“No se puede amar lo que no se conoce”, dice el refrán popular; y, como todo refrán, transmite sabiduría. Guillermo tuvo su primer empleo a la edad de 15 años en la Bolsa de Valores de Guayaquil. Se graduó de bachiller en el colegio San José La Salle. No concurrió a la universidad. Trabajó en la empresa Finansa en Quito. Más tarde lo hizo como gerente en la financiera Pro Crédito, que representaba en nuestro país a la financiera Fe Crédito, fundada en Panamá por su cuñado Danilo. En 1994, el bachiller Guillermo fue designado presidente ejecutivo del Banco de Guayaquil. En ese mismo año fue nombrado vocal de la Junta Monetaria en representación de los bancos privados de Ecuador. Así, el bachiller Guillermo, sin querer queriendo, pasó de los cargos privados a los cargos públicos. En 1998 Jamil lo nombró Gobernador del Guayas. Posteriormente, en 1999, fue nombrado Superministro de Economía. Los banqueros eran los que mandaban porque habían financiado la campaña electoral del ‘armonioso’. No hay que olvidar un detalle: en 1999 ocurrió el tenebroso feriado bancario.
Y así, sin querer queriendo, el bachiller Guillermo fue moviéndose en el terreno de la política. En 2003 fue nombrado por Lucio Embajador Itinerante. Es muy reveladora aquella fotografía que capta la sonrisa de Guillermo en la oficina presidencial de la Casa Blanca, mientras Lucio le decía a Bush II que Ecuador sería el mejor aliado de Estados Unidos.
En 2011 Guillermo crea CREO. En 2013 participa como candidato presidencial obteniendo el 23% de los votos. Afirma que “la vida lo ha hecho liberal”. Es muy amigo de ‘Pepe’ Aznar, Mariano Rajoy, Vargas Llosa y de todos quienes están convencidos de que la diosa especulación y el dios mercado deben gobernar el planeta.
El bachiller Guillermo no cree en la evolución positiva que ha tenido la educación superior en Ecuador, gracias a la labor de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt). La eficaz y eficiente aplicación de políticas públicas puede comprobarse en la rendición de cuentas 2015 que Senescyt presentó -como es su deber- a la ciudadanía. La educación superior tiene una inversión de 2,12% del PIB, la más alta de la región; el incremento en la matrícula de los estratos más pobres pasó de 33% a 66% en los últimos cinco años; por primera ocasión en la historia, la educación superior es realmente gratuita; existen 18.000 becados en las mejores universidades del planeta, entre otros logros. Por ello -pese a las evidencias- resulta muy desafortunado el ofrecimiento de “tirar al tacho de basura de la historia a la Senescyt”. Guillermo pretende desaparecer la rectoría estatal en la educación superior. Y eso es muy grave.
El problema es que Guillermo no cursó una carrera en la universidad y no la conoce; como no la conoce, no la ama. Y porque no la ama, quiere debilitarla y destruirla. Corresponde a toda la sociedad -especialmente a los jóvenes- defenderla. El domingo 19 de febrero de 2017, los estudiantes de educación superior de todo Ecuador tienen la oportunidad de hacerlo, derrotando a los adoradores del becerro de oro. (O)