El desempeño económico en dolarización
Ecuador terminó la década de los noventa con la mayor crisis económica y financiera de su historia. Más de la mitad de la banca privada quebró, dos millones de personas emigraron a los países desarrollados en busca de empleo, el 52,18% de la población estaba sumida en la pobreza y el 20,10% en la indigencia. La noche del domingo 9 de enero del 2000, el Presidente de la época, Jamil Mahuad, anunció en cadena de radio y televisión que el Ecuador abandonaba su moneda nacional y adoptaría la moneda estadounidense, el dólar. Desde ese momento los dirigentes políticos y los técnicos han planteado políticas económicas a la rigurosidad de no tener moneda propia.
Ecuador, en el año 2000, volvió a crecer a una tasa del 2,8% (a precios del año 2000) después de la recesión de 1999, cuando la economía se estancó un 6,3%. Las actividades que aportaron al crecimiento de la economía fueron: la construcción, explotación de minas y canteras, transporte, almacenamiento y comunicaciones, la administración pública y defensa y la agricultura, ganadería, caza y silvicultura.
Desde 1999, cuando se registró el último decrecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), el país no ha tenido un crecimiento negativo, solo desaceleraciones. Dentro del periodo de análisis se puede constatar las fluctuaciones en la tasa de crecimiento de la economía, con picos y llanos (1). En 2004 y 2011 se registraron las mayores tasas con un 8,2% y un 8%, respectivamente. En 2004 las actividades que más aportaron al crecimiento de la economía fueron petróleo y minas con un 41,7% de crecimiento. En 2011, en cambio, fue la acuicultura y pesca de camarón y la construcción con un 22,1% y 21,6%, respectivamente.
Sin embargo, en 2009 se registró la menor tasa de crecimiento (1%) desde la implementación de la dolarización, producto de la recesión en los países desarrollados y sus efectos en el país a través de varios canales como: el comercial, menores remesas de los migrantes y la baja del precio del petróleo. Por el canal comercial se mostró una reducción de las exportaciones totales en 4.955 millones de dólares teniendo un peso del 76,87% la caída de las exportaciones de los productos primarios. Solo en noviembre de 2011 se alcanzó los valores exportables de 2008 (18.818 millones de dólares). El otro canal de transmisión fue la caída en el crecimiento de la remesas de los migrantes desde el 2007. El tercer y último canal fue la caída de los precios del petróleo, como parte de las exportaciones primarias.
Durante estos años de dolarización las estadísticas del Banco Central del Ecuador (BCE) han tenido como año base el 2000 y el 2007 (2). Los valores reales tienen como base al 2007, cuando se observa la tendencia creciente del PIB en valores reales no así en valores nominales dado que la crisis financiera de 2008, desatada en septiembre, interrumpió este comportamiento. Cuando se anunció la dolarización en el Ecuador, varios economista afirmaron que la tasa de inflación –que en 1999 fue del 52,24%- no se detendría por la megadevaluación realizada en las semanas previas al anuncio. En el 2000 la tasa de inflación llegó a 96,10% siendo los meses más altos: enero, febrero y abril. En el segundo semestre la tasa de inflación estuvo por debajo del 4%. Desde febrero de 2001 la tasa de inflación mensual se estabilizó dentro de un rango del 3% -1%, para en los siguientes meses ser cercana a cero.
Sólo en el año 2008 el fenómeno inflacionario cobró impulso por dos razones: aumento del gasto público y la inflación internacional, comportamiento registrado desde el segundo semestre de 2007. Después de ese ímpetu, la inflación mensual volvió a ser cercana a cero. Así mismo la tasa de inflación anual no ha sobrepasado el 5%, a excepción de 2008 y 2009 con 8,40% y 5,16%, respectivamente (3).
La tasa de desempleo tuvo un comportamiento casi idéntico, pero expresado en cinco fases. La primera, con el anuncio de la dolarización y el crecimiento económico, el desempleo comenzó a declinar su comportamiento creciente en marzo de 2000, después de registrar una tasa del 17% un mes antes. En octubre de 2001, por primera vez después de 40 meses (en junio de 1998 era de 9,2%), el desempleo volvió a ser de un dígito (9,5%). En una segunda fase, en febrero de 2003, un mes después de la llegada del nuevo régimen, el desempleo recobró su comportamiento al alza para ubicarse en 10,9% después de llegar a un mínimo de 7,7% en diciembre de 2002. La tendencia se mantuvo así hasta el primer semestre de 2007, fluctuando entre 9% y 12%.
