Un total de 26 mandos de la Policía de Honduras fueron despedidos como parte de un proceso de depuración institucional a cargo de una comisión integrada por el gobierno, tras denuncias sobre el involucramiento de altos oficiales en el crimen organizado. La comisión, dirigida por el ministro de Seguridad Julián Pacheco, dio a conocer en un comunicado una lista de 26 oficiales "cancelados" y cuatro que van a "retiro voluntario solicitado" por ellos. También informó que 16 altos oficiales fueron ratificados en sus cargos en el proceso emprendido por la comisión en base a información recibida de los organismos como Tribunal Superior de Cuentas, Ministerio Público, Procuraduría General de la República y otras instituciones del Estado. La comisión, integrada por un miembro de la sociedad civil, un pastor evangélico y una exmagistrada del poder Judicial, ya había suspendido a los exdirectores de la Policía Ricardo Ramírez del Cid y Ramón Sabillón. El portavoz de la Policía, Anibal Baca, expresó que en el proceso emprendido por la comisión "hay tres categorías" de oficiales: los cancelados -que serán acusados penalmente-; los retirados voluntarios -que recibirán el pago de todos sus derechos-; y los ratificados -quienes permanecerán en la institución-. La comisión fue nombrada por el presidente Juan Orlando Hernández el pasado 13 de abril, luego de que el Congreso aprobó un decreto declarando "emergencia y seguridad nacional la depuración de la Policía Nacional por el término de doce meses". La emergencia fue aprobada a instancias del presidente, después de que el diario local El Heraldo y The New York Times revelaron que miembros de la cúpula policial planificaron y mandaron sicarios a asesinar al zar antidrogas, Arístides González, en el 2009, y al asesor de seguridad, Alfredo Landaverde, en 2011, por órdenes de un capo del narcotráfico. El gobierno nombró la comisión en un tercer intento por "sacar las manzanas podridas" de la policía, luego del fracaso del esfuerzo previo, que empezó en el 2012 tras descubrirse que había miembros de la institución integrados a carteles del narcotráfico y bandas de sicarios, ladrones de carros y otros delitos. Algunos de los oficiales se quejaron del procedimiento en declaraciones a medios locales y rechazaron que tengan vínculos con el crimen organizado. "Estoy limpio, le andan inventando cosas a uno para involucrarlo" en delitos, dijo el comisionado Henry Osorto, uno de los despedidos. (I)