Cuando el pueblo elige a un gobierno que lo representa, las líneas estratégicas se diseñan y se ejecutan para su bienestar. Eso es lo que molesta a las élites, porque salvo los dos períodos del general Eloy Alfaro, el gobierno juliano, la administración del general Rodríguez Lara, la corta administración de Jaime Roldós y los nueve años de Revolución Ciudadana, los sectores minoritarios -paradojas de la vida- han sido los que ordenan, chantajean, exigen, amenazan, imponen. El sector eléctrico no fue la excepción. Los proyectos que en los años 80 ya los tenía listos el entonces Instituto Ecuatoriano de Electrificación (Inecel) dormían bajo siete llaves, cubiertos de telarañas. Era ‘mejor’ el negocio de las barcazas que lo que convenía a la patria. Luego vinieron los apagones. Y eso que el arquitecto hacía gala de tener el ‘poder de la experiencia’. Época muy mala. Muchos negocios quebraron. Muchas heladerías quebraron porque -literalmente- se hacían agua los helados.
Hasta que llegó el gobierno de la Revolución Ciudadana, abrió el cajón, quitó el polvo y las telarañas a los proyectos de Inecel y se puso a trabajar con seriedad, valentía y patriotismo. En efecto, Manduriacu fue inaugurado el 19 de marzo de 2015 y aporta 60 megawatts (MW) al Sistema Nacional Interconectado (SNI). Esta obra aprovecha las aguas del río Guayllabamba, en la parte occidental de la cordillera de los Andes y está situada entre las provincias de Pichincha e Imbabura. La inversión alcanzó los 227 millones de dólares.
Coca Codo Sinclair aportará con 1.500 MW de potencia con una inversión de 2.851 millones de dólares. Está situado entre las provincias de Napo y Sucumbíos. En este proyecto se está cumpliendo estrictamente el Plan de Manejo Ambiental. Es la obra emblemática.
Minas-San Francisco, ubicado en el cantón Pucará (provincia del Azuay) y en los cantones Zaruma y Pasaje (provincia de El Oro), aportará con 270 MW al SNI. La inversión es de 631 millones de dólares. Obra ubicada en la parte occidental de la cordillera. Delsitanisagua está ubicado en la provincia de Zamora Chinchipe y generará 115 MW. La inversión alcanza 335 millones de dólares. Mazar-Dudas, ubicado en el cantón Azogues, provincia del Cañar, generará 20,82 MW de potencia y se invierten 76 millones de dólares. Toachi-Pilatón, proyecto situado en las provincias de Pichincha, Santo Domingo de los Tsáchilas y Cotopaxi, generará 253 MW al SNI y tiene una inversión de 608 millones de dólares. Quijos generará 50 MW. Tomará el agua del río Papallacta y del río Quijos. La inversión es de 156 millones de dólares. Sopladora, ubicado en el cantón Sevilla de Oro de la provincia del Azuay y el cantón Santiago de Méndez, provincia de Morona Santiago, generará 487 MW. Inversión: 963 millones de dólares.
En síntesis, la inversión total en estos 8 proyectos es de 5.847 millones de dólares, se incorporan al SNI 2.755,82 MW. Esto significa para el Estado un ahorro neto de 2.200 millones de dólares anuales por disminución de importación de combustibles. A partir de 2017 será posible la exportación de electricidad. En la quinta edición del ranking mundial de políticas energéticas y climáticas, publicado en noviembre 2015 por el Consejo Mundial de Energía, entre 130 países, Ecuador ocupó un honroso quinto lugar. Si alguien quiere retornar a las tinieblas, que vote por los neoliberales y sus Fukuyamas criollos. (O)