Entrevista / marcela aguiñaga / segunda vicepresidenta de la asamblea
“No se puede responsabilizar a la mujer por la violencia”
¿Considera usted que los temas de derechos reproductivos de las mujeres deban ser abordados desde el Estado o debe ser una tarea de las mujeres, organizaciones y gremios?
Es más una tarea de familia, ya que éste es el espacio donde se debe impartir valores y hablar con los jóvenes de educación sexual. Los derechos reproductivos son un tema que atañe a hombres y mujeres, sin excepción alguna.
Por otro lado, la intervención del Estado radica en la ejecución de una política pública de salud, bajo la cual se refuerce el tema de la educación sexual y derechos reproductivos, que debe ser impartido en primera instancia en los hogares, ofreciendo de esta forma educación, capacitación, estrategias de comunicación, entre otros.
¿Cómo deben procesarse los credos, creencias y opiniones personales en un asunto de salud pública, más si esas opiniones vienen desde los hombres?
Toda opinión y creencia personal debe ser tratada y respetada como tal: como una opinión o creencia personal; al ser un asunto de salud pública, es necesario un proceso más amplio de consulta y participación, donde mujeres y hombres sean escuchados (con su diversidad de pensamiento y creencias) y se llegue así a acuerdos inclusivos y democráticos, dentro de un país laico.
¿No es la Asamblea Nacional el espacio para una discusión más a fondo de estos asuntos? ¿Han pensado que se pueden abrir esos espacios legislativos para sustentar, incluso, las diferencias de opinión?
Si bien es cierto la Asamblea Nacional es el órgano donde se debaten las leyes, es necesario entender que existen espacios donde también se genera participación ciudadana.
Podemos generar las mejores leyes, pero si no hay un cambio cultural y de conducta en nuestra sociedad, no podremos lograr cambios profundos y reales.
¿Ustedes creen que la iniciación sexual debe retrasarse desde unas disposiciones estatales? ¿Hasta dónde debe estimularse este tipo de políticas en los jóvenes?
Los valores deben venir desde la familia; al Estado le corresponde poner a disposición de la ciudadanía toda la información objetiva de manera que los jóvenes conozcan los efectos de adoptar cualquier decisión, y cómo ellos deben asumir con responsabilidad su sexualidad.
Al parecer existe una corriente de opinión que señala o indica cierto grado de ‘responsabilidad’ de las mujeres en algunas conductas violentas de los hombres. ¿Para ustedes esta corriente responde a una falta de información o a un machismo estructural de nuestras sociedades?
El machismo es un fenómeno complejo de nuestra sociedad arraigado desde el pasado. Todos tenemos la responsabilidad de romper esa estructura y debemos empezar la transformación desde nuestros hogares al no aceptar lo que culturalmente es ‘normal’.
No se puede responsabilizar a la mujer de conductas violentas de las que puedan ser objeto. Al aceptar esta hipótesis como cierta, estamos admitiendo que en el propio hogar se gestan y aceptan actitudes que atentan contra la integridad femenina, incluso de sus integrantes: madres, hermanas, hijas.
¿Le hace falta al Ecuador un Consejo Nacional de las Mujeres para abordar estos asuntos, que de manera más ‘autónoma’ procese y ponga en marcha las políticas públicas?
Si bien es cierto el Consejo Nacional para la Igualdad de Género tiene como misión diseñar la estructura pública para garantizar la igualdad entre hombres y mujeres, es responsabilidad de toda la sociedad promulgar políticas en pro de la mencionada igualdad.
Son necesarios los espacios de opinión pública, donde no solo se aborden temas referentes a la mujer, sino de ambos géneros. Por consiguiente, lo ideal es un espacio de coexistencia donde se logre generar propuestas para atacar de raíz este problema.
¿Cómo evalúan la reacción del presidente de la República, Rafael Correa, a las declaraciones de su secretario jurídico, Alexis Mera, cuando dice que no las comparte y que la política la decide el Primer Mandatario?
Personalmente tampoco comparto las declaraciones del Secretario Jurídico de la Presidencia. Si bien es cierto el Presidente es quien dirige la política pública, esta se construye en conjunto con la ciudadanía.
Al final del día, las decisiones que tome cada individuo se realizarán sobre la base de los valores inculcados en el núcleo familiar, sin dejar de lado el rol del Estado antes mencionado.