El Plan de Reactivación de Café, una propuesta impulsada por el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) desde 2011, logró incrementar la productividad en 70.000 de las 94.000 hectáreas cultivadas en el país.

Javier Villacís, gerente del proyecto, indicó que el rendimiento por hectárea llega a 8 quintales en café arábigo y 11 en robusta y, en ciertas zonas del país, el rendimiento oscila entre 30 y 40 quintales.

Explicó que detuvieron la crisis del sector tumbando y resembrando las áreas cafetaleras del país, porque “estaban con tecnología obsoleta y con peores producciones”.
“Nosotros importamos semillas, entregamos kits de fertilizantes y para el control de plagas y enfermedades, además pusimos 300 agrónomos en el campo. Con eso, desde este año, paró la caída del café y al finalizar este año se verá la recuperación con alrededor de 500.000 sacos. El año pasado fue menos de 300.000”, manifestó.

Villacís prevé que en cuatro años el sector registrará una producción de 2’000.000 de sacos de café.  Hace pocos días, el viceministro de Agricultura, Luis Valverde, indicó que varios países del mundo reconocen las políticas públicas que implementa el Gobierno, a través del Magap, como el Plan de Reactivación de Café y Cacao.

Pese a ello, las exportaciones de café siguen a la baja. Datos de la Asociación Nacional de Exportadores de Café (Anecafé) indican que en 2012 el sector exportó $ 273,9 millones producto de 1’570.944,36 sacos de café de 60 kilogramos -en grano e industrializado-; mientras que en 2015 las exportaciones bajaron a $ 145,3 millones por la venta de 869.970 sacos, circunstancia que representó una reducción de 44,6% en el número de sacos.

En julio pasado, el sector cafetalero exportó 480.154 sacos y obtuvo ingresos por $ 72,8 millones.

Para Askley Delgado, presidente de Anecafé, los bajos precios del quintal del grano y la poca productividad en las fincas son solo dos de los motivos que inciden en la caída de las exportaciones.

Por ello, el empresario propone traer plantas o semillas de alta productividad, resistentes a plagas y enfermedades, ofrecer créditos asequibles a los productores, a su vez que estos hagan un manejo adecuado del cultivo y reciban un precio idóneo por su café para reactivar la caficultura en el país. (I)