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El Telégrafo
*Fernando Falconí Calles

Los amores de Neruda

15 de julio de 2016

El 12 de julio de 2016 se cumplieron 112 años del nacimiento del escritor chileno, quien está considerado uno de los poetas más destacados e influyentes del siglo XX.

Transcurría el año 1930 cuando Pablo Neruda se desempeñaba como cónsul en Batavia (Java). En esas lejanas tierras se casó con María Antonieta Haagenar Volgelzanz, en diciembre de aquel año. La joven era hija de padres holandeses. Neruda la describía como “una mujer alta y suave, totalmente extraña al mundo de las artes y de las letras”. Con ella tuvo una hija, Malva Marina, que nació en 1934 (cuando Neruda era cónsul en España). La niña padecía de un daño congénito y falleció cuando tenía 8 años. El escritor Diego Muñoz opinaba que María Antonieta “era un ser extraño, hermético, con quien no se podía conversar sino en inglés. Aquella mujer hizo todo cuanto pudo por distanciar a Pablo de sus amigos”.

En junio de 1934, Neruda conoce a Delia del Carril en casa del escritor y diplomático chileno Carlos Mora Lynch. Entre ellos se dio una afinidad espontánea y se inició un romance que duraría exactamente 18 años. El poeta tenía 30 años y Delia, 50. La diferencia de edad no fue problema porque la argentina derrochaba vitalidad e inteligencia; además, era una mujer culta que había cursado estudios de pintura con Fernand Leger en París. Posteriormente viaja a Madrid en los tiempos de la República. El entorno político y cultural seduce a Delia. Se integra a la Alianza de Intelectuales. Delia apoya al poeta en su lucha por llevar a Chile a refugiados españoles, en sus continuos viajes, en sus exilios forzados, en las actividades ligadas al Partido Comunista chileno. Además, corrige las pruebas de los escritos del poeta y se encarga de las ediciones. Por su gran capacidad y energía sus amigos la llamaron la ‘Hormiga’.

En 1939 adquieren una propiedad en Isla Negra, un lugar para que el vate pudiera escribir con tranquilidad. Sin embargo, deben viajar a México en donde Neruda es nombrado cónsul general. En 1943 retornan a Chile y se dedican por completo a la actividad política. En 1945 es elegido senador representando al Partido Comunista. En 1949 parte nuevamente al exilio porque es perseguido por el gobierno de Gabriel González Videla. Durante este tiempo vive en Capri con Matilde Urrutia. El poeta confiesa: “En aquel sitio de embriagadora belleza nuestro amor se acrecentó. No pudimos ya nunca más separarnos”. Allí escribe Los versos del capitán, “un libro de amor, apasionado y doloroso”, que se publica en Nápoles como de autor anónimo, según Neruda “para no herir a Delia”, a quien consideraba “pasajera suavísima, hilo de acero y miel que ató mis manos en los años sonoros, que fue para mí una ejemplar compañera”.

En 1955 el poeta hace pública su relación con Matilde Urrutia, a la que dedicó numerosos y hermosos versos: Tu cuerpo y tu rostro llegaron / como yo, de regiones duras, / de ceremonias lluviosas, / de antiguas tierras y martirios.

Tú fuiste mi vencedora / por el amor y por la tierra, / porque tu boca me traía / antepasados manantiales, / citas en bosques de otra edad.

Hoy, Pablo y Matilde descansan juntos frente al mar que tanto amaron. (O)

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