Libertad de prensa pone en debate el papel de los medios públicos
Hoy se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa, fecha que, según la Unesco, ‘brinda la oportunidad de defender los medios de comunicación de los ataques sobre su independencia, así como (de) rendir homenaje a los periodistas que han perdido sus vidas en el desempeño de su profesión’.
Desde hace casi tres años, en Ecuador rige la Ley Orgánica de Comunicación que cambió las dinámicas del periodismo a escala nacional y los medios públicos —que existen desde 2009— han incluido contenidos diversos en su oferta, unos difíciles de encontrar hace una década.
Consultado a través de una llamada telefónica, el sociólogo y catedrático universitario Hernán Reyes Aguinaga señaló que medios como “EL TELÉGRAFO son una suerte de contrapeso en una agenda informativa que los medios privados incorporan normalmente en sus páginas”.
Pero para el exvocal del Cordicom (Consejo de Regulación y desarrollo de la información y comunicación), la prioridad, a través de entrevistas en los medios públicos, es para funcionarios del gobierno, “sin trabajar mucho la contrastación”.
El periodista y profesor universitario Roque Rivas Zambrano cuenta que revisa unos 20 periódicos al día y señala la importancia de esa contrastación de fuentes.
Para Rivas “muchas veces, las notas que se publican tienen una visión sesgada de los hechos (...) Uno de los principios fundamentales del oficio —explica a través de un correo electrónico— es mostrar las múltiples voces que están involucradas en un suceso, esta característica le otorga credibilidad al medio de comunicación y también a sus reporteros”.
A inicios de este año, el periodista y escritor argentino Jorge Ernesto Lanata dio su opinión sobre este tema en un conversatorio que hizo con varios periodistas: “Yo estoy a favor de los medios públicos —sostuvo— porque pueden dar lugar a cosas que comercialmente no funcionan. Ahora, tampoco me parece que tengan que resignar la audiencia y que no los vea nadie. Que den la pelea y la única manera de hacer eso sería separarlos de los gobiernos”.
Para el conductor del programa televisivo Periodismo Para Todos, el problema a debatir es que “(en América Latina) tenemos regímenes que, todo el tiempo, confunden al Estado con el Gobierno y las audiencias, los públicos se generan con talento, no por decreto”.
El pasado viernes 28 de abril, el articulista Sebastián Vallejo publicó, en estas páginas y de forma autocrítica, la columna titulada ‘Reinventando los medios públicos’, con un criterio similar: “(Hay que) comenzar por —lo que parece ser la crítica imperante— cuestionar si hemos logrado trascender esa posición de medio gubernamental/estatal a medio público”.
Vallejo sostiene que los medios públicos deben estar en capacidad de presentar propuestas que no se adaptan a las lógicas del mercado y que, por ello, son invisibilizadas. “Son también visiones alternativas que sirven para crear nuevas discusiones, nuevos debates”, dice.
Sobre este proceso editorial, Lanata soltó una sugerencia en la sala de prensa de un hotel quiteño, en enero pasado: “Habría que crear una carrera de medios públicos adonde la gente entre por concurso. Y si quieren tener un buen canal del Estado, alguien lo tiene que pagar. Como hace la BBC de Londres, Inglaterra: hay que preguntarle a la gente, puerta a puerta, si pondría plata para eso o a particulares”.
El equilibrio sobre noticias localizadas más en Guayaquil que en Quito y otras ciudades del país es otro de los requerimientos que señalaron varios lectores.
Miguel Ángel Bastenier (1940-2017) expuso —en el libro Cómo se escribe un periódico— los problemas del periodismo en América Latina, entre los que habló sobre el ‘mercado de prensa diaria’ que, en la región, es de unos 40 ejemplares por cada 1.000 habitantes. Competir por audiencia no debe ser un interés de este tipo de medios, explicó Reyes, lo cual evita que se difundan contenidos violentos o de carácter amarillista y habló de dar una apertura a lo ‘formativo, educativo y cultural’. Algo sobre lo que Lanata discrepa: “No creo tanto en la cosa pedagógica en los medios. Estos tienen que dar espacio para que se discuta, pero no creo que estén arriba, la gente abajo y que tengan que enseñar porque son espacios de la libertad. Pero sí, tienen que ser mucho más cercanos a lo artístico de lo que son”, aseguró.
Roque Rivas recordó los criterios de la Unesco (“un diario público tiene la responsabilidad de publicar contenidos de interés general y, además, de criticar las cosas que se están haciendo mal dentro del gobierno de turno”) y una de las máximas del periodista polaco Ryszard Kapuściński (“El trabajo de los periodistas no consiste en pisar las cucarachas, sino en prender la luz, para que la gente vea cómo las cucarachas corren a ocultarse”).
“Los desafíos que enfrenta actualmente el periodismo (con la masificación del Internet y, posteriormente, las redes sociales) van más allá de obtener la primicia. La demanda de las audiencias ahora es un periodismo analítico, de profundidad y de calidad”, dice el periodista.
El compromiso ético de los medios públicos es mucho más fuerte que el de comunitarios y privados, coinciden los entrevistados. El papel del desarrollo tecnológico sobre la configuración de nuevas audiencias también fue considerado y Reyes destacó a la revista cultural cartóNPiedra como la ‘mejor publicación en su género’ dentro del país.
Datos
- El Premio Mundial de Libertad de Prensa Unesco/Guillermo Cano se entregará en Yakarta, Indonesia, del 1 al 4 de mayo. El lema de la celebración para este año es ‘Mentes críticas para tiempos críticos: El papel de los medios para el avance de sociedades más pacíficas, justas e inclusivas’.
- La Declaración de Windhoek (hecha por periodistas africanos sobre el pluralismo de los medios y su independencia en 1991) fue el antecedente de la Declaración de este Día Internacional, que fue proclamado por la Asamblea General de la ONU en 1993.
- Miguel Ángel Bastenier, periodista y maestro de reporteros, fallecido el viernes pasado a los 76 años, recordó —en una entrevista con este diario, a fines del año pasado— que un grupo de periódicos franceses, auspiciados por el gobierno en la primera mitad del siglo XX, no sobrevivieron por los bajos índices de lectura que tenían. (I)