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El Telégrafo
Maximiliano Pedranzini. Ensayista argentino

Reflexiones sobre la Revolución Ciudadana

09 de agosto de 2015

Si hay que clasificar ideológicamente a la Revolución Ciudadana, no cabe duda de que el lugar por antonomasia en este cambio de época para nuestra región es el socialismo del siglo XXI. Un proceso político y social que iniciara el presidente Rafael Correa en 2007 y que se articula a los procesos de Venezuela y Bolivia como uno de los eslabones medulares de lo que llamamos la ‘Revolución Bolivariana’. La Revolución Ciudadana se fue construyendo en ese horizonte, siguiendo los pasos que comenzara Hugo Chávez en 1999 en la lucha que puso fin a la ‘larga noche neoliberal’.

Asimismo, desde la óptica de este socialismo de carácter bolivariano, podemos caracterizar a la Revolución Ciudadana como un movimiento democrático de liberación nacional, cuya composición pluriclasista tiene como uno de sus principales motores a una clase media trabajadora que ha emergido en esta última media década, gracias a las políticas de inclusión llevadas a cabo desde el Estado. En este sentido, Rafael Correa, desde que asumió su primer mandato, ha llevado adelante una conducción estratégica devolviendo su rol protagónico al Estado, fortaleciendo su estructura administrativa y poniéndolo al servicio de la economía. Esto logró romper de cuajo el poder que tenían los sectores concentrados del capital sobre Ecuador, restituyéndole algo más que sus garantías económicas: su soberanía nacional.

Esto generó en estos años un fuerte crecimiento económico y fundamentalmente un desarrollo autónomo, siendo una de las economías mejor posicionadas del Cono Sur. Este proceso reconstruyó el tejido social y revitalizó la cultura del trabajo, poniendo hincapié en el mejoramiento de los sectores populares. Correa, como buen economista y conocedor de la dinámica del trabajo, tomó como decisión política transferir buena parte de la renta económica (petrolera, agropecuaria, financiera) a las clases populares, el movimiento obrero y a una nueva burguesía nacional que fue surgiendo a luz de este proceso político. Esto permitió un desarrollo industrial de notable competitividad que no se ha visto en décadas pasadas, reactivando progresivamente tanto el mercado interno como el externo.

La Revolución Ciudadana representa un proyecto de soberanía política e independencia económica. Su política está definida por un desarrollo del capitalismo nacional, acompañada por la consolidación del Estado como instrumento esencial para concretar las transformaciones sociales, cristalizando las metas que la oligarquía en el pasado jamás se atrevió a llevar a cabo cuando ocupó el poder. Sin embargo, la marcada alianza entre sectores de izquierda -que abandonaron las causas populares para enfrentar al gobierno de Correa- con la más rancia derecha que viene fogoneando golpes de Estado, no aminora el paso histórico que viene dando la Revolución Ciudadana, en el cual, el pueblo es el único capaz de garantizar su continuidad frente a los complejos escenarios que se vayan presentando de ahora en adelante.

*Ensayista. Integrante del Centro de Estudios Históricos Felipe Varela, de Argentina.

 

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