La reciente reunión de la directiva nacional de Alianza PAIS, celebrada junto con el buró del Gobierno, asumió importantes resoluciones que permiten avizorar un panorama promisorio, que se corresponde con el deseo de la mayoría de la población, de defender lo ganado en la década de la Revolución Ciudadana (RC) y con la necesidad de ejecutar la agenda del Gobierno, que tuvo gran respaldo popular, expresado en el último triunfo electoral, contra toda la derecha unida.
AP, en la citada reunión, presidida por Lenín, afirma que continúa con firmeza la RC y que no se permitirán retrocesos, ni en el rumbo del movimiento ni en los principios ideológicos que lo originaron, definiéndolo, como se sabe, de izquierda, revolucionario, humanista, ecologista e internacionalista. A la par, rechazó los ataques de diversa índole que los enemigos del proceso han vertido contra sus máximos representantes Rafael Correa, Lenín Moreno y Jorge Glas, con claros propósitos confusionistas, obstruccionistas y divisionistas.
Llamó a la cohesión y a la unidad para consolidar el proceso en la actual coyuntura, lo que es fundamental; por ello decidió rechazar todo intento de lesionar a AP por parte de organizaciones políticas ajenas que, según se afirma, perversamente se han tomado el nombre de Lenín para crear estructuras paralelas que buscan liquidarla.
Con motivo de las renovadas intentonas de ‘golpe blando’, solidarizándose con Jorge Glas, y saludando la reciente resolución legal y constitucional del CAL de la Asamblea Nacional, rechazó el pedido de iniciarle juicio político, condenando una vez más la judicialización de la política como mecanismo desestabilizador de la derecha.
AP, insistimos, debe renovarse y democratizarse, así como asumir el diálogo a lo interno para superar las diferencias y comprender, de mejor forma, la actual situación socioeconómica difícil, que hay que superar, buscando fortalecer las alianzas con los sectores sociales y políticos que apoyan decididamente el proyecto. En ese marco, con esas prioridades, el diálogo democrático del Gobierno debe continuar; en él no tienen cabida quienes buscan dividir, sabotear el proceso y hasta imponer la agenda neoliberal.
El Gobierno, por su parte, anunció la aprobación del Plan Nacional de Desarrollo, cimentado sobre elevados principios: vida digna y libre, satisfacción de necesidades básicas, erradicación de la pobreza extrema, con base en un modelo de economía al servicio de la sociedad, con un mejor estado, con diálogo, para mayor gobernabilidad y con responsabilidad ciudadana, transparencia y solidaridad.
Todo esto se corresponde con la RC; además, frente a la coyuntura, el Presidente ha afirmado que no habrá ninguna medida de ajuste que afecte al pueblo; en cambio, se corregirá el déficit fiscal, habrá austeridad, se renegociarán la deuda y los contratos petroleros y se incentivará la producción, en búsqueda de mejorar el empleo de calidad.
Por fin, el Gobierno reitera la política internacional, soberana y de paz. Con motivo del 38 aniversario del triunfo de la Revolución Sandista en Nicaragua, a través de la canciller, convocó a la unidad latinoamericana, como la unidad de la justicia contra la pobreza y la miseria, unidad histórica que hermana a los pueblos. Alentador panorama, que unifica y estimular la acción para avanzar. (O)