El año de 1736 llegó a las costas ecuatorianas la primera Misión Geodésica Francesa, organizada por la Academia de Ciencias de su país, para medir un arco del meridiano terrestre y, por este medio, definir la forma exacta de nuestro planeta.
Los participantes de esa misión fueron: el matemático Luis Godin como jefe de la expedición, el matemático y astrónomo Pedro Bouguer y el geógrafo Carlos María de La Condamine. También el naturalista José de Joussieu, el ingeniero Verguin, el cirujano Seniergues y los técnicos Couplet, Hugot, Morainville y Godin des Odonais, y un esclavo martiniqués anónimo.
A ellos se agregaron dos jóvenes e inteligentes españoles, los tenientes de Fragata Jorge Juan de Santacilia y Antonio de Ulloa, a quienes el Rey de España había encargado la doble tarea de informar sobre el estado general de sus colonias a ser visitadas y vigilar la labor de los franceses.
También colaboraron para su éxito el naturalista y geógrafo riobambeño Pedro Vicente Maldonado y un buen número de funcionarios, exploradores, peones y cargadores locales, casi todos ellos anónimos y ocultados por la historia oficial.
Recorriendo mares, selvas y cordilleras, empeñados en cumplir con su tarea científica a toda costa, esos investigadores confirmaron con sus estudios la forma real de la Tierra: achatada en los polos y ensanchada en la región ecuatorial. Y los resultados de sus investigaciones hicieron otros aportes a la ciencia moderna, tales como sentar las bases para el nacimiento del Sistema Métrico Decimal, designando como unidad al Metro, cuya dimensión vino a ser definida como la diezmillonésima parte del cuadrante terrestre.
Por otra parte, esa primera misión le aportó a la Audiencia de Quito una precisa designación geográfica, que luego fue usada en el mundo para identificar al país y que, más tarde, terminó por convertirse en el nombre de un Departamento de la República de Colombia y, finalmente, en la designación oficial de nuestro país actual: República del Ecuador.
Los expedicionarios franceses se sorprendieron gratamente al encontrar acá un científico de talla mayor, don Pedro Vicente Maldonado, quien había recorrido todo su país, colonizado selvas, financiado la apertura de un camino de Quito a Esmeraldas y dibujado una formidable ‘Carta Geográfica de la Audiencia de Quito’.
Hay más. Maldonado contribuyó fuertemente al éxito de esa misión científica, a la que proveyó de recursos, personal e insumos necesarios para sus viajes e investigaciones, en que él mismo participó, contribuyendo con la Condamine al trazo del mapa de la región septentrional de Esmeraldas.
Esas razones determinaron que este sabio quiteño viajara a Europa y fuera incorporado como miembro de la Academia de Ciencias de París, el 24 de marzo de 1747. Y de ello nació la invitación que le hizo la Real Sociedad Científica de Londres para incorporarlo a sus filas, hecho que debía realizarse en noviembre de 1748, pero que fue frustrado por el fallecimiento de Maldonado en aquella ciudad, el 17 de aquel mes.
En síntesis, la universalización de la figura científica de Maldonado y la publicación de su notable mapa o carta de la Audiencia de Quito, ocurrida en 1747, en París, fueron también logros resultantes de la labor de esa primera Misión Geodésica Francesa. (O)