Marcelo Chiriboga o cómo entender nuestra historia a través de la literatura del boom

Son pocos los registros cinematográficos que narran la vida de sujetos a los que se asume como ‘irreales’, a pesar de que están presentes en el imaginario de la sociedad, de la cultura, en la constitución de una historia nacional. En muchos casos, sus vidas han sido invisibilizadas por conveniencia, o por pereza.

El cineasta Luis Ospina, por ejemplo, contó a través de la película Un tigre de papel la vida de Pedro Manrique Figueroa, el supuesto pionero del collage en Colombia, y lo hizo como una excusa para explorar el estado del arte y de la política colombiana entre 1934 y 1981, fecha en la que desapareció el artista, según Ospina.

En una entrevista colgada en la página del cineasta colombiano, él dice: “La historia es de quien la escribe, en este caso de quien la filma. Narrada tangencialmente, es un pretexto que nos remite a temas, mostrando imágenes, polémicas, influencias, tendencias políticas, debates sobre la función del arte en la sociedad. Es un fresco de un país”. Así, narrar la vida de un sujeto minimizado por la historia se convierte en parte de un proyecto mayor: explorar las fisuras de una nación que suele olvidar su pasado.

En esta línea aparece la nueva película ecuatoriana, dirigida por el cineasta quiteño Javier Izquierdo, Un secreto en la caja, quien en 2003 presentó el documental Augusto San Miguel ha muerto ayer, que narra la historia del primer cineasta ecuatoriano que produjo, dirigió y protagonizó en la década del 20 las primeras películas de ficción realizadas en Ecuador. En cambio, Un secreto en la caja se propone reconstruir los rastros que dejó una de las figuras más emblemáticas de la literatura ecuatoriana y latinoamericana: Marcelo Chiriboga.

“Descubrí al ecuatoriano Marcelo Chiriboga mientras estudiaba en el extranjero un curso sobre literatura latinoamericana del boom (esa gran explosión). Como ecuatoriano, me sorprendió conocer de su existencia, ya que nunca había oído de él”, comenta Izquierdo. Y añade que el hecho de que Chiriboga haya sido un completo desconocido en su país, siendo uno de los nombres más sonados en las letras ecuatorianas y regionales, le pareció un gran tema para desarrollar un documental.

La idea de Izquierdo con Un secreto en la caja es juntar lo que la época del boom latinoamericano provocó: arte, literatura, política y cultura. Para el quiteño “todas esas novelas (las del boom) eran exploraciones, para nada aburridas, de las historias nacionales. Y una de las principales preguntas que me hice al pensar en este documental fue sobre qué hubiera tratado la gran novela ecuatoriana de la segunda mitad del siglo XX, y ahí entraba Marcelo Chiriboga”.

Para hacer este trabajo el cineasta quiteño tomó como puntos de referencia la película de Luis Ospina (Un tigre de papel), y Zelig, de Woody Allen, un filme que se ubica en 1920 y aborda la historia de Leonard Zelig, un peculiar personaje que llama la atención pública por sus reiteradas apariciones en diferentes lugares, pero con diferentes aspectos (incluso hay un síndrome denominado Zelig).

Javier Izquierdo también leyó varios trabajos literarios que funcionaban como intertextos para lo que él quería contar. Empezó con un libro de Max Aub en el que narra la historia de Jusep Torres Campalans, un supuesto pintor español que coincide en muchos aspectos con Pablo Picasso. Y, a su vez, tomó la obra de Roberto Bolaño, quien plantea todo un diccionario biográfico literario en La literatura nazi en América. “Esos trabajos se insertan en un lenguaje documental vinculado con la veracidad, lo real, lo objetivo, y eso es lo que he tratado de hacer, porque en mi película se dan varios cruces con elementos que realmente sucedieron, como la Guerra del 41, la historia fallida de la Guerrilla del Toachi y el conflicto limítrofe durante el siglo XX entre Ecuador y Perú”, señala Izquierdo.

Un secreto en la caja empezó a desarrollarse desde 2010 y, en el camino, se fueron presentando otros trabajos que abordaban la vida de Marcelo Chiriboga, pero con diferentes fines, como el libro del escritor Diego Cornejo Menacho, Las segundas criaturas.

“Viajé por varias ciudades del mundo entrevistando a personajes vinculados con Chiriboga: Quito, México DF, Berlín, Barcelona y NY. También encontré una entrevista realizada en España en 1977, que es el eje de este documental. Como sucedió con la obra de Chiriboga, ha sido difícil encontrar recursos en Ecuador, incluso me han acusado de hacer un falso documental, de contratar actores y falsear locaciones para contar la historia inventada de un escritor ficticio. Juzguen por ustedes mismos a través de las imágenes...”, interpela Javier Izquierdo a sus espectadores.

Un novedoso estreno

El próximo domingo 20 de marzo, Un secreto en la caja se estrenará a nivel nacional a través de internet, desde la página www.unsecretoenlacaja.com. Su acceso será gratuito y estará en línea hasta el 1 de abril.

Según comentan los promotores de la película, esta es la primera vez que un filme ecuatoriano elige el streaming como principal medio de difusión, y añaden que la intención de trabajar de esa manera “es tender un puente con el público por fuera de las salas de cine, una apuesta novedosa que busca demostrar que el cine ecuatoriano puede consumirse a través de distintos canales”.

En abril la película se proyectará en salas de cine independiente de Quito, como Ochoymedio y la Cinemateca de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, y el resto del año participará en distintos festivales. (I)