Reinaldo Rueda es una voz autorizada para analizar la ausencia de Ecuador en el Mundial Rusia 2018. El ahora director técnico de Flamengo y campeón de la Copa Libertadores 2016 con Atlético Nacional, llevó a la Tricolor al Mundial Brasil 2014 y la colocó entre las 10 mejores selecciones del mundo según el ranking FIFA, en 2013.          Rueda, de 60 años, conoce a la perfección al futbolista ecuatoriano, sabe cómo piensa y cuánto puede dar en la cancha. Por eso pudo cumplir con el doble compromiso que le planteó la Ecuafútbol cuando asumió el cargo en agosto de 2010: impulsar un cambio generacional con nuevos jugadores y clasificar a la ‘Tri’ a su tercera Copa del Mundo.     Ayer, en una entrevista exclusiva con Medios Públicos, el estratega caleño dejó claro que con la altitud no se clasifica a los mundiales, sino con una buena preparación física, táctica y técnica. ¿Le sorprende que Ecuador no haya clasificado al Mundial? Más que sorpresa me genera mucha pena y tristeza. Había una gran expectativa por la estructura de la selección ecuatoriana y porque empezó la eliminatoria ganando cuatro partidos. Siento pena por todos los jugadores jóvenes con los que tuve la oportunidad de compartir y que estaban llenos de ilusión. Es un golpe fuerte, considerando el potencial que tiene el fútbol ecuatoriano.     Hay quienes afirman que en estas eliminatorias la selección no aprovechó la altitud de Quito, ¿cómo hizo su equipo de trabajo para sacar ventaja de ese factor? Nuestro trabajo fue integrarnos conjuntamente con los médicos de la selección. Es difícil jugar en esas condiciones, pero Ecuador no ha clasificado solo por la altitud; bajo esa lógica, Bolivia debería estar en todos los mundiales. La parte científica y la planificación fueron vitales para enfrentar los partidos en la altura. Eso fue evidente porque Ecuador aseguró la  clasificación al Mundial de Brasil gracias a un empate que sacamos en La Paz ante Bolivia. En su momento, ese punto se subvaloró, pero al final marcó la diferencia con Uruguay, que tuvo que disputar el repechaje y nosotros entramos directo. En esa eliminatoria nuestro desempeño en casa fue excelente, el único traspié fue el empate ante Argentina. De allí, el resto de partidos lo resolvimos a nuestro favor. Pero todo eso fue el fruto de un trabajo armónico, planificado, estudiado para sacarle provecho a la altitud y a la cancha, porque, en su mayoría, nuestros seleccionados no estaban habituados a estas condiciones climáticas. Los que llegaban de Europa sufrían mucho en Quito, algunos de México también.  Pero con la altitud no se clasifica a los mundiales, sino con una buena preparación física, táctica y técnica.  Usted fue muy respetuoso con el proceso de Gustavo Quinteros, ¿pero se equivocó la Ecuafútbol al cambiar la línea colombiana?  La nacionalidad del entrenador es lo de menos. Lo importante era mantener una coherencia de trabajo, desafortunadamente no se dio nuestra continuidad. Teníamos una gran ilusión de seguir, era nuestro compromiso. Incluso, después del último juego del Mundial contra Francia, en el estadio Maracaná, el presidente Luis Chiriboga me pidió que en la rueda de prensa ratificara nuestro propósito de seguir en la selección. Pero después se dieron algunas situaciones que hicieron difícil nuestra continuidad. ¿En qué se equivocó Gustavo Quinteros en el manejo de la ‘Tri’? No conozco su trabajo. Quizá ustedes tienen argumentos más sólidos, cercanos y precisos. Le puedo hablar de nuestro proceso. Nosotros estábamos muy ilusionados con la idea de consolidar el proyecto. Me duele la eliminación por Fernando Gaibor, Christian Ramírez, Renato Ibarra, y por otros jóvenes que se fueron proyectando y estuvieron en nuestros procesos. En esa lista está también Junior Sornoza, que hace poco saludamos antes de un partido entre Flamengo y Fluminense. Y así otros jugadores, como Penilla, Paredes, Erazo y Gruezo. Cuando llegamos a la selección hicimos una doble apuesta, un doble compromiso: hacer un relevo generacional proyectando nuevos jugadores y clasificar al Mundial. Era una tarea difícil, de mucho riesgo, pero se cumplió. Proyectamos muchos jóvenes pensando en este Mundial, pero ahora se quedan en el camino. Hablemos ahora de la disciplina en la selección. La semana pasada el periodista Reinaldo Romero denunció que cinco seleccionados se fueron de fiesta cuatro días antes del partido contra Argentina. ¿Cómo manejó usted el camerino? Me sorprendió mucho la noticia porque se trata de muchachos con los que compartimos. Me duele porque es un acto que no es digno de un seleccionado nacional. Nosotros siempre hacíamos énfasis en el respeto a sí mismo, a la camiseta y por la distinción de ser seleccionados. Siempre hubo diálogo. Es evidente que hay un retroceso en el fútbol  ecuatoriano. Prueba de ello es que se ubica en el puesto 60 en el ranking FIFA. ¿Qué se debe hacer para que la Tricolor recupere puestos estelares? Es cuestión de organización, de trazar nuevamente el camino. A nosotros nos llena de orgullo haber posicionado a la selección ecuatoriana entre las mejores del mundo. Ecuador tiene potencial y material humano para levantarse. ¿Eso implica una nueva Ecuafútbol? Hubo un trauma grande tras la salida de un hombre con mucho liderazgo como el ingeniero Chiriboga. La FEF necesita ahora un líder que haga una buena administración. Es vital que haya armonía, credibilidad y convicción, tanto en la dirigencia como en el cuerpo técnico. Ecuador tiene dirigentes con gran trayectoria, de carrera, con vocación y gran sentido de pertenencia. Es cuestión de organizarse y retomar el camino. ¿Cómo recibió la noticia de que integra una lista de candidatos para dirigir a Chile? Con mucho orgullo y agradecimiento. Pero en este momento tengo un compromiso con Flamengo. Todo tendrá su momento, este es un reconocimiento a nuestro trabajo. (I)