En la tercera fase, a partir del segundo semestre de 2007 hasta junio del 2008, la baja del desempleo es sustancial ubicándose en noviembre de 2007 y junio de 2008 en 6,11% y 6.4%, respectivamente. La siguiente fase se produjo por la crisis financiera desarrollada en los países industrializados y transmitida a los países emergentes –entre ellos Ecuador-, en septiembre de 2008, volviendo a elevar el desempleo, ubicándose en octubre en 8,66% y en septiembre de 2009 en 9,06%. Ese comportamiento se sostuvo hasta marzo de 2010, cuando comenzó a declinar vertiginosamente hasta septiembre de 2012 con un 4,6%, siendo ésta la última fase. Esa tendencia de 30 meses fue posible al aumento de la tasa de ocupados plenos, siendo la principal causa de la caída del desempleo (4).
Las exportaciones han tenido un desempeño bastante descollante en los trece años de la dolarización con altas tasas de crecimiento en todo el periodo excepto en 2009. Entre 2001 y 2011 las exportaciones totales han crecido en un 377,17% con la aportación de un 62,59% de las exportaciones petroleras y el restante por las no petroleras. Aunque las exportaciones industriales y las primarias sin petróleo se han multiplicado en más de tres veces, las exportaciones petroleras lo han hecho en 6,81 veces, demostrando el peso que tiene el petróleo sobre el crecimiento de las exportaciones del Ecuador.
Mediante un análisis comparativo de las tasas de crecimiento del desempleo y las exportaciones se observa que en los primeros 5 años de la dolarización existe una relación directa entre estas dos tasas de crecimiento, situación que cambia a partir de 2005 convirtiéndose en una relación inversa, sobre todo cuando las exportaciones decrecen y el desempleo aumenta en 2009 (5). La relación directa se da por el crecimiento bastante fluctuante de las exportaciones industriales, y a su vez de las exportaciones no petroleras (las mayores generadoras de empleo en la economía) y del peso mucho mayor de las petroleras (con muy poca incidencia en el mercado laboral ecuatoriano). Todo lo contrario ocurrió desde el 2005, cuando la baja del desempleo va en consonancia con el aumento de las exportaciones, sobre todo, de las no petroleras.
Sin embargo, en las cuentas externas comerciales se vislumbra la mayor debilidad de la economía ecuatoriana en dolarización. En la balanza comercial (BC), desde 2000 hasta 2012, han sido ocho los años en que se han generado resultados positivos, pero desde inicios de la dolarización la balanza comercial no petrolera (BCnP) está en rojo siendo cada vez más negativa se señala tres causas: la expansión de la clase media, la asignación crediticia de la banca y las deficiencias en la matriz energética. Desde el régimen se han tomado medidas económicas enfocadas a reducir la pobreza y la indigencia, permitiendo la expansión de la clase media trasladandose a un alto consumo y a mayores importaciones. Pero este aumento de las compras en el exterior se magnificó por la asignación crediticia del sistema financiero privado. Según cifras de la Superintendencia de Bancos la cartera por vencer de la banca Privada Grande está asignada especialmente a créditos de consumo.
Otro elemento de desequilibrio en el sector externo son las deficiencias de la matriz energética (la importación de combustibles y lubricantes ha pasado de 249 a 5.086 millones de dólares entre 2001 y 2011). Desde el Gobierno Central existe la estrategia de sustituir importaciones de forma selectiva y transformar la matriz energética para producir derivados del petróleo. Para ello se tiene previsto la construcción de la Refinería del Pacífico en el recinto El Aromo, en Manabí (6).
En el sector fiscal, lo más destacable desde hace cinco años en las cuentas del Gobierno Central son: la reducción de los gastos financieros y el aumento del déficit primario. Esto se debe a la renegociación de la deuda externa efectuada en junio de 2009 (en base al informe de la Comisión para la Auditoría integral del Crédito Público (CAIC)) y al plan de inversiones, cuyo objetivo es construir una nueva matriz productiva. Antes de 2007, los gobiernos de turno inclinaban su política fiscal a producir un gran superávit primario y contratación de préstamos con el objetivo de asegurar el servicio de la deuda externa (7).
En todo el periodo de estudio se identificaron dos etapas claramente definidas antes y después del 2007, donde el comportamiento del desempleo es el principal protagonista. También lo es la relación entre del gasto social y del servicio de la deuda pública con respecto al PIB, que pasó de la primacía del servicio a la deuda pública a la del gasto social, es decir, la superioridad del ser humano sobre el capital y eso no es producto de la dolarización sino de la voluntad de recuperar la soberanía económica (8).