Yemen, en la encrucijada de la coalición imperial

La nación yemení atraviesa por uno de los momentos más complejos de su historia desde que alcanzó la unificación en 1990. Su territorio se ha transformado en el teatro de operaciones del imperialismo y en el escenario de guerra que está dejando a gran parte de la población al borde del precipicio humanitario.

El experimento genocida que se lleva a cabo en Oriente Medio desde las invasiones de 2001 y 2003, continuado por el régimen de terror del ISIS, encuentra su laboratorio de pruebas en Yemen con la puesta en marcha de operaciones militares que tienen como colofón arrodillar al pueblo yemení.

Este plan de invasión bélica diseñado por la inteligencia estadounidense y ejecutado por la coalición árabe, ya lleva recorrido su segunda etapa y no descansará hasta ver rendido al movimiento rebelde chiíta de los hutíes, liderado por Abdel Malik Al Houthi.

En este sentido, esta coalición imperial que tiene como mascaron de proa a Riad mantiene por estas horas a la nación yemení en un callejón sin salida.

Desactivada la operación ‘Tormenta Decisiva’ a fines de abril, que según el Ministerio de Defensa saudí ha alcanzado todos sus objetivos militares, la coalición ha puesto en acción la segunda operación militar, cuyo nombre es una ofrenda a la hipocresía global: “Restauración de la Esperanza”. Denominación que obtiene -según cables oficiales- de las fuerzas armadas saudíes en referencia a una futura mediación de paz.

Esto claro, después de aniquilar a los insurrectos yemeníes y a parte de la población civil, y dejar el camino libre a Al Qaeda para así poder imponer la paz. Algo así como la “Paz Armada” europea de finales del siglo XIX.

Una aseveración que se ajusta al antiguo apotegma romano de Flavio Vegecio: “Si quieres la paz, prepárate para la guerra”.

Una paradoja que sigue gobernando con la industria armamentística trabajando las 24 horas del día y que no se detendrá mientras sigan existiendo Estados imperialistas y pueblos que luchan por su autodeterminación. La dialéctica imperialismo-antiimperialismo se renueva en este siglo y continúa al rojo vivo.

Ergo, las palabras del portavoz del Ejército yemení, coronel Sharif Luqman, ponen de manifiesto la resistencia que lleva adelante el pueblo de Yemen contra la injerencia del imperialismo occidental y sus aliados en la región: “El pueblo yemení no estará bajo la tutela de Riad ni de Washington, incluso si pierde a sus seres queridos en las ofensivas de Al Saud y sus aliados.

Las bárbaras ofensivas del régimen de Al Saud no han logrado que las Fuerzas Armadas yemeníes renuncien a su misión y estas siguen luchando por su patria.

Los ataques nos han confirmado que el grupo Al Qaeda en Yemen es un importante brazo de Riad”. Un clamor ungido de esperanza para que el pueblo yemení no desvanezca y se mantenga de pie en esta lucha incesante por la liberación nacional. (O)