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A través de una mesa interinstitucional se establecieron acciones para la salvaguardia

Brigadas patrimoniales evalúan desde hoy daños en los contenedores de la memoria

Pese a las fisuras estructurales que se registran en el Museo Histórico de Portoviejo, estas serían menores que las que presentan los de Manta y Bahía de Caráquez.
Pese a las fisuras estructurales que se registran en el Museo Histórico de Portoviejo, estas serían menores que las que presentan los de Manta y Bahía de Caráquez.
Cortesía de Sarah Carrozzini
19 de abril de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

Portoviejo había iniciado una ruta en su territorio para poner en valor bienes inmuebles patrimoniales. Iniciaba en el Complejo Arqueológico Hojas-Jaboncillo, a 5 minutos de la capital de Manabí. Luego se recorrían cuatro inmuebles patrimoniales: la Casa Rosada, la Casa Cevallos Arízaga (sede del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural), la propiedad de los padres jesuitas Wilfrido Loor y la tradicional Plaza de Armas, en el parque Vicente Flor.

Tras el terremoto que vivió Ecuador la noche del sábado pasado se han notificado daños estructurales en varios de los inmuebles que integraban esta ruta. Un día después se instaló una mesa interinstitucional, en la que el Ministerio de Cultura y Patrimonio, a través de la subsecretaría de Memoria Social y la de Patrimonio, junto al Instituto Nacional de Patrimonio (INPC), evalúa los daños de bienes culturales materiales e intangibles del país, especialmente de las provincias de Manabí y Esmeraldas, las zonas con mayor afectación.

Este lunes 18 de abril, día en el que se celebraría a nivel nacional el patrimonio, se actualizaba cada 30 minutos la información de los daños. De acuerdo a información preliminar, la mayor parte de afectaciones se presenta en bienes inmuebles de Manabí, a pesar de que aún se esperan las notificaciones de otros espacios, como el sitio arqueológico Cerro Hojas-Jaboncillo.
El Museo y Archivo Histórico de Portoviejo presenta fisuras estructurales y algunos bienes arqueológicos se afectaron en menor porcentaje, de acuerdo a Joaquín Moscoso, subsecretario de Memoria Social del Ministerio de Cultura y Patrimonio.

Al menos 15 viviendas patrimoniales de propiedad privada colapsaron, entre ellas el Sindicato de choferes, el edificio del IESS, la Pensión Cristal y la sede actual del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (la casa Cevallos Arízaga).

Sin embargo, en la capital manabita los daños patrimoniales no se comparan con los que se originaron en Manta y Bahía de Caráquez, donde se localizan los otros dos museos principales de la provincia. Pese a los daños “en esta situación de catástrofe también nos damos cuenta de que los bienes patrimoniales, por su sistema constructivo y materiales, han resistido bastante mejor ante estas circunstancias que otros bienes”, dijo Tania García, coordinadora técnica del INPC.

En Esmeraldas, a pesar de ser el epicentro del terremoto, no se presentaron mayores daños estructurales, además de unas estanterías colapsadas, según constató Moscoso, en entrevista telefónica con este diario. La primera medida de acción fue la suspensión de todos los servicios culturales que se daban, tanto en museos, archivos y bibliotecas en todo el país, hasta nuevo aviso. El fin es “recoger las valoraciones técnicas que correspondan a las estructuras culturales lo más pronto posible en razón de las circunstancias”, detalló Moscoso.

De acuerdo a García, desde hoy salen a las zonas de emergencias brigadas patrimoniales, conformadas por ingenieros, arquitectos y estructuralistas que evaluarán el patrimonio afectado. “En principio -resalta Moscoso- la mayor cantidad de esfuerzo se debe dirigir a salvar las vidas humanas. El equipo que trabajará en territorio nos podrá esclarecer el grado de patrimonio afectado en los distintos lugares”.

Entre otras medidas, se activó la Convención de 1970 de la Unesco sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir e impedir la importación, la exportación y la transferencia de propiedades ilícitas de bienes culturales. Se han incluido en la lista roja aquellos objetos que puedan ser susceptibles de robo para que los gobiernos vecinos estén atentos.

Una de las acciones principales para salvaguardar el patrimonio afectado y en peligro es la asignación de recursos a los Gobiernos Autónomos Descentralizados para la gestión, así como capacitación en territorio. Además, el equipo trabaja en una declaratoria de emergencia, tanto con lo que corresponde a la infraestructura cultural en los territorios afectados, como sus bienes.

El patrimonio de Quito no tiene afectaciones de gravedad

La iglesia de San Agustín, en el Centro Histórico de Quito, es uno de los inmuebles patrimoniales afectados por el sismo. Según un informe del Municipio, “se detectó una fisura en la unión entre el muro posterior del templo y el cuerpo de la misma, sector de la Sacristía”.

Según se dijo en el comunicado este incidente no pone en riesgo la estructura total de San Agustín. Desde la mañana de ayer, técnicos del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) intervienen en el área afectada.

Las autoridades municipales indicaron que los 10 religiosos que habitan en el convento no corren peligro, pero como medida de prevención la iglesia permanecerá cerrada al público durante una semana.

La Alcaldía presentó un primer informe sobre el estado del patrimonio en el Distrito Metropolitano y el IMP registró el desprendimiento de una parte del techo de la capilla del colegio La Providencia, mientras que en la iglesia de La Magdalena, al sur de la capital, se evidenciaron fisuras en las paredes.

También se notificó que 3 casas patrimoniales presentan cuarteaduras y la iglesia San Miguel de Nono tuvo daños severos en su estructura. El Cabildo indicó que el patrimonio histórico de Quito no tiene daños de gran magnitud, pero seguirá monitoreando los inmuebles.

En Sigchos, cantón de la provincia de Cotopaxi, se reportaron daños en la cúpula de la iglesia matriz que tiene aproximadamente 120 años de construcción, mientras que en las comunidades de Canjalo y Guasunbini hubo 3 casas cuarteadas. “Eran construcciones antiguas”, detalló Everaldo Argüello, habitante del cantón. (I)

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