Adiós al Brasil que proponía el ‘Bolsa Familia’ y que superó el hambre de 40 millones de sus habitantes. Llegó la hora de la derecha, del ajuste, de los bajos salarios, de la ‘argentinización’ -si por tal se entiende la política de Macri- de la economía del enorme país afroamericano.
Es hora de Temer. Un político que jugó oportunistamente a quedarse con un cargo para el cual no fue votado, y que no actuará acorde al mandato de los votantes que lo ungieron en cercanía a la presidenta Rousseff. Un político que ha sido acusado, según la minuciosidad implacable de los WikiLeaks, de trabajar para la inteligencia estadounidense. Un hombre que retorna a la postura neoliberal que en su momento jugaran Collor de Melo o Enrique Cardoso, reasumiendo la ‘normalidad’ de los ricos/ricos y los pobres/pobres, que vuelve a la visión naturalizada hacia la enorme diferencia de acceso a bienes y servicios que ha caracterizado históricamente al país de raigambre lusitana.
El proceso de impeachment no fue precisamente límpido. Si bien contó con una amplia mayoría de legisladores que se encolumnó con el establishment mediático y empresarial, se escuchó entre sus votos encendidos elogios a la dictadura (!!) en un proceso que tuvo como principal impulsor a Álvaro Cunha, un político con múltiples acusaciones de corrupción, destituido apenas días antes de la estocada final contra la presidenta legítima.
Mención aparte para el melodrama del nuevo jefe de la Cámara de Diputados, que dio por inválida la votación de dicha Cámara (y con ello todo el juicio político a Rousseff) por la mañana, y se desdijo por la noche. Al margen de las presiones que podemos imaginar para producir tan súbito e incomprensible cambio de opinión, es insólito que la prensa no señale lo sucedido como una enorme irregularidad del proceso, y que no se inicie una investigación que dé razón de qué es lo que pasó en ese día, que abrió el camino final contra la presidenta elegida por el pueblo.
No termina aquí la historia. Lamentablemente, la falta de legitimidad de las nuevas autoridades augura un tiempo conflictivo. Los juegos deportivos que pronto se desarrollarán allí serán una prueba para la paz social y el ejercicio gestional de las autoridades autoimpuestas. Es que el ‘golpe blando’, no por blando deja de ser golpe; y a Dilma nadie la sacó por sus errores o sus limitaciones, sino por lo mucho que los gobiernos del PT han significado para mejorar la vida de millones de brasileños en estado de pobreza. (O)