La RC continuará. El Gobierno Nacional y Alianza PAIS, superarán los problemas políticos y contarán con el apoyo de las fuerzas democráticas del país. Hay sectores dispuestos a contribuir a que se supere la coyuntura fiscal difícil, para apuntalar las actividades productivas, afectadas por los efectos negativos de la baja del precio del petróleo y los efectos del terremoto. Fuerzas populares diversas, junto a las bases de AP, anhelan que esto se dé y han convocado a la unidad. En Pichincha, Guayas y otras provincias se han pronunciado al respecto.
Por unanimidad lo hizo antes el bloque de legisladores del movimiento Alianza Bolivariana Alfarista (ABA), cofundadora de AP; en una masiva asamblea se ha pronunciado en el mismo sentido. Todos quieren que se supere el conflicto interno, se dialogue democráticamente y se apoye al gobierno del presidente Moreno para que avance la RC hacia los grandes objetivos de justicia, equidad y desarrollo, con base en la organización del poder popular y el Estado Democrático, todo lo cual está en marcha.
Ello, en el marco de defender los derechos y reformas de beneficio popular y nacional, logrados en la década, y los principios de la RC, defender y reconocer a los líderes del proceso, ratificarles la confianza en sus patrióticos objetivos.
Millones de militantes y simpatizantes del país se adhieren a esta posición. En América Latina, donde se está librando duras batallas contra la restauración conservadora, alentada por la prensa mercantil, las ONG proimperialistas y el Gobierno de EE.UU con la CIA, el apoyo es multitudinario. Se anhela que no haya división en las fuerzas del cambio.
Ni un paso atrás en este proceso, ni siquiera para tomar impulso. Avanzar con la agenda de transformaciones del Gobierno, no dar tregua frente a la corrupción y al neoliberalismo, son las bases para marchar hacia el Ecuador del futuro, el Ecuador del socialismo.
Se requiere derrotar a la derecha y a los que alientan la división, a los desleales, traidores y oportunistas, que buscan liquidar AP y el proyecto transformador, y a los que cínicamente quieren imponer su vieja agenda oligárquica.
Por ello, como señala ABA, hay coincidencia con Lenín Moreno, presidente de AP, que en su mensaje a la militancia el 2 de agosto afirmó: “Continuaremos gobernando en función de los principios de nuestro movimiento, con posiciones progresistas, que busquen construir una sociedad democrática, con plenas libertades, dialogante y soberana, dialogante y solidaria”.
Y agregó: “Hay que seguir firmes en la erradicación de la pobreza hasta conseguir justicia social. El reto es profundizar la revolución y responder a las necesidades de nuestro país”.
Esa es la tarea; es el reto para la militancia. Más allá de discrepancias sobre cifras macroeconómicas y políticas asumidas, en consecuencia, con las grandes mayorías, hay que cohesionarla y desarrollar acciones unitarias.
Es menester, por tanto, debatir democráticamente, al interior de AP; crear condiciones para que se superen las diferencias entre los altos dirigentes; desarrollar iniciativas para mejorar las alianzas; reestructurar y democratizar el movimiento AP; apoyar el diálogo democrático del gobierno con diversos sectores, en función de los intereses nacionales; respaldar toda iniciativa para enfrentar y derrotar la corrupción. (O)
