Se llama parasitismo a la relación que se establece entre dos especies, ya sean vegetales o animales. En esta relación se distinguen dos factores biológicos: el parásito y el huésped. El parásito vive a expensas de la otra especie, a la que se le denomina huésped. El parasitismo intestinal se presenta cuando una especie vive dentro del huésped, en el tracto intestinal. El parásito compite por el consumo de las sustancias alimentarias que ingiere el huésped, o como el caso del anquilostoma, se nutre de la sangre del huésped, adhiriéndose a las paredes del intestino.
El hombre es huésped de cientos de especies de parásitos, sin contar a los virus, bacterias y hongos Se sabe que las enfermedades parasitarias han producido a través de los tiempos más muertes y daño económico a la humanidad que todas las guerras juntas.
CLASIFICACIÓN DE LOS PARÁSITOS
Los parásitos se clasifican en endoparásitos y ectoparásitos, según donde habiten.
Entre los endoparásitos: El Ascaris lumbricoides (lombrices) es el mayor nematodo (gusanos cilíndricos, alargados) intestinal y en humanos produce la ascaridiasis. Debido a su ciclo de vida, este parásito tiene una doble representación en humanos, su fase larvaria pulmonar y la fase intestinal, donde puede llegar a alcanzar los 20 cm, produciendo manifestaciones clínicas diferentes.
La Entamoeba hystolitica produce la enfermedad conocida como amebiasis. Las amebas proliferan en el intestino y pasan a los tejidos profundos donde pueden ser transportadas por la circulación hasta el hígado. En el 10% de los infectados, los síntomas son más graves, como diarrea aguda acuosa, disentería con deposiciones con moco y sangre y, en casos extremos, la diseminación del parásito a diversos órganos internos, como hígado, pulmones o cerebro.
Giardia lamblia (intestinalis) es uno de los parásitos patógenos intestinales más frecuentes causantes de diarrea epidémica y el de mayor prevalencia en la mayoría de los países industrializados, dando lugar a la giardiasis, sobre todo en guarderías.
Enterobius vermicularis, afecta al 30% de los niños en edad escolar. Los huevos permanecen durante semanas en ropas, suelo y uñas. Su transmisión es por ingestión de alimentos o tierras contaminadas. Sus síntomas son: anorexia, prurito anal, alteraciones del sueño, irritabilidad y terrores nocturnos.
Entre los ectoparásitos: El piojo de la cabeza, denominado Pediculus humanus capitis, pone sus huevos en los cabellos del hombre e introduce su pico chupador en el cuero cabelludo, provocando la conocida y molesta picazón.