Los guayaquileños, entre los que menos deporte hacen en el país
El día soleado en Guayaquil provoca a Marcos Angulo tomar un baño en una piscina. Pero tiene un problema. En El Fortín, donde vive, no existe un espacio para practicar natación.
Para no quedarse “frustrado” aprovecha las mansas aguas del estero Salado. “Es la única opción para hacer algo de deporte. Toca improvisar”, dice resignado el residente en el noroeste del puerto principal.
Sin embargo, no todos los porteños realizan una actividad física. Recientes cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) ubican a los residentes de este cantón entre los menos activos de Ecuador.
Según la reciente Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), solo el 31,08% de los porteños consultados aseguró que practicaba deporte.
En la ciudad que más ejercicio se hace es Quito. El 50,4% de los residentes realiza actividades recreativas de ese tipo.
¿Por qué los guayaquileños son más sedentarios? Las razones, según especialistas en deporte y urbanismo, radican en la poca infraestructura disponible (parques y espacios naturales) y deficientes programas promovidos por autoridades locales.
Para el arquitecto Eduardo McIntosh, falta una política y se requiere revisar la actual distribución de las infraestructuras lúdicas.
El principal error, afirma, es concentrar estos servicios en los polos de la ciudad y excluir a otros. Algunas de las infraestructuras están en sitios apartados o de difícil acceso, como los parques Viernes Santo (Guasmo Oeste) y Metropolitano (en la vía a Daule).
Otros habitantes consultados tienen la impresión de que la mayoría de alternativas públicas para practicar fútbol, básquet y otras disciplinas que incluyan un balón están concentradas en el norte de la ciudad.
En el sur los espacios verdes están en las ciudadelas Acacias, Guangala y Los Almendros.
“Hay un conflicto permanente para poder ejercitarse (por demanda del lugar)”, comenta Xavier Muñoz, habitante de Los Almendros, en el sur de la urbe.
Miguel Hervas, licenciado en Educación Física, Deportes y Recreación, recomienda a las autoridades que es necesario incentivar programas comunitarios.
También, cuestiona que se han restado espacios recreativos como el que había en el Malecón 2000, donde anteriormente funcionaba un gimnasio al aire libre a la altura de la calle Luzárraga.
Asimismo, varios sectores cuestionan que los parques municipales están enrejados y son cerrados a las 22:00 (tienen horarios limitados de uso).
Guayaquil, de acuerdo con los cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), tiene un déficit de áreas verdes (para practicar actividades físicas). La OMS estima que lo mínimo que una ciudad debe poseer es 9 metros cuadrados por habitante (m2/hab).
Tanto los indicadores municipales como los del INEC determinan la carencia. El Municipio de Guayaquil señala que hay 8 m2/hab.; mientras que el INEC arroja 1,13 m2/hab. (cifra de 2010).
No obstante, el burgomaestre Jaime Nebot Saadi aseguró en 2013 que él multiplicó los espacios verdes. “Cuando llegué (en el año 2000) había medio metro cuadro por habitante”.
El Cabildo porteño señala que funcionan 3.000 parques en el cantón. Según su presupuesto, se destinan $ 2 millones anuales para implementar programas y espacios deportivos (la pro forma del cantón es de $ 710 millones).
En 2014, el 61,6% de los recursos fue destinado a obras públicas y de regeneración urbana. (I)