¡Habrase visto la derecha prepotente! Hasta este momento la izquierda gana las elecciones con más de un millón cien mil votos sobre el candidato de la extrema derecha y está vendiendo al país la idea de que hemos perdido las elecciones. Es la misma falsa narrativa de febrero de 2014 en el que la Revolución Ciudadana obtuvo el grueso de la votación a nivel nacional, pero ellos vendieron la idea de que había sido derrotada.
Y es que, de acuerdo a cifras preliminares, la Revolución obtiene triunfos nítidos en la consulta popular y en la composición de la Asamblea Nacional, lo que evidencia una continuada influencia en el electorado luego de diez años de gobierno. ¿Por qué no puede ser ‘matemáticamente posible’ que si faltan por escrutar un millón doscientos mil votos, la candidatura de Lenín Moreno pueda subir las décimas que le faltan para llegar al 40% que necesita para ganar en primera vuelta? Por supuesto que es posible. Y la derecha lo sabe. Pero ese es su verdadero pavor. Ese es el miedo que ya han confesado al país. Muy suelto de huesos, el vicepresidenciable del candidato banquero se ha atrevido a afirmar que “no aceptarán un triunfo oficialista en primera vuelta”. Es decir, ¿no están dispuestos a aceptar la voluntad popular expresada en las urnas? ¿Quieren desconocerla? ¿Arranchar un resultado a la fuerza, a base de la amenaza y el acoso?
Es tan real ese miedo que ya han empezado a ejecutar el Plan B: hablar de la ‘transparencia de las elecciones’, de ‘rumores de un fraude electoral’, convocar a ‘gigantescas movilizaciones’ y, probablemente, estar dispuestos a recurrir a la violencia con tal de impedir el triunfo de Lenín en primera vuelta por voluntad popular. Pretenden convertir su miedo en nuestro miedo. Pero se equivocan. La derecha se olvida de que Ecuador ya no es su hacienda, ni los(as) ecuatorianos(as) somos sus vasallos(as). No se ha dado cuenta aún de que estos diez años de Revolución Ciudadana no son solo los de la Década Ganada. Son también los años de nacimiento y desarrollo del pueblo que nunca fuimos, de un pueblo cada vez más autónomo de su falsa narrativa, consciente de sus derechos y de quienes representan nuestros intereses.
Hemos ganado las elecciones. Nadie podrá arrebatarnos ese triunfo. Está pendiente saber si triunfamos en primera vuelta por voluntad de nuestro pueblo. De un pueblo que ha expresado en las urnas su voluntad y que sabrá hacerla respetar, frente a la prepotencia de la derecha y su miedo encubierto, con dignidad, pero también con firmeza.
¡Habrase visto! (O)