Guayaquil-Chile.-

En la actualidad, se estima que el país produce alrededor de 280.000 quintales de café, entre las variedades Arábigo y Robusta, en aproximadamente 100.000 hectáreas.

Ashley Delgado, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Café (Anecafé), comentó que dicha cifra es muy baja con relación a años anteriores. “Estimamos que la cosecha de 2016 pudo haber sido la de menor producción en la historia del café ecuatoriano”.

Vinicio Dávila, director del Concurso ‘Taza Dorada 2017’, señaló que las causas son una baja de la producción en las fincas, la vetustez o edad de las plantas, la presencia de plagas como la roya, entre otros.

Tras ello manifestó que para cubrir las necesidades de la industria cafetalera se importa desde Vietnam, Indonesia y Centroamérica alrededor de 750.000 sacos del grano. “Hay que aclarar que este producto viene para ser procesado, industrializado y así reexportarlo”.

No obstante, las exportaciones ecuatorianas de café, entre grano natural y procesado (en sacos de 60 kilogramos), disminuyeron 17% en los primeros siete meses del año con relación al mismo período de 2016.

Datos de Anecafé indican que de enero a julio de 2017 las ventas externas de café llegaron a 398.662,68 sacos de 60 kg, lo que le representó al sector más de $66’000.000.

En similares meses de 2016, se enviaron 480.154,36 sacos, con lo que se logró $ 72’841.328.

Delgado mencionó que hasta 1994 el país fue un gran exportador de café, cuando en dicho año registró más de $ 411’000.000 producto de la venta externa de 2’495.586,50 sacos del grano.

“El objetivo de la empresa privada, Anecafé y del Gobierno es que de aquí a pocos años volvamos a tener los más de dos millones de sacos de café que teníamos hace 23 años y ya no tengamos la necesidad de importar el producto”, acotó Dávila.  

El cambio climático afecta a las zonas cafetaleras

Cada año es evidente el impacto que tiene el cambio climático en las zonas productoras del cinturón del café, que se traducen en una disminución en la producción, debido al aumento de las temperaturas, presencia de plagas y enfermedades.

Tras ello, en diversos países se habla de la recolección de información y análisis a través de “Big Data Agroclimática”, donde se definirían nuevos sectores potenciales para establecer cafetales de forma exitosa, a fin de lograr producciones con una mayor rentabilidad.

Maximiliano Morales, agrónomo y estratega del área de café de la aceleradora de negocios agropecuarios de AgroWine Lab- que trabaja en iniciativas para establecer cafetales en nuevas zonas inexploradas, señaló que Ecuador debe liderar una estrategia que incluya el tema productivo, manejo agronómico y, en especial, innovadores planes de marketing cafetero para posicionar al café ecuatoriano como uno de los de mayor diversidad y alta calidad en el mercado.

Debido a que la mayoría de productores son caficultores pequeños, Morales acotó que el desafío de la estrategia productiva es amplio y a largo plazo, ya que incluye trabajar en el mejoramiento genético para la adaptación de café a nuevas zonas.

Además, el experto añadió que el marketing cafetero debe buscar la revalorización de las fincas existentes en la actualidad y que se encuentran en plena producción, para que ayuden a mejorar el precio de comercialización del grano mediante el mejoramiento de la selección de la calidad que se exporta. (I)

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Los caficultores desean un centro de investigación

Pablo Pinargote, gerente general de la Asociación Nacional de Exportadores de Café (Anecafé), mencionó que en la Mesa Sectorial del Café, que se efectuó en agosto en Loja, el sector productivo propuso al Gobierno crear un centro de investigación para el grano.

Dicho planteamiento ayudará a mejorar los índices productivos del cultivo viendo la experiencia de Colombia y Perú, que ya cuentan con estos institutos, que les han permitido mejorar sus producciones.

“El centro de investigación lo que hace  principalmente es organizar y mapear (los cultivos) del grano en el país, lo cual no tenemos. La idea es obtener variedades genéticas para mejorar cada zona cafetalera”.

El empresario añadió, además, que con dicha propuesta no solo se desarrolle y masifique las variedades de café arábigo y robusta, sino que también se forme a profesionales del ramo, y que el instituto sea manejado por los sectores público y privado. “Por ejemplo, si lográramos producir en el país 45 a 46 quintales por hectárea en robusta en la Amazonía, en vez de seis o siete quintales/ha, aseguro que la situación en el sector cambiaría totalmente, más aún, porque el agricultor no abandonaría su cafetal al tener un buen precio”.

Además desean que la academia sea parte del centro de investigación para que  profesionales acudan al campo a capacitar y asesorar al productor sobre un manejo adecuado del cultivo.

Durante la Mesa Sectorial, Vanessa Cordero, ministra de Agricultura y Ganadería, recibió la propuesta positivamente y se comprometió a fortalecer la cadena de valor del café junto con todos sus actores. (I)