Los 411 años de celebración de la fundación de Ibarra trae buenas noticias: el emblemático edificio del Cuartel, ahora convertido en Centro Cultural, fue entregado oficialmente. La inspiración de este monumento patrimonial fue parte de la propuesta alfarista.
Ahora, sus salas albergan una muestra de la pintura paisajística de Rafael Troya, donde también sobresalen sus imponentes retratos, además de exposiciones temporales, así como una especial dedicada al antiguo señorío de los caranquis, para un espacio que definitivamente requiere del concurso de la empresa privada para proyectos de mayor envergadura, como la Bienal de Fotografía de Ibarra, que puede convertir a la capital de Imbabura en un referente, tal como la Bienal de Cuenca, especializada ahora en arte contemporáneo. Bien se sabe que el turismo, y de manera especial la identidad -es decir más allá del orgullo de sentirse parte de una colectividad está el tema de generación de ecosistemas culturales- precisan del concurso de todos.
El inicio de la construcción del Cuartel de Ibarra ocurre en el segundo mandato de Eloy Alfaro Delgado, quien, sin lugar a dudas, es el artífice de la consolidación del ejército ecuatoriano al volverlo innovador, profesional. Esto se logra con formación académica, alta disciplina militar y un elevado nivel cultural para la época. De hecho, en 1905 se inaugura la primera promoción de oficiales.
En 1906 se inaugura una nueva Constitución, liderada por Alfaro, y en su capítulo XIII, al referirse a las Fuerzas Armadas, señala: “El objeto de la fuerza pública es asegurar los derechos de la nación, en el exterior, y, en el interior, la ejecución de las leyes y el mantenimiento del orden público”.
Tras la época montonera, el segundo mandato de Alfaro precisa controlar el espacio institucional. Esa ‘toma de la plaza’, de manera simbólica, también constituye la realización del Cuartel de Ibarra, que serviría para consolidar el proyecto liberal ante la siempre arremetida conservadora. Había que pasar de las batallas en los montes a la consolidación en la urbe.
Pero hay antecedentes. El trágico acontecimiento del terremoto de Ibarra que causó, en toda la provincia, 20.000 muertos, afectó a todas las edificaciones de la urbe, que quedaron reducidas a escombros. Tras la reconstrucción en 1872, bajo la mirada atenta del presidente Gabriel García Moreno -artífice de la refundación- también se requería de un lugar adecuado para los militares que, al momento, se enfrentaban más que a enemigos internos a los externos, como las fuerzas políticas liberales de Colombia.
Desde finales del XIX el Cuartel de Ibarra –debido a los cambios políticos internos y externos- fue concebido para enfrentar diversas fuerzas. En la época garciana los intentos desestabilizadores llegados desde Colombia; en el alfarismo, las fuerzas que habían sido afectadas por las medidas liberales y, antes de concluir su construcción, nuevamente los elementos conservadores hacían su aparición. Estos vaivenes eran propios de esos tiempos volátiles. (O)