y fondos para la atención, señaló Adrian Edwards, portavoz de la entidad. El funcionario recalcó que los planes de contingencia proporcionarán alojamiento para 120.000 personas que huyen del conflicto en Mosul y sus alrededores, pero hay que crear otras 6 opciones de albergue y lo crucial es encontrar un lugar. “Las autoridades identifican y proporcionan los terrenos y Acnur, con otras agencias de la ONU y colaboradores humanitarios evalúan su idoneidad. Aun así, esta cuestión está plagada de problemas; muchos propietarios no quieren arrendar sus tierras; mientras que otros terrenos pueden no ser apropiados debido a su topografía, su proximidad a la primera línea de combates que puede avivar tensiones étnicas, sectoriales, religiosas o tribales”. (I) Datos El campo de desplazados en Debaga ha multiplicado por diez su tamaño en apenas  meses. De ser un campamento que acogía a 3.500 personas en marzo, ahora alberga a 34.000. Entre los principales problemas que padecen está la interrupción abrupta de la educación. Tras el desplazamiento, muchos niños no pueden retomar su educación por motivos económicos o de entorno. Las personas obligadas a dejar sus hogares, muchas veces pierden miembros de su familia, vecinos y amigos. Por ello sufren de alienación, miedo, ansiedad, incertidumbre y desarraigo. La dificultad para adaptarse a un nuevo entorno y retomar una vida normal causa cicatrices psicológicas duraderas.