La última tentación de Nisman
La muerte del fiscal Alberto Nisman ha generado inmensa conmoción en Argentina alcanzado una repercusión virulenta a nivel mundial. El fiscal encargado de investigar el atentado a la mutual judía AMIA en 1994 fue encontrado muerto en su departamento de Puerto Madero, el 18 de enero, en una situación con más dudas que certezas. En el desembarco de su investigación el 14 de enero, Nisman sostuvo que el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner encubrió a los iraníes acusados de perpetrar el atentado a cambio del comercio de granos y petróleo con Irán y el Memorándum de Entendimiento firmando entre ambos países en 2013. Esta denuncia tomó raid mediático hasta la muerte del fiscal y la cuestión vuelve a instalarse en la arena política. En la última parte de su informe, Nisman habría pedido el desafuero y la detención de la presidenta. Pero los párrafos donde se afirma esto se encuentran tachados por orden judicial como modo de preservar lo allí solicitado.
El impacto político de su muerte y la manipulación que hacen los medios intenta colocar en el banquillo de los acusados al Ejecutivo argentino en un claro intento destituyente. Ahora la ruta del encubrimiento lleva la causa a Venezuela donde, señala la pesquisa, el exembajador venezolano en Argentina Roger Capella estuvo “estrechamente vinculado con Teherán”, colaborando con la impunidad de Irán en el atentado, lo que pone de manifiesto la campaña desestabilizadora contra los gobiernos latinoamericanos. Esta “primicia” fue difundida en las últimas horas por el multimedios Clarín, férreo opositor al Gobierno argentino y empecinado a denigrar la imagen de Nicolás Maduro.
La construcción de esta pista tiene como objetivo plantear la complicidad de Venezuela en el supuesto delito de encubrimiento abonado por la relación política y diplomática entre los gobiernos de Hugo Chávez y Mahmud Ahmadineyad en el momento en que se firmó el Memorándum con la nación islámica donde se legitima dicha acusación. La “pista iraní” nos lleva a Caracas y queda la sensación de que esto iba a suceder tarde o temprano. La ruta del encubrimiento esbozada por Nisman y reforzada por el grupo Clarín no es otra cosa que un ataque a las democracias de América Latina y el proceso de integración regional iniciado en 2004. Ese es el estado de situación y el actual proceso electoral que atraviesa el continente acelera el dispositivo de desgaste político y deterioro institucional que en la coyuntura argentina solo edifica un puente de controversia con Venezuela que la involucra en este litigio y suma un problema más de los que ya tiene que afrontar.
Esta fue la última tentación del fiscal Nisman, ordenar la detención del Gobierno argentino, dejada por manuscrito en esos 300 folios que ponen bajo sospecha al Gobierno argentino y ahora al venezolano. Y que sin vacilar es utilizado políticamente por Clarín para provocarle un golpe que lo debilite de cara a las elecciones de este año que definirán el futuro de Argentina y la región.
